Es importante que sepamos lo que está en juego el próximo 23 de julio, ya que la perspectiva de un cambio de rumbo político va a suponer un tremendo retroceso económico y social. El líder del PP ya ha verbalizado alguna de sus prioridades, si llega al Gobierno de España: supresión del Ministerio de Igualdad, a pesar de que los asesinatos machistas siguen repitiéndose de manera cruenta en todo el país; derogación de la Reforma Laboral, ahora que España ha alcanzado un nivel de personas empleadas desconocido en nuestra historia, o anulación de la Ley de Memoria Democrática, que ha venido a restituir la dignidad a miles de personas condenadas al oprobio. Estas son algunas de las perlas que la derecha ha lanzado.
La realidad es que el PP no tiene proyecto político para este país, funciona a golpe de argumentario y ha construido su campaña sobre el desprestigio de determinadas fuerzas políticas que ocupan sus escaños de forma legítima y sobre el ataque frontal contra la figura de Pedro Sánchez.
Pero más allá de un nombre, lo importante es saber que a pesar de una pandemia, un volcán y una guerra a las puertas de Europa, estamos creando mucho más empleo que la media de la zona euro: por cada día de vigencia de la reforma laboral, hay 240 parados menos y casi 9.000 trabajadores más con contrato indefinido. Frente a un PP que congeló las pensiones, los jubilados españoles disfrutan de una subida jamás imaginada.
Además, le pese a quien le pese, para los almerienses, Pedro Sánchez es el presidente que ha puesto alas al AVE, frente a un PP que se limitó a tapiar los túneles, y también quien ha hecho posible la rehabilitación del Cable Inglés, la antigua estación de ferrocarril, el Hospital Provincial y la torre de la Catedral, por no hablar del soterramiento, que ya está en marcha y que ha supuesto la supresión del paso a nivel de El Puche.
Lo que realmente está en juego no es acabar con Pedro Sánchez sino decidir entre mantenernos por la senda de la prosperidad y el bienestar, con el PSOE, o frenar y retroceder, con el PP. Vayamos a votar con los ojos bien abiertos.
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