Parque Natural Cabo de Gata-Níjar: ¿"Patrimonio Sostenible"?

María Teresa Pérez Sánchez
Presidenta de Amigos de la Alcazaba

“Patrimonio Sostenible” es el lema de este año de las Jornadas Europeas de Patrimonio, que se vienen celebrando desde 1999. Amigos de la Alcazaba se ha sumado a ellas con una visita al Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, la joya y emblema del patrimonio almeriense, tanto natural como cultural. Nos acompañó Juan Antonio Muñoz Muñoz, especialista en temas de la Cultura del Agua de Almería. 

El Parque Natural, el “Top 10” de la conservación

Lamentablemente el panorama que hemos contemplado resulta desolador e insostenible. Lo que resulta incomprensible en un espacio que es visitado por ciento de miles de personas, reconocido internacionalmente y con altísimos niveles de protección legal:  el primer Parque Natural marítimo-terrestre de Andalucía, Reserva de la Biosfera, Parque Geológico, Reserva Marina,  Zona de Especial Protección para las aves (ZEPA), Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), Zona de Especial Conservación de la Red Ecológica Europea Natural, Humedal de Importancia Internacional, Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo … Además de su riquísimo patrimonio cultural, constituido numerosas fortificaciones  que son Bienes de Interés Cultural y forman parte del patrimonio monumental, sitios históricos como el cortijo del Fraile, también BIC, su singular patrimonio etnográfico ligado a la cultura del agua,  patrimonio salinero, pesca artesanal… 

Las Salinas “huelen a muerto”

Las Salinas, con su humedal de unas 300 has. de aguas, sus flamencos y casi un centenar de especies con miles de aves, ha sido la “postal” del Parque Natural. La actividad económica está integrada en la naturaleza, ha facilitado la vida. Pero ahora todo ello ha desaparecido. Desde el Mirador, las Salinas aparecen como un erial oscuro y cuarteado que durante muchos días, en palabras de un pastor de la zona, “olió a muerto”. Porque a diferencia de los flamencos y otras aves que huyeron de lo que fue su hogar, otros miles de animales quedaron prisioneros y la catástrofe se cernió sobre ellos. ¿Cómo, a través de qué acciones y omisiones de los distintos responsables hemos podido llegar a esta situación?  ¿Por qué no se actuó hasta que la movilización de la ciudadanía obligó a ello y ya era demasiado tarde para evitar el desastre? Tenemos derecho a saberlo. 

La defensa del torreón de San Miguel

Un extraordinario sistema defensivo jalona la costa almeriense, con seis fortificaciones en el municipio de Almería, que fue construido para hacer frente a las ataques y amenazas que durante siglos venían del mar, por lo que la conocemos popularmente como la “Costa de los Piratas”. Una de estas fortificaciones,  a escasos metros de la barriada de Cabo de Gata y en zona muy concurrida de chiringuitos y playas, es el torreón de San Miguel, construido en 1756, en época de Fernando VI. Hoy ofrece una imagen deplorable por su estado de total abandono, con parte del muro perimetral destruido, que permite que los únicos que lo disfruten sean los okupas. Situación que ya comunicó a Amigos de la Alcazaba la Asociación de Vecinos de Cabo de Gata. 

Hace ya 4 años que se falló el concurso de ideas en el que resultó ganador el proyecto “Torre Varada”, para transformar la torre y su entorno en mirador y oficina de turismo municipal. Amigos de la Alcazaba ya manifestó sus reservas con este proyecto por no respetar en nuestra opinión la naturaleza y singularidad de esta fortificación. En cualquier caso, hoy presenta un aspecto lamentable, el proyecto estará paralizado al menos otros dos años y desconocemos si el Ayuntamiento mantendrá el uso previsto.  

El estado de deterioro del patrimonio castellológico del Parque es extensible a la mayoría de las fortificaciones existentes, siendo algunos de los casos más lamentables el castillo de la cala de San Pedro y el de los Alumbres de Rodalquilar, situación reiteradamente denunciada por Amigos de la Alcazaba. 

La pesca que se hace con las manos

Luis Rodríguez es la cuarta generación que trabaja en la pesca artesanal, tradición familiar que continuará su hijo. En nuestra visita “el Chato” nos transmitió maravillosamente su experiencia y amor por este modo de vida duro pero apasionante, que afronta importantes retos derivados de los problemas y trabas burocráticas a las que se enfrentan los pescadores de “esta pesca que se hace con las manos”, mantiene fijada la población y sus artes son respetuosas con el mar. “Poco a poco quieren que desaparezcamos”, nos dice, obligándolos a llevar sus capturas a los puertos, donde es imposible competir con los precios de los otros tipos de pesca. No quiere ayudas, pero “si al menos nuestro pescado tuviera una denominación de origen…”  Pese a considerarse una “especie en vías de desaparición” sigue luchando a través de Pescarte por defender su trabajo y transmitir los valores de la pesca tradicional  del Parque Natural.   

“La muerte tenía un precio”

Los Albaricoques y su entorno fueron uno de los escenarios de la época dorada del cine,  con más de 60 películas, entre ellas la famosa trilogía de Sergio Leone con Clint Eastwood y la música de Ennio Morricone. Una experiencia profunda entre sus habitantes, como lo fue para el niño Manuel Hernández. Manuel, hoy gerente del restaurante «El Alba», se afana desde hace veinte años en defender esta huella y convertirla en una seña de identidad y una fuente de riqueza para el pueblo, pero, como la arena movida por el viento, la huella va desapareciendo, el pueblo se va transformando, y al igual que en el conjunto de Almería,  la herencia ligada a los rodajes cinematográficos, que podría ser un riquísimo patrimonio, se convierte  cada vez más en otra oportunidad  perdida.  

El milagro del agua

En el Campillo de Doña Francisca, entre los Albaricoques y el cortijo del Fraile, se encuentra el más impresionante conjunto de aljibes del parque. Sin otro posible abastecimiento de agua, estos artilugios eran la única garantía de supervivencia, eran la vida misma para los hombres y mujeres que habitaban y cultivaban este lugar, que sin duda merece ser reconocido como un Paisaje de Interés Cultural. Es necesario protegerlo, difundirlo y señalizarlo   dignamente, al igual que el resto del patrimonio etnográfico del Parque vinculado con la cultura del agua. 

El icono de el Cortijo del Fraile

El cortijo del Fraile se sigue cayendo a pedazos. Tras una larguísima lucha ciudadana reivindicando su protección legal, finalmente la Junta de Andalucía reconoció sus extraordinarios valores  (etnológicos, históricos, literarios-artísticos, paisajísticos y sociales) y lo declaró Sitio Histórico en 2010 para que pudiera gozar de la “singular protección y tutela” que la ley concede a los BIC . De poco valió, porque a pesar de la precaria  consolidación para evitar que la iglesia y su torre se derrumbaran, hoy continúa siendo  una ruina. Por ello, nos alegramos y mucho cuando el Presidente de la Diputación nos anunció en junio del pasado año la intención de comprar el cortijo del Fraile para que pasara a ser propiedad pública, restaurarlo y convertirlo en el espacio cultural que hemos deseado siempre. Las cosas de palacio van despacio, desconocemos cuándo se formalizará la compra y por supuesto cuándo  este icono de la literatura, la historia, el cine y también del maltrato del patrimonio almeriense recuperará su dignidad y su esplendor.   

Sumándonos a estas Jornadas Europeas de Patrimonio, Amigos de la Alcazaba  pretendíamos llamar la atención sobre el papel activo de las comunidades para garantizar  un futuro sostenible y duradero para  nuestro patrimonio. Nuestra visita al Parque Natural de Cabo de Gata Níjar desgraciadamente nos muestra que la situación, a día de hoy, no es sostenible.

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