El profesor Francisco García-Quiñonero Fernández (Almería, 1963),
que ejerce de almeriense en Luxemburgo, cumple su noveno destino en el
extranjero ofreciendo clases a alumnos de la Unión Europea donde disfruta de la
interculturalidad. Tiene
una larga experiencia de profesor en el extranjero. Actualmente trabaja en
la Escuela Europea de Luxemburgo 1 para extranjeros y es profesor de español
de lengua y literatura para españoles. Realizó su tesis en la que se
doctoró por la UNED en Filología Francesa bajo el título
“Agustín Gómez Arcos o el viaje del drama a la novela. Obras teatrales en
español y versiones narrativas en francés”. Es autor de una decena de obras y
posee el Premio Margarita Xirgu de Teatro Radiofónico de Radio Exterior de RNE
por su guion radiofónico El emir y la máquina.
Gómez Arcos acaba de ser homenajeado este verano en Francia por el Instituto Cervantes de París con el apoyo de la Diputación de Almería y el Ayuntamiento de Enix, localidad natal donde fue pastor y recolector de esparto. Autor de Un pájaro quemado vivo o la gran obra El cordero carnívoro, novela de amor y de odio y que en 1975 le llegó el reconocimiento. Aquí desvela, de manera descarnada, los traumas causados por la guerra civil en una familia de la burguesía andaluza.
El profesor alicantino Jesús Alacid, afincado en Madrid, es autor de una
tesis doctoral sobre la figura del almeriense y de un libro titulado Agustín Gómez Arcos:
interculturalidad y memoria, editado por la Universidad de Almería y el
Instituto de Estudios Almerienses (IEA). Alacid explicó a Marta Rodríguez sobre
la citada obra escrita directamente en francés: “Arcos
encuentra en el francés y en el mundo editorial del país vecino la libertad
absoluta para contar una historia que mira hacia una herencia social y cultural
que, desde el punto de vista de la narración, merece ser destruida. El cordero
carnívoro es una novela de destrucción simbólica para un renacimiento también
simbólico que pasa por la apertura a la alteridad”. Gómez-Arcos fue dos
veces finalista del prestigioso Premio Goncourt y, como escribió Haro Tecglen,
el dramaturgo y novelista almeriense fue extranjero en su patria.
Más Gómez-Arcos en
Almería. Francisco García-Quiñonero reflexiona: “La memoria de Gómez Arcos debería
estar mucho más presente en las calles y plazas de Almería. La única calle
dedicada está en la barriada remota de Loma Cabrera, cerca del Aeropuerto.
Deberíamos ser más generosos con la memoria de las personas que han
protagonizado cosas importantes en nuestra provincia. No hay escuela, ni
instituto, ni edificio público que lleve su nombre. Además, sus libros no se
leen nada. Nunca ha sido un texto de lectura en los institutos”. García-Quiñonero
tiene palabras de agradecimiento para las instituciones y personas, como Antonio
Duque, amigo íntimo del “último exiliado”, y la pasión del profesor José
Heras por seguir investigando, promocionando y, de forma generosa, aportando
documentos al IEA. Ambos son grandes divulgadores de su obra.
Francisco García-Quiñonero Fernández fue
el autor de la recopilación y el estudio introductorio de la poesía completa
del almeriense de Enix bajo el título Agustín Gómez Arcos.
Poesía, obra editada por Cabaret Voltaire. “Si Ocasión de paganismo
es un canto de amor carnal y jubiloso en el proceso de su realización, Pájaros
de ausencia desvela desde el titulo cual es tenor. Ocasión de paganismo habla
de la pasión en el momento del abrazo; Pájaros de ausencia, del amor ya pasado
que se añora. Aquel conjuga los verbos en presente; este, en pretérito…”, apunta García-Quiñonero. Hace referencia a su admirada profesora Celia Viñas en sus tiempos de
instituto. “Ella es quien encauza sus lecturas curso tras curso y le transfunde
en las venas, hasta lo más profundo, el venenillo del teatro. El primer poema
es un sentido canto de agradecimiento a la figura docente y tierna de la amiga,
maestra y casi madre; el segundo es una conmovedora elegía a la admirada mujer
prematuramente fallecida a la edad de 39 años”.
El profesor almeriense, especialista en
Gómez Arcos, siempre ha querido trabajar en el extranjero porque le es
atractivo lo diferente. Estos días prepara su regreso
a Luxemburgo, noveno país de su experiencia como profesor en tres
continentes. Conversamos en la Feria de Almería sobre sus comienzos y la
peculiaridad del apartheid: “El mundo estaba a punto de cambiar en 1989 con la
caída del Muro de Berlín. Fue una experiencia intensísima. La única vez que he
sido oficialmente blanco. Había una playa en Durban a lo que yo podía ir, pero
no acompañado de algunos de mis alumnos por no ser blancos”, aspecto que
aparece en su novela breve Viaje a la nación del arco iris.
"Lo mejor de la escuela europea es la interculturalidad porque hay alumnados de todos los países de la Unión Europea y todo el mundo habla varios idiomas con naturalidad", subraya García-Quiñonero, hijo de maestro en Mojácar, Turrillas y Serón. Recuerda sus primeros pasos mojaqueros con la Iglesia y La Fuente con su placa de la “Villa de Muxacra, presidida por el alcaide, el musulmán que se sentía tan español como los Reyes Católicos”. Admite que tiene nostalgia de su juventud en la capital. Calle Tirso de Molina, colegio Madre de la Luz y en el instituto Celia Viñas, “siguiendo los pasos de Agustín Gómez Arcos”.
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