Sierra Alhamilla y el Mundial de Fútbol

Antonio Torres
Periodista

El Mundial de Fútbol de España va unido al Pirulí, parte del horizonte, skyline, del cielo madrileño. La instalación acabó con las interferencias televisivas en Almería. Pirulí, edificio singular, contribuyó al conjunto de la provincia para la captación de TVE y de las cadenas que vinieron después para romper con el monopolio de lo público. Su nombre oficial es el de Torrespaña. Se levantó con el objetivo de garantizar la distribución de la señal del Mundial de Fútbol de España 82. Desde entonces permite llevar la señal a los puntos de difusión, garantizando la cobertura audiovisual de los principales acontecimientos celebrados en España, jugando un papel crucial en la evolución del sector. La construcción fue un proyecto del arquitecto Emilio Fernández Martínez de Velasco. Se empleó una técnica pionera. La plataforma de abajo no está anclada, sino que es el propio peso de la mole el que la sostiene, según la información de Jessica Martín de RTVE. A pesar de la aparente dificultad, el fuste de hormigón se alzó en unos 45 días y el resultado final vio la luz en un año. Su altura es de 220 metros. La presentadora Ana Blanco realizó un original reportaje del Pirulí para que lo conociéramos por dentro. Actualmente, trabajan 15 personas durante las 24 horas y, lejos de lo que muchos creen, los platós de RTVE no están en la torre. Estos espacios se ubican en los dos edificios que conforman el complejo a los pies del Pirulí, imagen que impresiona las veces que he visitado la redacción desde los tiempos de los paisanos Juan Tortosa, Martínez Soler que estrena estos días libro y las visitas con el añorado cámara Luis Carranza, o la pendiente con el actual presidente de la Corporación de Radio y Televisión Española (RTVE) José Manuel Pérez Tornero. El 3 de marzo de 1982, la esbelta torre ya terminada, fue presentada por el director general de RTVE, Carlos Robles Piquer, cuñado de Fraga Iribarne. Costó 350 millones de pesetas lo que equivaldría a unos 9.4 millones de euros. Fue ejecutada por Dragados y Agroman. Se llegó a contemplar la opción de instalar un restaurante giratorio en la torre, como se hizo en las torres de televisión de otras capitales europeas, como la de Berlín, pero finalmente se rechazó la idea por razones de seguridad y económicas. 

Sandro Pertini, presidente de Italia, durante el Mundial de Fútbol

Lorenzo Díaz cuenta en La televisión en España que Calvo Sotelo se cargó a Castedo al frente de RTVE y puso a Robles Piquer porque no se le dio la obra del Pirulí a Ferrovial, una empresa que dirigió un cuñado de Calvo Sotelo. ”¿Fue determinante todo esto para que Calvo Sotelo me guillotinase?”, se preguntó Castedo. “Pues no, no lo sé y no puedo pensar que el presidente del Gobierno funcionase con venganzas de este tipo”. Castedo hizo una televisión y una radio que parecía la BBC. “Me traje a Eduardo Sotillos y puso en funcionamiento la radio total, que fue un cambio radical en la historia del medio y que nos llegó de gozo en aquella radio llena de vida donde destacaron Directo, directo de Alejo García, el Loco de la Colina con Quintero, Luis del Olmo…” explicó a Díaz, viudo de la añorada Concha García Campoy, una grande de la televisión y de la Cadena SER.

Merece la pena reflexionar desde la sociedad hiperconectada y la de aquellos tiempos sin teléfonos automáticos en puntos del medio rural. El emisor de Sierra Alhamilla, inaugurado por Robles Piquer, contribuyó a acabar con media provincia colonizada por el informativo Aitana de TVE en Valencia y RNE en Murcia con la figura de un especialista del ciclismo como Alfonso Guzmán quien disfrutaría de la pelea Vingegaard y Pogacar que cada día pelean con alma y coraje. En media provincia no se veía en esos años el informativo andaluz Telesur que se emite desde TVE en Andalucía. La historia de la radio, la televisión y de los medios en general es también la historia de la sociedad que se ha modernizado a lo largo de Juegos Olímpicos y mundiales. 

En Andalucía se modernizaron las instalaciones de TVE en Sevilla y Málaga con vistas al Mundial 82. Cuando la Agrupación Deportiva Almería del mítico Juan Rojas jugaba en el antiguo campo Franco Navarro, las cintas televisivas de las imágenes se trasladaban en avioneta al centro de TVE en Valencia para que desde aquí se pudiera enlazar con Madrid para realizar el correspondiente resumen para los espacios y programas deportivos de TVE. Estanislao Alberola, periodista que puso voz a las crónicas del Almería desde la redacción de TVE en Valencia, pasaba sus vacaciones en Mojácar y en más de una ocasión me contaba aspectos del Almería que hizo temible en 1979 el técnico Maguregui.

Italia venció en la final de España 82 a la República Federal de Alemania (RFA) en el que Paolo Rossi se proclamó máximo goleador. En la memoria quedó la alegría y los saltos del presidente de la República Italiana Sandro Pertini. El rey Juan Carlos entregó la copa de la FIFA al portero italiano Zoff quien a sus 40 años se convirtió en el Santiago Bernabéu en campeón mundial. Los directivos españoles fallaron en la organización de un acontecimiento tan importante para el prestigio de España en el umbral de la Transición. Joan Miró hizo el cartel alusivo. En cambio, la mascota, Naranjito, no gustó. Alfredo Relaño me comentó el otro día que el fracaso futbolístico llegó porque no cuajaron en equipo las buenas individualidades. “Los jugadores vivieron la concentración en los Pirineos protegidos por un cuerpo de élite de la Guardia Civil, por miedo a atentados de ETA. En los pocos días libres que gozaron, viajaban discretamente escoltados a sus casas, y si querían cambiar de localidad debían avisar a la Guardia Civil. Entre eso y un posible exceso de trabajo físico, jugaron mal, sin chispa. Pasamos la fase de grupo, ante Honduras, Yugoslavia e Irlanda del Norte con una sola victoria, ante los yugoslavos, y eso por un penalti fuera del área, regalado. Quedamos fuera en la segunda fase, un triangular con la RFA e Inglaterra que daba paso a la semifinal”.

Ganadores desde Barcelona 92. Todo lo contrario del Mundial. El eslogan de despedida, ´amigos para siempre´, dio la vuelta al mundo. “Y es consenso general que en Barcelona 92 se enterró definitivamente el espíritu perdedor de nuestro deporte”, vaticinó Relaño. Y acertó. Comenzó una nueva época. Ahí están nuestros éxitos globales encabezados por el golazo de Andrés Iniesta, el gol más importante de la historia de España, a todo color y en todas las pantallas.

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