El Mundial de Fútbol de España va unido al
Pirulí, parte del horizonte, skyline, del cielo madrileño. La instalación acabó
con las interferencias televisivas en Almería. Pirulí, edificio singular,
contribuyó al conjunto de la provincia para la captación de TVE y de las
cadenas que vinieron después para romper con el monopolio de lo público. Su
nombre oficial es el de Torrespaña. Se levantó con el objetivo de garantizar la
distribución de la señal del Mundial de Fútbol de España 82. Desde entonces
permite llevar la señal a los puntos de difusión, garantizando la cobertura
audiovisual de los principales acontecimientos celebrados en España, jugando un
papel crucial en la evolución del sector. La construcción fue un proyecto del
arquitecto Emilio Fernández Martínez de Velasco. Se empleó una técnica pionera.
La plataforma de abajo no está anclada, sino que es el propio peso de la mole
el que la sostiene, según la información de Jessica Martín de RTVE. A
pesar de la aparente dificultad, el fuste de hormigón se alzó en unos 45 días y
el resultado final vio la luz en un año. Su altura es de 220 metros. La
presentadora Ana Blanco realizó un original reportaje del Pirulí para que lo
conociéramos por dentro. Actualmente, trabajan 15 personas durante las 24 horas
y, lejos de lo que muchos creen, los platós de RTVE no están en la torre. Estos
espacios se ubican en los dos edificios que conforman el complejo a los pies
del Pirulí, imagen que impresiona las veces que he visitado la redacción desde
los tiempos de los paisanos Juan Tortosa, Martínez Soler que estrena estos días
libro y las visitas con el añorado cámara Luis Carranza, o la pendiente con el
actual presidente de la Corporación de Radio y Televisión Española (RTVE) José
Manuel Pérez Tornero. El 3 de marzo de 1982, la esbelta torre ya terminada, fue
presentada por el director general de RTVE, Carlos Robles Piquer, cuñado de
Fraga Iribarne. Costó 350 millones de pesetas lo que equivaldría a unos 9.4
millones de euros. Fue ejecutada por Dragados y Agroman. Se llegó a contemplar
la opción de instalar un restaurante giratorio en la torre, como se hizo en las
torres de televisión de otras capitales europeas, como la de Berlín, pero
finalmente se rechazó la idea por razones de seguridad y económicas.
Sandro Pertini, presidente de Italia, durante el Mundial de Fútbol |
Lorenzo Díaz cuenta en La televisión en
España que Calvo Sotelo se cargó a Castedo al frente de RTVE y puso a Robles
Piquer porque no se le dio la obra del Pirulí a Ferrovial, una empresa que
dirigió un cuñado de Calvo Sotelo. ”¿Fue determinante todo esto para que Calvo
Sotelo me guillotinase?”, se preguntó Castedo. “Pues no, no lo sé y no puedo
pensar que el presidente del Gobierno funcionase con venganzas de este tipo”.
Castedo hizo una televisión y una radio que parecía la BBC. “Me traje a Eduardo
Sotillos y puso en funcionamiento la radio total, que fue un cambio radical en
la historia del medio y que nos llegó de gozo en aquella radio llena de vida
donde destacaron Directo, directo de Alejo García, el Loco
de la Colina con Quintero, Luis del Olmo…” explicó a Díaz, viudo de la
añorada Concha García Campoy, una grande de la televisión y de la Cadena SER.
Merece la pena reflexionar desde la
sociedad hiperconectada y la de aquellos tiempos sin teléfonos automáticos en
puntos del medio rural. El emisor de Sierra Alhamilla, inaugurado por Robles
Piquer, contribuyó a acabar con media provincia colonizada por el informativo
Aitana de TVE en Valencia y RNE en Murcia con la figura de un especialista del
ciclismo como Alfonso Guzmán quien disfrutaría de la pelea Vingegaard y Pogacar
que cada día pelean con alma y coraje. En media provincia no se veía en esos
años el informativo andaluz Telesur que se emite desde TVE en Andalucía. La historia de la radio, la televisión y de los medios en
general es también la historia de la sociedad que se ha modernizado a lo largo
de Juegos Olímpicos y mundiales.
En Andalucía se modernizaron
las instalaciones de TVE en Sevilla y Málaga con vistas al Mundial 82. Cuando
la Agrupación Deportiva Almería del mítico Juan Rojas jugaba en el antiguo
campo Franco Navarro, las cintas televisivas de las imágenes se trasladaban en
avioneta al centro de TVE en Valencia para que desde aquí se pudiera enlazar
con Madrid para realizar el correspondiente resumen para los espacios y
programas deportivos de TVE. Estanislao Alberola, periodista que puso voz a las
crónicas del Almería desde la redacción de TVE en Valencia, pasaba sus
vacaciones en Mojácar y en más de una ocasión me contaba aspectos del Almería
que hizo temible en 1979 el técnico Maguregui.
Italia venció en la final de España 82 a la República Federal de Alemania
(RFA) en el que Paolo Rossi se proclamó máximo goleador. En la memoria quedó la
alegría y los saltos del presidente de la República Italiana Sandro Pertini. El
rey Juan Carlos entregó la copa de la FIFA al portero italiano Zoff quien a sus
40 años se convirtió en el Santiago Bernabéu en campeón mundial. Los directivos
españoles fallaron en la organización de un acontecimiento tan importante para
el prestigio de España en el umbral de la Transición. Joan Miró hizo el cartel
alusivo. En cambio, la mascota, Naranjito, no gustó. Alfredo Relaño me comentó
el otro día que el fracaso futbolístico llegó porque no cuajaron en equipo las
buenas individualidades. “Los jugadores vivieron la concentración en los Pirineos
protegidos por un cuerpo de élite de la Guardia Civil, por miedo a atentados de
ETA. En los pocos días libres que gozaron, viajaban discretamente escoltados a
sus casas, y si querían cambiar de localidad debían avisar a la Guardia Civil. Entre eso y un posible exceso de trabajo físico,
jugaron mal, sin chispa. Pasamos la fase de grupo, ante Honduras, Yugoslavia e
Irlanda del Norte con una sola victoria, ante los yugoslavos, y eso por un
penalti fuera del área, regalado. Quedamos fuera en la segunda fase, un
triangular con la RFA e Inglaterra que daba paso a la semifinal”.
Ganadores desde Barcelona 92. Todo lo contrario del Mundial. El eslogan de despedida, ´amigos para siempre´, dio la vuelta al mundo. “Y es consenso general que en Barcelona 92 se enterró definitivamente el espíritu perdedor de nuestro deporte”, vaticinó Relaño. Y acertó. Comenzó una nueva época. Ahí están nuestros éxitos globales encabezados por el golazo de Andrés Iniesta, el gol más importante de la historia de España, a todo color y en todas las pantallas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario