El llamado Caso Deluxe parece
que va para largo sin motivos aparentes que justifiquen tanta dilación. Según
un auto del juez Marcelino Sexmero, titular del Juzgado de Instrucción
número 4 de Madrid, se prorroga la causa durante otros seis meses. Recordemos
que desde el año 2018 hay imputadas varias personas, en total una veintena, entre productores, redactores y colaboradores de Sálvame, así como un policía
nacional, por los presuntos delitos
de revelación de secretos y cohecho. El principal imputado es Gustavo González.
El magistrado ha tomado la decisión a pesar de que no se han podido acreditar indicios sólidos del pago de dádivas al policía que filtraba datos policiales de famosos, recogidos de las bases de datos policiales, y de que considera que “la instrucción ha finalizado”. ¿Y por qué, entonces, esta prórroga? Porque el juez estima que algunas de las solicitudes de diligencias denegadas han sido recurridas por las acusaciones particulares ante la Audiencia Provincial de Madrid.
Hace ahora algo más de un mes que ocho redactores imputados han pedido el sobreseimiento del procedimiento, como también lo han hecho los directores de La Fábrica de la Tele, Óscar Cornejo y Adrián Madrid, y el exdirector del programa David Valldeperas. Todos ellos consideran que el derecho a la información y el secreto profesional les amparaban a la hora de contar en televisión informaciones respecto a famosos sin revelar las fuentes de las que obtenían sus exclusivas.
Según consta en el sumario, la policía llegó a investigar las nóminas y operaciones bancarias de Gustavo González para encontrar justificantes de los presuntos pagos realizados al policía. Pero esa situación nunca se ha podido demostrar y la relación entre el paparazzi y el policía se limitaba a una buena amistad desde que ambos eran jóvenes.
Los ocho redactores de Sálvame siempre han mantenido que no conocen de nada al policía y ninguno de ellos, excepto González, ha mantenido conversación alguna con él. Los directivos imputados consideran que entendían la información facilitada por Gustavo González como una práctica habitual. En algunos casos, para garantizar la fiabilidad de la información facilitada, exigían al paparazzi pruebas fehacientes de su certeza antes de emitirla.
De la lectura detallada de todo el sumario se puede extraer la conclusión de que finalmente el procedimiento quedará archivado, pues no hay indicio alguno de que el policía facilitara datos a cambio de dádiva alguna, sino por una amistad personal con Gustavo González desde hace muchos años.
Los abogados de los imputados muestran su extrañeza por darse la circunstancia de que el policía implicado seguía facilitando información mientras era investigado, sin que los investigadores hicieran nada para cortar este flujo de información, que se prolongó durante varios meses habiendo podido evitarse.
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