Las últimas elecciones celebradas en El Ejido han supuesto un interesante revulsivo para Vox. Pero, en estas elecciones, la situación ha cambiado. Dos periodistas de El Confidencial, Pablo D. Almoguera y Miguel Ángel Santiago, han analizado en un pormenorizado artículo cuáles son las claves de este cambio, del que ha salido fortalecido el PP, partido que ostenta la alcaldía.
"El alcalde de El Ejido, el popular Francisco Góngora, conoce bien los mecanismos de actuación de Vox. Fue de los primeros dirigentes del PP que se enfrentó al dilema de gobernar o no con esta formación. Las municipales de 2019 le dejaron a cinco ediles de la mayoría absoluta y, ante la falta de una alianza con Ciudadanos, se apoyó en los siete concejales de este partido. La experiencia se podría considerar traumática. A comienzos del año pasado, rompieron el pacto tras meses de desencuentros. Uno de los más sonados se produjo a raíz de una campaña de Navidad que incluía el sorteo de un vehículo. La iniciativa, impulsada por el área de Comercio, en manos de su socio de Gobierno, fue un escándalo cuando trascendió que en el bombo no se habían introducido todas las papeletas participantes. La quiebra de confianza era total y acabó facilitando lo que parece imposible a nivel nacional: un acuerdo de gobernabilidad de los nueve concejales populares con los cinco socialistas".
Su diagnóstico sobre el frenazo de las expectativas electorales del que ahora es su principal adversario político es claro: “A medida que se le va conociendo, se ven sus carencias”. “Han venido a hacer una campaña en la que han faltado el respeto a El Ejido. Se han pasado de decibelios”, explica el regidor a El Confidencial, al que recuerda que dirigentes de este partido se han dedicado a mentir y propagar bulos “como que en las carnicerías del pueblo no se vende carne de cerdo o que en los restaurantes no sirven jamón”.
“El pinchazo de Vox ha sido lógico. No se puede ir con esa prepotencia, creyendo que ya has ganado el partido, repartiéndose los cargos antes de jugarlo”, comenta Ángel Escobosa, un vecino que este martes paseaba por una de las arterias más concurridas del municipio, la calle Cervantes. “Y encima comparando nuestro pueblo con barrios marginales con discursos llenos de mentiras e injurias a todos los andaluces”, continúa. “Yo les voté hace cuatro años, no te lo voy a negar. De hecho, estaba decidido a hacerlo hasta que vi en el debate cómo le perdía la boca. No tenía consideración alguna con nuestro pueblo, por eso volví al PP, a los de siempre”, añade con cierto tono de decepción.
La opinión de Escobosa es compartida por buena parte de los residentes en la localidad. Paqui Sánchez, una ejidense que deambulaba por las inmediaciones del pabellón deportivo del municipio, apela al regreso de Juan José Bonilla, exportavoz de Vox en el Ayuntamiento del municipio. “Que nos compararan con un barrio marginal no me hizo ninguna gracia. He votado al PP para castigar a Vox por su malísima campaña. Creo que no ha sido la única que los ha querido castigar porque los hemos votado casi 300 menos que hace cuatro años. Tenía que haberse presentado Juanjo Bonilla, que la campaña la hizo con 20 euros, sin furgonetas y sin mítines”.
Mario Lupiañez, otro viandante de la calle Cervantes, expresa cómo fue el cambio. Él, votante tradicional del PP, optó por los de Abascal hace cuatro años y, desde entonces, en el resto de elecciones, esa había sido su papeleta, hasta este domingo. "Con Olona me he dado cuenta de que solo querían sillones. ¿Por qué tenía que hacer el papel de andaluza cuando no lo es? Vistiéndose con un traje de flamenca y queriendo imitar nuestro acento… ¿Y ese rollo de empadronarse en Salobreña? ¡Anda ya! Volví a lo de antes y voté al PP porque por lo menos ya sabes de qué palo cojean”, sentencia.
Vecinos y políticos populares comparten impresiones. “Han dicho muchas tonterías que han molestado a la gente”, explica Góngora, quien recuerda la entrevista al senador Jacobo González-Robatto, que se había desplazado al municipio para asistir a un mitin, y que sonríe cuando le preguntan: “¿Has visto a algún español por aquí?”. El dirigente de Vox, como se puede apreciar en la grabación, bromea diciendo que no había encontrado ningún museo del jamón, para después afirmar, sin ningún rubor, que El Ejido es un sitio “abandonado” y “apestado” que “se va nutriendo de la inmigración ilegal” y donde “los españoles están apartados” porque surgen “guetos”.
"No tienen vergüenza”, responde, al hilo de esta anécdota Alberto Enciso, otro vecino. “Sin conocer el pueblo y que hablen así... No tengo palabras, y encima se ríen. Conmigo no cuenten, voté al PP de cabeza”, confiesa.
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