Las lluvias de la pasada primavera dejaron unos imprevistos recursos hídricos en una provincia, como la nuestra, acostumbrada a ver pasar las nubes de largo en no pocas ocasiones. Aquellas precipitaciones colmataron fuentes, permitieron embalsar agua y aliviaron la situación de los acuíferos. En definitiva, fueron una auténtica tabla de salvación para Almería y, fundamentalmente, para nuestra agricultura, sobre todo si vemos lo que ha venido después: una pertinaz sequía y el aviso de restricciones en algunas provincias andaluzas. No ha sido el caso de nuestra tierra, afortunadamente.
Con ser esta una sequía persistente, la peor que sufrimos vino de la mano del Gobierno de Rajoy, que nos dejó sin una gota de agua en inversiones durante más de siete años. Aquella decisión retrasó enormemente cuestiones que ya tendrían que estar resueltas, como es el caso, por ejemplo, de la desaladora del Bajo Almanzora, a la que el PP le dio todas las vueltas que pudo y más para dilatar las obras. En cualquier caso, el actual Gobierno de España está recuperando el tiempo perdido para que aquellas infraestructuras que son de su competencia estén listas cuanto antes, mediante licitaciones y adjudicaciones de obras.
Además, se van a llevar a cabo
importantísimas inversiones, de una punta a otra de la provincia, para
garantizar la eficiencia de los regadíos y la reducción de los costes
energéticos a los que tiene que hacer frente el sector agrario. De hecho,
Almería recibirá 90 millones de euros del total de los fondos que llegarán a
Andalucía procedentes del Plan de Recuperación.
Frente a esta gran apuesta del Gobierno de Pedro Sánchez por Almería, llama la atención la inacción del Partido Popular, que se permite el lujo de perder anualmente cuatro hectómetros de agua por su nefasta gestión en Galasa o malgastar cuatro años al frente de la Junta. En este tiempo, apenas se han visto obras en Almería, pero en cambio el Gobierno andaluz sí que ha hecho unos enormes esfuerzos por alentar la confrontación y hacer ostentación del desacuerdo, hasta tal punto que Moreno Bonilla se ha convertido en el número uno en confrontar, el primero en criticar y el último en actuar.
En este contexto en el que estamos, es imprescindible que la Junta de Andalucía comience a ejecutar las obras hidráulicas que tiene pendientes en grandes núcleos de población del Poniente almeriense o del Almanzora para mejorar el abastecimiento y a poner en marcha la ampliación de las depuradoras de El Ejido, Roquetas de Mar y Adra, que permitirán reutilizar las aguas regeneradas para riego. Las cuentas del agua están claras, solo es cuestión de que el Gobierno andaluz se decida a sumar y se ponga a trabajar.
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