Plaza Virginia Calvache Ordoño en Alhama de Almería

Antonio Torres
Periodista

Alhama de Almería ha sido el escenario de un homenaje póstumo a la periodista Virginia Calvache con la apertura de la Plaza Virginia Calvache Ordoño.

Plaza dedicada a Virginia Calvache, en un acto que ha contado con la presencia de sus padres y su hermana / A. Torres

Los vecinos captaron la personalidad de Virginia Calvache Ordoño (Alhama de Almería, 1968-Alhama de Almería, 2020) al organizar el acto dentro de la programación de las fiestas locales con el descubrimiento de una placa en la plaza que llevará su nombre en la localidad de Nicolás Salmerón con presencia de los padres de la añorada periodista.  Fue emocionante ver a unos padres Carmen y Eter, orgullosos por los afectos recibidos, junto a Olga y su pequeña niña en un acto sentido, austero, pero con música y sentimiento como le habría gustado a Virginia esté donde esté su alma. Ya por la noche hubo un concierto de Jazz en el nuevo espacio cultural. El alcalde, Cristóbal Rodríguez López, recordó la personalidad de Virginia, sus libros y el amor que tuvo siempre por su pueblo. “Hemos elegido este entorno porque estamos al lado del Museo de Alhama y es un espacio al que Virginia, una gran periodista y escritora, le tenía cariño porque ella siempre ha apostado por la cultura. El mejor homenaje, permanente, es esta plaza que lleva desde hoy su nombre”. Centenares de personas y la Banda de Música lo celebraron nada más descubrirse la placa por parte de Carmen Ordoño, madre de una persona excepcional que va en el corazón de todos los que tuvimos el privilegio de acompañarla en distintas facetas laborales. El periodista de Canal Sur Radio y Televisión, Paco Flores y este autor no pudimos contener las lágrimas al ver a una familia golpeada en vida y que se agarraban a la nietecita de nombre Virginia. Flores fue uno de sus amigos y compañero fiel en tareas profesionales, compartiendo sueños, preguntó cómo era Virginia en mi etapa de director suya. “Buscaba la verdad, rompía con el periodismo burocrático de agenda al plantear temas distintos y, en definitiva, pasión por el periodismo insobornable, y que solo respondía al contrato con los ciudadanos. Su ejemplo y sonrisa sigue con nosotros”. 

La desaparición, tan joven, fue un palo muy duro para la familia, amigos y las redacciones por las que ha pasado. Almería, Sevilla, Granada, Barcelona y Madrid. En todas partes dejó la huella de su sabiduría y sus ansias por honrar a la profesión. “Una periodista de raza que no encontró una oportunidad a su altura”, llegó a articular Manuel Arroyo, primer director de Canal Sur Radio en Almería, cuando conoció su desaparición. Otra de las amigas íntimas de Virginia es Tereixa Constenla, actual corresponsal de El País en Lisboa y que dirigió Babelia, quien en su momento escribió un hermoso obituario cuyo primer párrafo rescatamos: “La periodista Virginia Calvache Ordoño ha vivido en 52 años experiencias para las que otros necesitan varias vidas. Nació en Alhama de Almería, un pueblo perfumado por miles de naranjos, donde también murió el viernes cuando el tumor cerebral con el que convivía desde 2014 se impuso a su voluntad. La pelea contra el cáncer fue su último gran desafío. Antes de instalarse en ese escenario brutal, donde ella sabía que cada día la acercaba al final, encaró otros escenarios, menos dramáticos, pero también exigentes y retadores, como los viajes al Polo Norte Magnético, al Kilimanjaro, a los desiertos de Atacama y el Sáhara, a China o Nepal. Se embarcó en travesías extremas para Andalucía Aventura, serie documental que hizo para Canal Sur con el montañero Javier Campos (premiado por la Junta de Andalucía en un acto celebrado en Málaga). De la incursión en el Ártico dejaron constancia en el libro Las huellas de Nanuk (2001), una suerte de diario de la cruda ruta y de retrato sociológico de los inuit que conocieron en Canadá”. 

Coincidiendo con el 92 aniversario del Crimen de Níjar que inspiró a García Lorca y a Colombine, Calvache consiguió localizar a Joaquín Pérez Cañadas, hijo de José Pérez Pino, autor confeso del “Crimen de Níjar”, una entrevista que incluimos para la historia en el libro “¡Llévame contigo, ahora o nunca! La historia jamás contada del crimen de Bodas de sangre”. No perdió los pies del suelo y mantuvo la colaboración con la revista El Eco de Alhama, que precisamente anoche celebró la presentación de otro número con todo lo que ello representa de esfuerzo por parte de su actual directora María Carmen Amate. Virginia hizo periodismo cultural en todas partes por las que pasó. Aquí nos dejó para la historia del cine y de música trabajos impagables sobre la estancia de John Lennon en Almería para rodar Cómo gané la guerra en el desierto de Tabernas, las visitas a Carboneras, o las entrevistas a los grandes del flamenco Tomatito y Niño Josele que hoy pasean el nombre de Almería por el mundo entero. Virginia nos dejó, en el verano de 2020, pero su memoria permanece y todos agradecemos la sensibilidad y el gesto de sus paisanos y la corporación municipal con la apertura de la Plaza Virginia Calvache.

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