Los refugiados sirios, el nuevo oro de los traficantes de personas

Javier Pajarón
Periodista

El 1 de noviembre de 2022, a las 00.57 horas, el traficante argelino Abdelkader A. contactó con el piloto de una patera desembarcada en la playa de El Barronal, una pequeña cala entre Mónsul y Genoveses (Cabo de Gata).  

Abdelkader: Entra por ahí. Llevas contigo a los sirios, ¿no?

Paterista: No, no hay. 

Abdelkader: Yo trabajo en la carretera. Me suelo llevar a los sirios. Los marroquíes y los argelinos no me interesan, no salen rentables. Solo viajan a Francia. 

La ruta argelina ha revolucionado el tráfico de seres humanos en el Mar de Alborán. Como una gran industria delictiva, las mafias exprimen los sistemas técnicos, los perfiles de los migrantes y la situación de otras rutas alternativas en el Mediterráneo. Los desplazados sirios se han convertido en el nuevo oro para los traficantes de pateras. Pagan más dinero por el transporte, viajan en pequeños grupos y buscan destinos más lejanos. Son, en palabras de Abdelkader A., “más rentables”. 

La presencia de refugiados de Oriente Medio en el norte de África no es reciente. ACNUR anunció en enero de 2019 la existencia de una bolsa de 50.000 ciudadanos sirios atrapados en la frontera de Níger y Argelia, lo que evidencia el crecimiento de una travesía migratoria africana distinta a la conocida en el Mediterráneo Central. 

Desde ese mismo año, Almería sufre una afluencia constante de ‘harragas’ argelinos. Las fuerzas de seguridad hablaron entonces de “pateras taxi”, por la capacidad para cubrir los 200 kilómetros de distancia entre Orán y Cabo de Gata en algo parecido a narcolanchas. 

“Son embarcaciones de fibra o semirrígidas de pequeñas dimensiones y provistas con motores de gran caballaje, que les permiten realizar singladuras en un corto espacio de tiempo desde las costas argelinas hasta las del levante almeriense, y que una vez que los migrantes desembarcan en tierra, retornar nuevamente hacia Argelia”, señala un informe del Grupo de Información de la Guardia Civil. 

Este maquinaria se ha alimentado de argelinos originariamente, pero en los últimos meses ha virado hacia otros perfiles. Entre los traficados aparecen con cada vez mayor frecuencia ciudadanos sirios. 

Según datos de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) y la Policía Nacional, el año pasado llegaron a la provincia de Almería 3.928 migrantes irregulares en pateras.  Los sirios representan un porcentaje mínimo en comparación a argelinos, marroquíes y subsaharianos; no obstante, se ha detectado un aumento de su presencia en los botes. En toda España llegaron por rutas clandestinas 680 en 2022. En Almería se detectaron en 2021 y en la primera mitad de 2022 unos 300. 

Traficantes sirios

Dicho de otro modo, las mafias optan con mayor frecuencia por embarcar a sirios a través de la ruta de Orán, aprovechando la existencia de grandes grupos de desplazados asentados en su territorio como consecuencia del éxodo de la guerra. 

Pero, ¿cómo funcionan estas redes de tráfico de personas? ¿Cómo captan a los expatriados y qué les ofrecen en España? Las investigaciones desarrolladas por la Policía Nacional, la Guardia y expertos de Inteligencia arrojan luz sobre la evolución de las mafias. 

Los traficantes mantienen contactos sobre el terreno en provincias como Orán, Tremecén o Saida (también se han reportado casos de captación en ciudades marroquíes fronterizas), sin embargo, han trasladado su base logística a Almería y, en menor medida, a Alicante. 

En España cuentan con una estructura de viviendas, taxis y, sobre todo, contactos para comprar motores y embarcaciones. Incluso cuentan con lugares donde realizar reparaciones y preparar las travesías. De este modo, son capaces de botar pateras en la costa de Cabo de Gata, colocar a bordo a expertos pateristas y cruzar varias veces Alborán para llevar y descargar migrantes. 

Para hacer más lucrativo el negocio, ofrecen transportes por carretera. Las investigaciones, con escuchas telefónicas y seguimientos, confirman que los sirios son llevados fuera de España, casi siempre a Alemania, Reino Unido u Holanda. Cuanto más lejos, más dinero. Por eso prefieren parasitar a los sirios frente a cualquier otra nacionalidad. 

Esto ha atraído incluso a traficantes curtidos en aquel éxodo iniciado tras la Primavera Árabe en 2011. Estos intermediarios han aparecido poco a poco en la provincia de Almería. “Es un tejido criminal complejo, transnacional y establecido en el tiempo, en el que sus miembros conformarían un sustrato compuesto principalmente por ciudadanos argelinos (mafia argelina) conexionados entre sí que contarían con el apoyo de terceros de otras nacionalidades (sirios, marroquíes e incluso españoles)”, ha revelado la Guardia Civil en una reciente operación centrada en Roquetas de Mar. 

Las mafias buscan el negocio y, aunque a veces haya que renunciar a grandes números. “De todos modos, yo me los llevaría a Toulouse, no pasa nada, sin problema. Yo los llevo, los meto más allá de las fronteras y les compro el billete hacia Friburgo o Malhouse”, concluyó Abdelkader A. 

“LOS SIRIOS NO ESTÁN AL TANTO...”

Los precios de la ruta varían según la oferta y la demanda y la competencia se ha convertido en voraz. Un conversación captada el 25 de octubre revela la preocupación. “No hay nadie que le haga asco al dinero. ¿Por qué crees que me interesa trabajar los sirios? Porque lo sirios no están al tanto...yo ayer vi en TikTok un argelino que contaba que se había venido a España clandestinamente, a Alicante, y de ahí un conductor que lo llevó desde Alicante hasta París por tan solo 60 euros, cuando el precio normal oscila entre 400 y 500 euros”.

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