La ciudad de Almería va a experimentar en los próximos años una
grandísima transformación gracias a las obras de la segunda fase de la
integración del ferrocarril, lo que todos conocemos como soterramiento, un
tramo que forma parte del Corredor Mediterráneo que ha experimentado en los
últimos cuatro años un importante acelerón con la licitación de obras por valor
de 1.400 millones de euros en Murcia y Almería. De nuevo, un gobierno del PSOE
vuelve a liderar una actuación urbanística, económica y social de relevancia
para el progreso de nuestra ciudad, como ya ocurrió con la Universidad de
Almería, la Rambla o con la construcción del Auditorio.
La pasada semana la Junta de
Andalucía, tras unos meses de bochornoso silencio, por fin se pronunció sobre
la financiación que va a aportar para la construcción de esta infraestructura
trascendental. Se ha comprometido a contribuir con 45,8 millones de euros, lo
que se plasmará en un acuerdo con el resto de administraciones implicadas,
Ayuntamiento de Almería y Gobierno de España, en el seno de la empresa Almería
Alta Velocidad.
Un apunte. La Junta de Andalucía ha anunciado que aumenta su aportación porque los fondos proceden de Europa. No puedo dejar de mencionar que se trata de los mismos fondos cuya llegada el PP de Pablo Casado intentó boicotear, sembrando dudas en el seno de la Unión Europea sobre la gestión del Gobierno, en una ofensiva de la oposición contra unos fondos millonarios para España inédita en otros países europeos. Aunque nos ha hecho perder unos meses cruciales, bienvenida sea la aportación de la Junta de Andalucía y ya no hay pretexto alguno para seguir avanzando en la consecución de unas obras que los almerienses llevamos demasiados años esperando. Desde el PSOE nos preguntamos ahora si el PP, tras 20 años en el Ayuntamiento, se ha ocupado de adelantarse al siguiente desafío al que nos enfrentamos como ciudad: la interacción entre la planificación urbana, la arquitectura, la movilidad, las infraestructuras existentes, etc. Mucho me temo que todos estos años el PP ha estado más ocupado en utilizar el Ayuntamiento como trampolín político de sus cargos que en prever el escenario urbanístico que se precipita sobre nuestra ciudad con la llegada del AVE. Pero esto va a cambiar a partir de mayo. Tenemos por delante un trabajo apasionante donde prevalecerán, desde la óptica socialista, el interés general de la ciudad y de los almerienses, y valores como la sostenibilidad, la integración y la cohesión de todos los barrios en los proyectos que se van a realizar.
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