Anoche volvió a La 1 uno de los míticos programas de la televisión española: Grand Prix. Y volvió con el mismo éxito de audiencia de siempre: tuvo nada menos que un 26,1 % de share, un porcentaje que hoy día, con la atomización de canales, solo está reservado a los grandes programas o grandes eventos. ¿A qué es debido este éxito del mítico programa de Radio Televisión Española? El mismo ente público nos da las cinco claves:
1. La nostalgia milenial
"No te digo que me lo mejores,
igúalamelo", como diría José Mota, lo mismo que pensaría el público que se
sentó anoche en el sofá de su casa frente al televisor para ver el estreno de
la nueva etapa del programa. Si algo tiene en común la audiencia del Grand
Prix es el sentimiento de nostalgia,
las ganas de volver a aquellos años de su infancia en los que compartían sofá
con sus padres y sus abuelos, uno de los pocos programas que conseguía sacar
una sonrisa a tantas generaciones. En redes sociales, el programa también
tuvo una gran acogida.
No solo vuelve el Grand Prix, otros
formatos que también triunfaron en su día tienen hoy una segunda vida. La televisión del pasado regresa hoy para salvar
la televisión del futuro, aunque algunos formatos, contra todo pronóstico, no
tienen el mismo éxito.
2.
Reírse y no pensar
Con un panorama político tan convulso, las
noticias comen terreno al entretenimiento, que queda relegado a un segundo
plano. En medio de tanta sobreinformación,
tanta oferta de contenido que a veces resulta complicado ponerse de acuerdo, ¿a
quién no le gustara encender la televisión y dar un programa que consiga
hacernos olvidar por una noche el mundo caótico en el que vivimos? Distrarse y
encontrarle la gracia de ver a alguien tropezarse,
eso nunca pasará de moda.
3. Los
hijos de los nietos de los abuelos: del azul o del amarillo
El Grand Prix divierte
desde al más pequeño de la casa, hasta al mayor. Eran los niños y los abuelos quienes más veían el
programa presentado por Ramón García, ahora son los hijos de los nietos de esos
abuelos quienes lo ven junto a sus padres, quienes vuelven a engancharse a la
televisión este verano. Ahora tienen que elegir un
nuevo bando: ¿del azul o del amarillo? Daba igual que ni siquiera
hubieras escuchado el nombre de ese pueblo antes, si vestía la camiseta de tu
color, le animabas a muerte desde el sofá y te sentías parte de ellos,
conseguían transmitirte la emoción de estar ahí, gente maja con la que es fácil
simpatizar, gente de pueblo orgullosa de sus raíces. La magia del Grand
Prix.
4. No
sin Ramón García
Hay programas que tienen su presentador y
presentadores que tienen su programa. La esencia del Grand Prix es Ramón García, maestro de ceremonias insustituible,
por eso vuelve a ponerse al frente del formato. Nos regaló grandes momentos
entonces y lo vuelve a hacer ahora.
5.
Renovarse o morir
No solo es cuestión de volver, el Grand
Prix de ahora es un formato que se ajusta a las nuevas exigencias de
los espectadores: nuevas pruebas, otros
colaboradores, hasta mascotas renovadas. Ramón García no está solo:
junto a él, la actriz Michelle Calvó como copresentadora y la streamer Cristinini, que va comentando cada reto y los
tropiezos de los concursantes. Además, ya has conocido a Wilbur, el encargado de mostrar la mecánica de las
pruebas de una forma muy diferente y divertida.
No faltan en el programa los juegos más míticos: 'Troncos Locos', 'Los Bolos' (ahora 'Superbolos'), el 'Diccionario', 'La Patata Caliente' y 'Baloncesto en Pañales'. También nuevas pruebas, como 'Jurassic Prix', 'Los ki-monos', 'Perrito piloto' o 'Escala como puedas'. ¡Puedes volver a ver el primer programa en RTVE Play!
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