La Ley de Memoria Democrática reconocerá el 'Caso Almería'

Antonio Torres
Periodista

La Ley de Memoria Democrática reconocerá a las familias del Caso Almería. La madre de Pechina María Morales agradeció el esfuerzo por una causa justa, 41años después.

Juan Mañas / Foto cedida por su hermano Francisco Javier

La ley, aprobada en la tarde del pasado jueves tras un tempestuoso y agrio debate, llega queda en la promulgación de la Constitución de 1978, pero el Gobierno cuenta con una comisión técnica para procesos transicionales de los países que pasaron de una dictadura a la democracia. Por consiguiente, la ley abre la puerta al reconocimiento a las tres víctimas del Caso Almería, uno de los episodios más negros de la transición, ocurrido en mayo de 1981. Una de las personas comprometidas con la Ley de Memoria Democrática es el actual secretario de Estado de Memoria Democrática del Gobierno de España, Fernando Martínez López, reputado catedrático y exalcalde de Almería. Recordamos que, según la sentencia de la Audiencia Provincial de Almería, hubo voluntad de matar a tres jóvenes inocentes los santanderinos Luis Cobo, Luis Montero y el almeriense de Pechina Juan Mañas Morales. Los tres fueron torturados, acribillados a balazos y quemados en la carretera de Gérgal, a menos de 20 kilómetros del cuartel de la Guardia Civil. Fueron condenados tres guardias civiles, recluidos con todas las ventajas del mundo, que ni mostraron interés por identificarlos. La madre de una de las tres víctimas, María Morales Mañas (Pechina, 1935) destacó en la mañana de ayer en exclusiva: “Quiero agradecer a todo el que ha estado luchando por esta causa justa, reconocer la memoria de tres víctimas inocentes. Se ha tardado 41 años, pero con mucha lucha y constancia se ha conseguido, me sentí bien cuando me enteré, y quiero añadir que sin lucha no hay recompensa, una vez más mostrar nuestro agradecimiento a tod@s las personas que han hecho que esto sea posible, inmensamente agradecida la familia Mañas”. Una familia que ha llorado mucho cada vez que en los telediarios y medios de comunicación salían noticias gracias al tesón de las familias y de algunos abogados y periodistas.

Monumento en la Estación de Almería. Francisco Javier Mañas Morales, hermano de Juan, confía que en Almería haya una escultura o monumento de la memoria a los tres jóvenes que marcaron uno de los hechos más sangrientos de la Transición y que tocó de lleno en Almería, Santander, Pechina y el conjunto de España. “Soñamos que los políticos de Almería, las instituciones con la Junta de Andalucía al frente aprendan de lo ocurrido en Santander que levantaron una escultura de Nacho Zubelzu en la Plaza de las Estaciones. Un detalle con los tres jóvenes vinculados en RENFE y de ahí que la estación de Almería sería un lugar interesante. Solo en Pechina hay un recuerdo permanente con una placa en el centro y tu colaboración desde siempre”, comentó Mañas, en representación de la familia. Han venido trabajando incansablemente porque hay ocho guardias civiles que formaban parte de la caravana “y que están a tiempo de contar la verdad y abandonar la impunidad que estoy seguro les asfixiará cada noche”. Francisco Javier era el niño que hizo la primera comunión el 10 de mayo de 1981 y que su hermano no pudo asistir porque horas antes junto a sus dos amigos que quisieron acompañados ya estaban muertos, tras vivir un infierno incompresible y que hoy no sería posible por la profesionalidad de la Guardia Civil. Expresó su satisfacción: “Aunque tarde, la espera ha merecido la pena para la ley de memoria, ya que contempla hasta el año 1983. El esfuerzo de los partidos políticos que han luchado por esta ley ha hecho posible que sean muchas las víctimas que tengan el merecido reconocimiento que se merecen. España tenía una deuda pendiente con muchas víctimas, ahora serán reparadas muchas heridas y dignificada la memoria”.

Diputados. Francisco Javier recordó cómo se enteraron de la aprobación de la ley: “El diputado Miguel Ángel Bustamante me llamó nada más aprobarse como la diputada por Almería Sonia Ferrer Tesoro que se puso en contacto con mi hermano Antonio”. Lamentó la tardanza de la Ley y la pena que les dio cómo hubo diputados que no la apoyaron. 

Bustamante de Unidas Podemos; “Se la debemos a todos los luchadores y luchadoras por la democracia y la libertad, y a aquellas familias que aún no saben dónde están enterrados sus seres queridos, víctimas de la represión”.

Toda la izquierda dijo sí y toda la derecha votó en contra. Unos querían más y otros menos, de ahí la tensión y agitación. El Gobierno Sánchez ha ensanchado una ley emblemática con Félix Bolaños una ley que supera en amplitud la iniciada por Carmen Calvo en tiempos de Zapatero. El director del Instituto Cervantes afirmó en Hoy por Hoy de la Cadena SER: "Manipular el dolor de las víctimas siempre es feo, pero hacerlo para despreciar a otras víctimas, las de la Guerra Civil es más feo todavía". 

Recordamos que María Morales, la madre de Pechina, al conocer la sentencia emitida en julio de 1982, pronunció unas palabras que llevé a portada de Diario16 y a Hora 25 de la SER: “Es preferible que suelten a los guardias civiles. La familia se hará cargo de ellos”.  El abogado acusador en nombre de las familias, el añorado letrado Darío Fernández Álvarez destacó ese mismo día: “Si no hay asesinato en cada una de las muertes es como para quemar la toga”. Años después, el actual presidente de la Asociación Verdiblanca, Antonio Sánchez de Amo, en mayo de 1991, recogió unas palabras de la madre de Mañas Morales: “Todavía hay gente fuera que participó en el crimen y que debe pagar por ello”, denunció María Morales. “Lo único que sé ahora es que el día que enterraron a mi hijo también me enterraron a mí en vida”. El relato del novelista francés Enmanuel Carrère del macrojuicio por los atentados yihadistas de París en 2015, formulado en El País, es interesante para abordar vistas orales: “Debo confesarlo: a la gente aficionada a los juicios, cronistas judiciales de profesión u ocasionales como yo, más que las víctimas les fascinan los culpables. Compadecemos a las víctimas, pero de quienes tratamos de comprender la personalidad es de los culpables. Son sus vidas las que escudriñamos para detectar el punto en que se engancharon, el punto misterioso en que se desviaron hacia el crimen…”.

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