A veces cuesta trabajo interpretar las palabras de la gente. Este fin de semana han estado en un congreso de uñas -por cierto, organizado por uno de los más crueles fustigadores de Rocío Carrasco, lo cual no es casualidad- Rocío Flores y Gloria Camila Ortega.
Rocío Flores ha dicho que una de las prioridades de esta vida es su padre. ¿Qué le pasa a su padre: es un impedido, ha tenido un accidente...? Que sepamos, su padre tiene plena capacidad de obrar y no necesita que una joven de veintitantos años lo sitúe como su prioridad en la vida. Excepto que haya por medio cuestiones que desconocemos.
Vayamos con Gloria Camila. Dice que no sabe si le interesa ser hija de Rocío Jurado. Es una afirmación absurda. Y dice también que a mejor le interesa cambiarse los apellidos e irse a vivir fuera de España. Lo de irse a vivir fuera de España es una opción personal en la que no se puede entrar. Ella verá. Pero lo de cambiarse los apellidos, ¿eso cómo se come? En España es posible cambiar el orden de los apellidos. En el caso de ella es posible llamarse Gloria Camila Mohedano Ortega, en vez de Ortega Mohedano. Pero no va por ahí la cosa. Ella lo que piensa es hacer desaparecer el apellido Mohedano de su filiación para que no se le asocie con Rocío Jurado y así desaparezcan los ataques que, según afirma, recibe en las redes sociales. ¿No es todo esto un disparate?
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