“El mismo impulso que lo llevó a la presidencia es el que ahora ha decidido su sustitución por Rosario. Quien manda toma las decisiones que considera oportunas en cada momento. No hay más. El nombramiento de Jesús lo decidió Teo (García Egea) porque era un hombre de su confianza. La elección de Rosario es una decisión personal y exclusiva de Antonio Sanz. Nadie de Almería intervino hace tres años y nadie ha intervenido ahora. Rosario cuenta con todo nuestro apoyo, como lo ha tenido Jesús estos años”.
Este es el mejor y más sincero resumen que escuché ayer del cambio en la presidencia del Puerto de Almería y me la hicieron dirigentes del PP que se sentían cómodos con Caicedo y se sentirán cómodos con Soto. Una condición indispensable, la única que puso Rosario Soto, para aceptar el cargo: el apoyo del partido. Y la obtuvo.
La política es así de evanescente. Como escribió Heráclito “todo fluye, nada permanece”, aunque, para su pesar, no hay ni un solo político que tenga en cuenta tan incontestable como contrastada sentencia.
Jesús Caicedo arribó al puerto de Almería porque así lo impuso el entonces secretario general del partido. En el esplendor expansivo del casadismo no se ponía el sol ni se interpuso la voluntad de algunos dirigentes provinciales del PP que se mostraban más inclinados por que la presidencia la ocupara Rosario Soto. Pero en aquel tiempo nadie, ni el presidente de la Junta, ni el consejero Bendodo, ni el presidente provincial iban a perturbar con matices condenados al fracaso la decisión de Génova. Roma locuta, Causa finita. Caso cerrado.
Pero en política la eternidad es tan efímera como la brevedad del jazmín. Y la alegría y el desencanto son dos sentimientos de ida y vuelta permanentes. Caicedo fue presidente porque lo impuso García Egea. Rosario Soto lo es ahora porque su carrera política y la del consejero de la presidencia han recorrido un camino tan largo y tan salpicado de cambios que el que ahora ha llegado era inevitable. Sobre todo porque Teo García Egea ni está, ni se le espera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario