En lugar de trabajar, en el PP han decidido hacer ruido con el tema del agua. En este contexto es en el que se enmarca la iniciativa sobre el trasvase Tajo-Segura que los representantes ‘populares’ llevaron al Parlamento de Andalucía esta semana y con la que insistieron en su estrategia de politizar la necesidad de agua de esta provincia, una cuestión en la que, por cierto, todos estamos de acuerdo.
Almería necesita agua del Tajo, claro que sí, pero no puede encomendarse sólo a ella. En un contexto de cambio climático, donde los episodios de sequía serán cada vez más habituales, la agricultura del Levante almeriense no puede depender exclusivamente del agua que caiga del cielo. Los regantes necesitan certidumbre y en eso, precisamente, es en lo que está trabajando el Gobierno de España: en darles certidumbre y seguridad.
Nuestra provincia debe avanzar hacia la autosuficiencia en materia de agua y ese camino pasa obligatoriamente por la desalación y la depuración. Por ello, el Gobierno de Pedro Sánchez ha puesto en marcha un plan de desalación más que ambicioso para Almería, que nos permitirá obtener 40 hectómetros cúbicos de agua desalada al año, gracias a una inversión de 125 millones de euros. A esta cantidad hay que sumarle los otros 100 millones de euros que se han contemplado para la mejora de regadíos de una punta a otra de la provincia.
El coste del agua desalada es otra de las cuestiones en las que está trabajando el Gobierno y, en este aspecto, se han articulado soluciones a corto y medio plazo: a corto plazo, con la aprobación de una medida transitoria que permitirá suministrar el agua con unos precios similares a los que se han sostenido en 2022 mediante la aplicación del decreto de sequía; y a medio plazo, planificando que cada desaladora cuente con una planta fotovoltaica para que no se dispare el coste de la desalación.
El Gobierno de España, por lo tanto, está poniendo soluciones reales encima de la mesa, mientras que otros no pueden decir lo mismo. Basta recordar un dato: el Partido Popular, con su gestión al frente de la empresa pública Galasa, está permitiendo que cada año se pierdan 7 hectómetros cúbicos en fugas por el mal estado de las redes de distribución del Almanzora y el Levante.
Resulta asombroso que el mismo Partido Popular que malgasta cada año 7 hectómetros cúbicos por un lado acuda al Parlamento de Andalucía para quejarse amargamente por la reducción de 2 hectómetros cúbicos del trasvase Tajo-Segura. Resulta asombroso y una burda tomadura de pelo, de la que tomarán cuenta, seguro, los vecinos del Almanzora y el Levante, a los que la broma les cuesta 4 millones de euros al año.
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