Todos los andaluces y andaluzas hemos tenido claro desde el 28 de febrero de 1980 que aquel referéndum debía servir a una gran causa común: construir una Andalucía donde se garantizara la igualdad de oportunidades, sustentada en el acceso a una educación y a una sanidad pública de calidad, el impulso de nuestros sectores productivos o en el desarrollo de las grandes infraestructuras que habrían de equipararnos al resto de España.
La fecha que marcó el inicio del periodo de progreso económico, social y cultural más fructífero de nuestra historia reciente debería de ser hoy motivo de orgullo. Conectar en estos días con el espíritu del 28F significaría que hemos seguido conquistando derechos, aumentando nuestro Producto Interior Bruto (PIB), creando empleo o elevando la calidad de nuestros servicios públicos. Sin embargo, nuestra comunidad autónoma no ha dejado de dar pasos atrás desde que gobierna el Partido Popular.
No hay ni un solo indicador- este es un dato objetivo- que refrende que la gestión que está realizando Moreno Bonilla va por el buen camino. En materia fiscal, por ejemplo, el Partido Popular ha estado viviendo todo este tiempo sobre una mentira, ya que se ha demostrado que los privilegios de los que se están beneficiando exclusivamente las grandes fortunas lo único que han provocado ha sido una reducción de los ingresos; es decir, que se disponga de menos dinero para materias como la sanidad o la dependencia.
La incapacidad manifiesta del PP al frente del Gobierno andaluz se deja ver también en su falta de diligencia a la hora de gestionar los fondos europeos, que siguen llegando a España de la mano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La Cámara de Cuentas fue el primer organismo en dar la voz de alarma al advertir en un informe que la Junta de Andalucía había gastado el pasado año apenas el 5% de esos fondos. Abundando en esa mala gestión, la patronal andaluza también alertaba de que a las empresas de la comunidad ha llegado menos del 15% de los fondos Next Generation de la UE. En fin, todo un despropósito sin una pizca de autocrítica por parte de Moreno Bonilla, que pretende maquillar cada mal dato con una buena sobredosis de ‘humo’. De hecho, en eso sí que el Gobierno andaluz del PP ha sacado matrícula de honor al haber ejecutado el 95% de la partida destinada a publicidad y propaganda.
En definitiva, este día de Andalucía nos aleja del espíritu con el que salimos a las calles los ciudadanos en 1980 debido, fundamentalmente, al empeño de la derecha en la demolición del Estado de Bienestar, lo que pone en cuestión también el mandato de nuestro Estatuto de Autonomía.
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