Diego Ramos presenta 'El último morisco'

Antonio Torres
Periodista

“El último morisco” se presenta el próximo jueves en Almería.  Representa el debut literario de Diego Ramos, hijo de la emigración desde Lubrín y Sorbas a Francia. Ha sido alto cargo del Grupo Volkswagen.

La lectura histórica es su pasión y el sector del automóvil representa la profesión de Diego Ramos Rodríguez (Le-creusot, Francia, 1959). Mantiene vínculo con sus dos pueblos y el apoyo a la revista El Afa de Sorbas y cada verano pasa por Almería.  Su acento es almeriense, pese a residir por razones profesionales en varios países. Ha sido alto cargo directivo del grupo Volkswagen en Suecia, Brasil, Canadá y Miami, entre otros. Admira a Cataluña por su espíritu emprendedor que conoció desde el hogar familiar que se estableció en Mataró.

Ramos es vivo y audaz. Para cuidar el estilo reclamó los servicios profesionales de la asesora audiovisual Mabel Villagra, historiadora, arabista, documentalista y gestora cultural. Especializada en el asesoramiento de producciones audiovisuales, Villagra tiene formación en Historia y Derecho sobre moda andalusí. Experta en la indumentaria y costumbres de los siglos que van desde la aparición del Islam hasta el siglo XVII. Su opinión profesional estuvo detrás de las vestimentas utilizadas en series exitosas como "Isabel", protagonizada por Michelle Jenner y Rodolfo Sancho, o "La Catedral del Mar", basada en la novela homónima de Ildefonso Falcones, o la reciente "Élite". 

Diego Ramos, tras un amplio y detallado trabajo de documentación durante 10 años, se encontró con la historia triste de que los moriscos de Lubrín y Sorbas, que eran la mayoría de la población, no se habían sublevado contra el rey ni habían realizado matanzas, como ocurrió en la Alpujarra. Ha escrito una novela que clama por los miles de familias que fueron injustamente despojadas de su identidad y libertad. Tiene muchas verdades de fondo que su autor, Diego Ramos, ha volteado para que llegue a todos los rincones con un plus literario. “El lector merece rigor histórico”, dice.

Diego Ramos pone en valor el legado histórico y la memoria. Un drama basado en hechos históricos sobre la guerra entre cristianos y la persecución religiosa de musulmanes conversos en Al Ándalus. Es la conmovedora historia de un joven cristiano nuevo y su familia, cuyo devenir dará un trágico vuelco cuando el rey Felipe II, el monarca más poderoso de la historia, decide suprimir las costumbres de los musulmanes convertidos, provocando una contienda fratricida que acabó con las vidas de decenas de miles de personas y redujo a la esclavitud y al destierro a muchas más.

La novela recorre el universo español de mediados del siglo XVI, con sus figuras históricas, sobre todo, las personas de a pie que sufren consecuencias de las decisiones palaciegas. En una sucesión trepidante de tragedias, batallas, hambruna, traiciones, personajes despreciables y otros heroicos, familias rotas, cadáveres de inocentes, a medio enterrar, en cunetas nevadas. El testimonio crudo de un aborrecible hecho histórico que debe ser recordado y que tiene posibilidades de llevarse al cine.

Sobre los instintos imperialistas de algunos presidentes de gobierno o lo que ocurre en la ocupación de Ucrania, Ramos afirma, en compañía del profesor José Miguel Martínez López y del poliédrico Ignacio Mañas, que la falta de sentido común y la avaricia de algunos personajes de su novela tienen mucha vigencia con lo que ocurre en la actualidad: “La tensión sigue creciendo en todas partes. Pensé que hasta Kosovo que la guerra era imposible. Creo que las religiones buscar el bien para el ser humano, pero a menudo son utilizadas por gente ávida de poder en beneficio propio”.

Colchones de perfolla. Ramos lleva en su alma los veranos de Lubrín cuando se juntaba toda la familia y los numerosos primos. “Las siestas solo eran para los mayores porque nosotros preferíamos cuchichear y hacer crujir de las perfollas de los colchones hasta que hartos de nosotros nos dejaban salir al único callejón de la barriada El Hinojo”.  “En mis primeras fiestas nos íbamos caminando muchas veces desde el paraje El Hinojo donde residía el abuelo Cayetano El Pretonilo”. “De esa época recuerdo los días de mercado y la casita comunitaria donde los vecinos del hinojo dejaban las bestias para ir a comprar”. “Recuerdo mi primer helado con el carrito tradicional y sus depósitos de corcho”, rememora Ramos, “y aquellos chambis que se vendían por las calles. Claro que me acuerdo del primer baile con una chica de pelo rizado tan voluminoso que hasta me hacía cosquillas en el cuello y cara. Nuestra familia no pasaba hambre y mis padres no se fueron por necesidad perenne”. ”Y me atrevo a decir que hemos heredado el ingenio, así como el carácter austero y laborioso de aquellas gentes que incansables volvieron a hacer florecer los campos de Lubrín y Sorbas”-

Agua Amarga y Sorbas. El primer capítulo del libro que presentaremos el jueves en librería Picasso de Almería comienza con las siguientes líneas: “5 de julio de 1556, Cala de Agua Amarga, reino de Granada. Antes de que el último vestigio de luz desapareciera por detrás de la sierra, el vigía apoyó las manos en el parapeto de la atalaya, y escrutó la inmensidad frente a él. El calor de las piedras, el vino agrio, y el tufo a algas podridas, le revolvieron las tripas.  —¡Baja ya, Pascual! —gritó alguien.  El guardia volvió a mirar hacia el abismo. En aquella noche sin luna, apenas podía distinguir la espuma de las olas rompiendo en la playa.  —¡Quién me mandaría venir a esta tierra! —se dijo a sí mismo—¿Bajas o no? Con una brisa algo más fresca quizás se hubiese quedado en su puesto, y, tal vez, habría visto las velas que se acercaban. En cambio, chasqueó la lengua y bajó a unirse a la partida de cartas. Aquella decisión le costaría la vida y arruinaría la de muchos inocentes. En cuanto las proas rozaron el fondo arenoso, un centenar de sombras saltaron a tierra. Vestían ropas oscuras y llevaban las armas envueltas en telas negras…”.

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