Uno de los programas más longevos y de más éxito de la televisión española, Sálvame, llega a su final el próximo mes de junio. No es una desaparición voluntaria, una decisión empresarial de Mediaset España, que estrenó equipo directivo hace unos meses. Sobre la desaparición del programa producido por La Fábrica de la Tele se han escrito infinidad de artículos. Basta darse un paseo por Google para comprobarlo.
Cae en un error quien considere que la liquidación de Sálvame es propicia para establecer un debate telebasura sí / telebasura no. No es esa la cuestión. La cuestión de fondo es que molestaba a ciertos poderes la presencia de un programa rupturista -a veces rayando lo grotesco y hasta lo intolerable-, permanentemente innovador, que armonizaba perfectamente el tratamiento de las noticias del corazón con un planteamiento progresista de cuestiones muy variadas. Su presentador estrella, Jorge Javier Vázquez, nunca ha ocultado su preferencia por los partidos de tendencia izquierdista, si bien el programa era muy variopinto y en él se mezclaban opiniones de todas las variables políticas.
El cierre de Sálvame también ha ocasionado su parte humorística e irónica. Es por esta razón por lo que publicamos hoy el denominado comunicado "Nota oficial de la Marea Azul sobre el cierre de Sálvame". Dice así:
"Como ya es de dominio público, la telebasura ha perdido a uno de sus más fuertes bastiones, Sálvame, el programa diario creado por una productora tan nefasta como La Fábrica de la Tele y conducido habitualmente por quien es considerado un ejemplo de igualmente nefasto presentador, Jorge Javier Vázquez.
Nuestro líder y guía espiritual, Antonio David Flores –cuya vida conserve el Señor muchos años-, no muestra satisfacción alguna por ver cómo ciertas personas van a tener que visitar con frecuencia la Oficina de Empleo para sellar sus cartillas de paro. Pero no es menos cierto que muchos de esos colaboradores que se jactaban de ensalzar los males ajenos han acaparado pocos méritos para mantener en vigor su contrato de trabajo.
Quien nos guía, orienta y da sentido a nuestra vida, o sea, Antonio David Flores, no desea arrogarse mérito alguno en la decisión que ha tomado Mediaset España, pero sí quiere recordar a la opinión pública varios hitos que han desencadenado en la desaparición del programa. En primer lugar, habría que remontarse a la Junta de Accionistas de Mediaset España celebrada el año pasado. Nuestro jefe asistió a la misma como cualificado accionista que es, y allí pudo exponer, libremente, ante el resto de accionistas la mala praxis en la que había caído el programa, un programa que llegó incluso a ser calificado por su presentador estrella como “de rojos y maricones”.
Rojos y maricones son dos palabras abominables que rompen con el espíritu fundacional de Mediaset. Tenemos que recordar que nuestra empresa tiene como máximo accionista a don Silvio Berlusconi, un señor que encarna en sus justos valores exactamente lo contrario de lo que predicaba su sucursal española.
Por otra parte, el señor Flores bien puede recordar cuántos esfuerzos desprendió él, cuando era colaborador del programa, para que el mismo no tomara la deriva que ha mantenido durante los catorce años de su existencia. Nuestro líder siempre se mostró como un hombre educado, ecuánime, respetuoso con la gente y defensor a ultranza de la dignidad de la mujer y del ser humano en general. Pero todos sus esfuerzos fueron baldíos para encauzar a los demás colaboradores por el mismo camino por el que él iba.
Nuestro líder quiere hacerse eco de los daños colaterales, indeseados, que esta medida de Mediaset va a ocasionar en ciertas honorables personas. Como suele ocurrir en estos casos, van a pagar justos por pecadores, y varios colaboradores de arraigada solvencia y credibilidad se van a ver en la misma tesitura que algunos otros compañeros. No desvelamos ningún secreto si dijéramos que este final tan triste no es merecido por colaboradores del programa tan prestigiosos como Kiko Matamoros, Rafa Mora, Antonio Montero o Marta López, entre otros. Son personas justas, atemperadas en su lenguaje y de comportamiento personal intachable. No dudamos de que Ana Rosa Quintana no se mostrará impasible ante ese ejemplar comportamiento de estos colaboradores y ofrecerá a cada uno de ellos el hueco que merecen en el programa que sustituye al ahora cancelado.
Nuestro líder sabe que esta batalla que ha ganado no la ha librado en solitario. Son muchas las personas a las que les corresponden apuntarse una cuota parte de mérito. Es imposible citar a todos, pero es de justicia destacar a Diego Arrabal, Albert Doménech, Marina Esnal, El Gorras y otros muchos más. Sin olvidar a la propia Ana Rosa Quintana, ejemplo de periodista ecuánime e imparcial, modelo de jóvenes periodistas. Quintana no ha regateado medios para ocupar el hueco que va a dejar el despreciable programa felizmente desaparecido. O en trance de desaparecer.
Recordamos que el bizum de nuestro líder sigue activo 24/7 y que la identidad del mismo puede consultarse en el programa que con tanto éxito realiza en Youtube. Gracias por anticipado por vuestra generosidad.
En Trinkelandia, a 12 de mayo de 2023".
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