El lunes por
la mañana se celebrará el funeral de Estado por la muerte de la reina Isabel II
de Inglaterra, un desafió logístico de dimensiones descomunales y atención
mediática.
Presencia de
jefes de Estado y una larga lista de presidentes de Gobierno. Habrá cerca
de 2.000 invitados, entre representantes de casas reales y líderes políticos de
diferentes países. El viernes se registraron colas de casi nueve
kilómetros para pasar por la capilla ardiente de Isabel II. Horas y horas de
televisión, tuits, páginas y tertulias alrededor del mundo han convertido todos
los acontecimientos funerarios y sucesorios en noticia de categoría global en
una sociedad hiperconectada. Según las
previsiones, más de la mitad de la población mundial verá en televisión el
funeral de Isabel II. BBC One, BBC News e iPlayer están volcadas en la
retransmisión de los actos de duelo, e ITV será la encargada de emitir en vivo
en su canal principal. El acontecimiento se convertirá, según los expertos
audiovisuales, en el directo más visto nunca, superando a la apertura de los
Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996 con el icónico boxeador Muhammad Ali
encendiendo el pebetero olímpico 3.600 millones de espectadores, misma cifra
que despertaron los Juegos Olímpicos de Rio 2016, cifra que representa casi la
mitad de la población mundial. El funeral de Lady Di, Princesa de Gales,
fallecida en 1997, fue seguido por 2.500 millones de personas en todo el mundo.
A todo ello, se le añadirán las cifras que generan las redes sociales porque la
pelea por el liderazgo de los medios de la era digital se da en las plataformas
para ver quien tiene más seguidores.
Para bajar el balón al césped, al menos un periodista veterano debería
haber en todas y cada una de las redacciones para ayudar a los jóvenes que
representan a la nueva sociedad mediática necesitada de memoria. La mayoría de
medios han reforzado las corresponsalías para estos días que se iniciaron con
la muerte de Isabel II. TVE envió a dos curtidas y solventes profesionales como
la presentadora del Telediario durante más de 30 años, Ana Blanco, y a Anna
Bosch, excorresponsal en Moscú, Washington y Londres, ambas pedagogas y que
hacen entender las noticias, sin aspavientos ni aíres de grandeza frente a
otras grandes cadenas privadas que buscan el espectáculo. “Bosch maneja a la perfección una
herramienta imprescindible en tiempos de aluvión de titulares y sobredosis de
noticias que duran lo que las stories de Instagram: el contexto”, según la
guionista Eva Güimil, colaboradora de El País. El periodismo ha dado vueltas,
se transforma, pero lo que está claro es que siempre se necesitarán periodistas
que no aspiren a galardones sino profesionales, tengan la edad que tengan, con
curiosidad y pasión, en la búsqueda permanente de la verdad.
Isabel II reinó durante 70 años con todo lo que ello representa de vivir
grandes acontecimientos deportivos. Fue una apasionada del fútbol y sus equipos
eran el West Ham y el Arsenal, que entrenó Unai Emery, y
entre los momentos emblemáticos está cuando entregó la Copa de Campeón del
Mundo a Inglaterra, la cuna del fútbol, en 1966 en Wembley. De hecho, el
próximo Mundial de Qatar será el primero en el que no estará. Era aficionada a
la hípica. Crio caballos pura sangre con los que llegó a ganar algunas de las
más importantes carreras de su país, como Ascot. Montó a caballo hasta los 94
años. Una monarca capaz de ‘flirtear’ hasta con el propio James Bond en un
‘sketch’ que se grabó para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos
de Londres’2012. En la ‘película’ se ve a Daniel Craig, el agente 007 del
momento, como iba a buscar a la reina al palacio, la llevaba en helicóptero
hasta el Estadio Olímpico de Londres y allí se tiraba en paracaídas para justo
después aparecer, con el mismo traje, en el palco de autoridades. Isabel II,
que muchos destacaban por su gran sentido del humor, aceptó grabar el sketch
con una condición: que fuese una sorpresa para la familia real, rememoró Esther
Muntañola de Mundo Deportivo.
Mojácar. La
ciudad mojaquera fue pionera de la llegada del turismo anglosajón antes de la
inauguración del Parador Reyes Católicos, inaugurado por Fraga Iribarne en la
etapa del alcalde Jacinto Alarcón. En la provincia de Almería viven 17.144
británicos según el Instituto Nacional de Estadística. A esa cifra hay que
añadir unos cinco mil que pasan largas temporadas en campings, como el de Los
Gallardos, y crecen las cifras en poblaciones como Albox, Arboleas, Lubrín,
Bédar y la costa de Vera. Prácticamente en cada localidad hay asentadas
familias de ingleses, algunos de ellos concejales en la propia Mojácar y en
Albox, que siguen con atención lo que ocurre en Londres.
Futbol y
televisión fueron inventados por los ingleses. La Copa del Mundo de Inglaterra de 1966
marcó el inicio del fútbol moderno, un producto para ser vendido al mundo
entero. Apareció el satélite fundamental para las conexiones en directo, solo
para la inauguración y la final. El color llegó a la Copa del Mundo y se pudo ver
como la Reina Isabel destacaba por sus colores vivos por recomendación del
servicio secreto con el fin de ser identificada lo más rápido posible como
medida de seguridad. Londres 66 vaticinó lo que iba a ser el fútbol, y otros
deportes, como espectáculo y negocio.
Fue el
primer Mundial en presentar una mascota. El león Willie supuso el inicio del
‘merchandising’. Ese mundial 66, conocido en España por el del gol de Sanchís
padre con las medias caídas a Suiza, fue retransmitido para todo el mundo, casi
400 millones de personas tuvieron la oportunidad de ver en directo el
acontecimiento. Además, se introdujeron los primeros adelantos en las
retransmisiones, como lo era en 1966 una repetición a cámara lenta. La
radio y la prensa escrita fueron los canales de difusión de los primeros
mundiales. Las imágenes grabadas llegaban a los cines días o meses después de
que hubiese disputado el torneo y no fue hasta el Mundial de Suiza 1954 cuando
se pudieron ver algunos partidos en directo, salvo España que todavía carecía
de televisión, gracias a la creación de la Unión Europea de Radiodifusión
(Eurovisión).
Ahora es el turno de Carlos III y los saludos que reciben son los de God save the King, Dios salve al Rey, al margen de que las crónicas recogen testimonios de británicos solicitando una monarquía progresista y moderna que podría representar los hijos de Diana de Gales con simpatías entre un porcentaje importante de jóvenes menores de 30 años. El padre de Isabel II apostó por la radio para comunicarse como vimos en la estupenda película El discurso del rey y que también nos recuerda Berna González Harbour, quien nos recuerda que Carlos III está por ver, incluso en el campo decisivo de las redes. La radio y la tele ya no reinan solos. De los inicios de la televisión a la nueva era que se abre con los efectos del Brexit todavía en el aire.
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