Hermelindo Castro Nogueira había nacido en Santiago de Compostela
en 1949, pero muy joven llegó a Almería para impartir clases de ciencias
naturales en el Instituto Celia Viñas, “El Instituto Femenino”, y luego en el
IES Alhadra. En las décadas de los 70 y los 80, por las manos de este gallego
afincado en Almería, donde vivía con su mujer, Mamen, enfermera durante muchos
años en la consulta de Neumología del Hospital Universitario de Torrecárdenas,
pasaron muchos jóvenes almeriense a los que intentó inculcar los conocimientos
suficientes que les generaran amor hacia la naturaleza y hacia la defensa del
medio ambiente.
Hermelindo Castro / La Voz |
Conocido
en todos los círculos almerienses y andaluces como Melo,
este doctor en Ciencias Biológicas, comenzó a impartir clases en la Universidad
de Almería como profesor titular de Ecología en el Departamento de Biología y
Geología. Mi relación con él empezó a mediados de la década de los 80, a raíz
de ser designado Director Provincial de la Agencia del Medio Ambiente, cargo
que ocupó durante nueve años, hasta 1995. Esta agencia se transformaría después
en Consejería, cuando los políticos comenzaron a comprender la importancia de
la defensa y conservación de la naturaleza.
Melo fue uno de los precursores de la designación del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, declarado en 1988 primer espacio marítimo-terrestre de Andalucía. Los que le conocen en la barriada de Cabo de Gata lo recuerdan caminando por las lagunas de las salinas intentando identificar y estudiar a las distintas aves que nidificaban en este bello enclave, o lo utilizaban como punto de descanso en sus viajes migratorios entre los continentes europeo y africano.
La propuesta de Parque Natural la fraguó en sus conversaciones con dos ilustres escritores: Juan Goytisolo y José Ángel Valente. Información de la que tenemos conocimiento en los artículos que publicaba Miguel Ángel Blanco en el diario Ideal de Almería.
Los ecologistas de Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar (Ecologistas en Acción) y del Grupo Ecologista Mediterráneo, mantuvimos duros enfrentamientos dialécticos para exigirle mayor nivel de protección de la flora y la fauna de Cabo de Gata. Nos quejamos por la paulatina desaparición de las dunas o por un desarrollismo urbanístico que ponía en peligro esta zona declarada por la UNESCO Reserva de la Biosfera.
Su trayectoria política y administrativa continuó en el año 2000 cuando fue designado Director General de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, cargo que dejó en 2004 para convertirse en Director General del Instituto del Agua de Andalucía, y que cuatro años después también abandonó al ser designado director del Centro Andaluz de Evaluación y Seguimiento del Cambio Global y presidente de Europarc-España, puesto que ocupó hasta el año 2012.
Durante este tiempo, como especialista en ecología aplicada y biología de la conservación, dejó constancia de su conocimiento de la biodiversidad de Andalucía, a través de los más de veinte libros publicados en colaboración con otros investigadores sobre aspectos naturales andaluces y sus ecosistemas representativos, los artículos de divulgación científica y los proyectos de gestión y conservación de los recursos naturales.
Volvimos a cruzar nuestros caminos cuando en 2016 fue designado presidente de la Junta Rectora Cabo de Gata-Níjar y, a pesar de discutir sobre muchos temas, fue capaz de designarme vicepresidente de esta junta, un cargo que era solo testimonial, pero que ponía en evidencia su reconocimiento hacia el trabajo de los ecologistas en defensa del mejor escaparate de la provincia de Almería, que en la primavera del año pasado, le dejó una dura herida cuando vio como se quedaban sin agua las balsas de la salinas de la Fabriquilla.
Una larga enfermedad ha provocado que nos deje a los 74 años, aunque sabemos que, desde donde esté, seguirá amando y defendiendo este paraíso de la naturaleza.
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