La prensa rosa está difundiendo estos días una información que no se ajusta estrictamente a la realidad. Los titulares vienen a decir algo así como “Telecinco veta a varios de sus nombres más recurrentes por cambios en la dirección” (El Independiente), “Terremoto en Mediaset: la cadena veta a Rocío Carrasco, Fidel Albiac y Kiko Rivera, entre otros” (El Español) o “Mediaset veta de sus contenidos a algunos de los principales personajes de sus programas: de Kiko Rivera a Rocío Carrasco” (El Mundo). Suele ser muy habitual en la prensa del corazón que una publicación lance una noticia no contrastada y los demás medios se hagan eco de la misma sin verificar nada. Éste es el caso. Alguien ha lanzado el veto de trece nombres y nadie ha reparado en comprobar si es cierto o no. Estos medios pocos estrictos se amparan en el socorrido "según informa tal". Si se hiciera caso a las informaciones publicadas, Rocío Carrasco habría recibido ya más de veinte denuncias por la emisión de sus dos docuseries, "Rocío, contar la verdad para seguir viva" y "En el nombre de Rocío". Y no ha recibido ninguna porque ninguna le han puesto.
Telecinco no ha vetado a nadie, y menos aún a personas que no aparecen nunca en sus programas, como son los casos de Fidel Albiac (marido de Rocío Carrasco) o José Fernando Ortega (hijo de José Ortega Cano y Rocío Jurando) o Rosario Mohedano (hija de Amador Mohedano y Rosa Benito). No tiene sentido vetar a quien no es necesario vetar porque nunca tiene presencia en un programa de ninguna de las cadenas del grupo. Tampoco es verdad algo que la periodista Marina Esnal afirma en La Razón: "Han puesto varios carteles en la Redacción con varios nombres de gente que está vetada...". Esos carteles solo existen en la imaginación de la periodista.
Artículo de Marina Esnal en La Razón |
Hay una realidad evidente: Mediaset, en general, y Telecinco, en particular, no están pasando por su mejor momento en cuanto a audiencias. El caso de Telecinco es más preocupante que el de Cuatro y las demás emisoras del grupo. En realidad, éstas, que son media docena, han cerrado los datos de audiencia de 2022 en mejor posición que en 2021. No es el caso de Telecinco, que ha pasado de ser la emisora con más audiencia a ver cómo ha sido desplazada de ese lugar por Antena 3. Sin embargo, una cuestión es la audiencia y otra bien distinta es el beneficio económico. Mediaset aún no ha presentado resultados correspondientes al ejercicio fiscal de 2022, pero, contrariamente a lo que parece indicar, no estarán muy distanciados de los conseguidos en 2021, que fueron bastante buenos. De hecho, el beneficio neto del grupo fue de 183 millones de euros, ligeramente superior al de 2020.
Por otra parte, cuando se valoran las audiencias de un programa de televisión se suele ignorar un dato muy importante: el target comercial de ese programa. No es igual el dato de audiencia que el target comercial ni ambos datos van paralelos. Éste último concepto es el que se traduce en rendimiento económico. Mediaset está razonablemente satisfecha del target comercial de la mayoría de sus programas. Vamos a poner un ejemplo: el programa “25 palabras”. Casi nadie entiende que siga en emisión cuando su share apenas alcanza los dos dígitos. Sin embargo, el target comercial del programa ampara su puesta en antena y su renovación, pues, a pesar de tener menos audiencia que 'Y ahora, Sonsoles', le supera en target comercial. Antena 3 ha mantenido durante muchos meses sin publicidad el programa de Sonsoles Ónega.
La audiencia de la televisión tradicional disminuye cada día, y no solo la de Mediaset. Se están reforzando mucho otras plataformas de entretenimiento, que causan inevitablemente un impacto negativo en aquellas. Se da el caso concreto de una serie de televisión emitida en Telecinco ('Vivir sin permiso') que ha pasado casi desapercibida y, sin embargo, triunfa en Netflix. No es el caso de 'Entrevías', que funciona bien tanto en Telecinco como en Netflix.
Esta situación de trasvase de audiencia de unos formatos a otros no afecta exclusivamente a Mediaset sino a todos los grupos de televisión. Por esta razón, estos mismos grupos tradicionales (principalmente Atresmedia, RTVE y Mediaset) también se han subido al carro de los nuevos formatos. Cada día adquieren más consistencia las plataformas Atresplayer (Atresmedia), RTVEplay (RTVE) y Mitele (Mediaset).
Lo que nadie pone en duda es que Telecinco suma a su crisis de audiencia cierta crisis reputacional, y es esta parcela la que quiere mejorar la nueva dirección del grupo. Se está realizando una profunda renovación de la organización interna, con la salida de ciertos cargos de responsabilidad y el fichaje de otros. Algunos de los programas incorporados últimamente a la parrilla no han ofrecido el resultado satisfactorio que esperaban. Y la “guerra” de productoras ha ido in crescendo, como se pudo ver gráficamente en la irrupción de la periodista Marta Riesco (Unicorn) en un directo en Las Ventas realizado por la periodista Cristina Porta (La Fábrica de la Tele), que sonrojó a propios y extraños.
Por tanto, no es cierto que Telecinco haya vetado nombre alguno. No hay lista negra. Ni cartel alguno. Lo que sí ha vetado la nueva dirección son ciertos contenidos que considera que suponen un desprestigio para la cadena. Más que veto, se podría hablar de protección. Y esta protección pivota sobre tres nombres, principalmente: Isabel Pantoja, Rocío Carrasco y José Ortega Cano. No es, pues, una lista negra de nombres, sino una lista negra de contenidos. Mediaset no va a permitir más que las tres personas indicadas sigan siendo objeto de un pim-pam-pum al que se agarran familiares oportunistas y colaboradores ávidos de ocupar un espacio en la pantalla. El caso de Bárbara Rey no tiene nada que ver con los anteriores. Mediaset no quiere dar publicidad a la que fue esposa de Ángel Cristo para que no sirva de promoción de un programa de la competencia. Antena 3 emitirá próximamente en abierto la serie "Cristo y Rey" que actualmente se está emitiendo en Atresplayer Premium.
Es completamente falso que Mediaset haya repartido por sus dependencias una relación de nombres de famosos que no pueden ser nombrados en Telecinco o Cuatro. E igualmente es falso que los personajes que se están mencionando no vayan a ser objeto de tratamiento en los programas de las dos cadenas. Lo que sí va a evitar Mediaset es el circo mediático y reputacional montado en torno a estas personas.
Por orden de la dirección de Mediaset, con Alessandro Salem a la cabeza, el pasado miércoles se envió un escrito a las diferentes productoras que desarrollan programas diarios para Telecinco y Cuatro con tres instrucciones concretas: una, que no den cabida a personajes que llevan años viviendo a costa de Rocío Carrasco, José Ortega Cano e Isabel Pantoja; otra, que cese cualquier tipo de guerra entre productoras o personas de la cadena, y por último, que no se dé publicidad a personajes de otras cadenas.
El propósito de la cadena es que se fomente la retroalimentación positiva de los contenidos y se trate al universo Mediaset como un conjunto, así como que se dignifique la forma de afrontar los temas relacionados con la prensa del corazón. Anoche mismo se pudo ver, en el programa ‘Viernes de luxe’, cómo a la invitada Raquel Mosquero no se le mencionó para nada el nombre de Rocío Carrasco, que era prácticamente su monotema de conversación televisiva durante los últimos años. Por cierto, la entrevista resultó más que anodina.
Nadie duda de que esta nueva política de Mediaset va a tener efectos colaterales en cuanto a la presencia de ciertos personajes en sus programas. Por una simple razón: porque esos personajes carecen de ideas fuera de lo que se trama en sus ámbitos familiares. Pero eso no quiere decir que se haya impuesto veto alguno.
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