Es nuestro momento, se acabó

Marián Lozano
@marian65x

Llevamos más de dos siglos luchando colectivamente y no fueron pocas las mujeres que ya lo hicieron mucho antes a través de la escritura, el arte o su propia forma de vida. Mucha pelea, mucho desgaste, mucha injusticia y muchísimo aguante. Demasiados “muchos” que jamás deberían haberse producido de no haber existido ese poder ancestral de los hombres sobre las mujeres.

Tuit de Alexia Putellas, reproducido anoche en laSexta

La historia no la podemos cambiar y las cosas se dieron así hasta que las mujeres gritaron: “¡Basta! Somos como vosotros, seres humanos con los mismos derechos. Dejadnos vivir nuestra vida con nuestros aciertos y errores. Estamos cansadas de padres, hermanos y maridos que controlen, interfieran o guíen nuestras vidas”.

Feministas, sindicalistas, obreras, amas de casa, todas ellas buscaron lo mismo, igualdad frente a los hombres y libertad de acción como seres plenos. Gracias a su coraje, tesón e incluso a la entrega de sus propias vidas, hoy podemos ser nosotras y expresemos, pero queda un largo camino. Ellos dicen que ya tenemos todo, que la igualdad es un hecho, que la reconocen nuestras leyes. ¿Qué más queréis? ¿Estar por encima de nosotros?

Una vez más, son ellos los que dicen, los que deciden hasta qué y cuánto debemos reivindicar. Lo afirman con condescendencia y paternalismo como si se dirigieran a niñas caprichosas o consentidas. Somos mujeres que tenemos muy claro lo que exigimos. Seguimos sufriendo discriminación, violencia sexual, física y cientos de trabas y desagravios que obstaculizan nuestras vidas. Dejen las hipocresías, el heroicismo y el victimismo porque esos empujoncitos y esos caminos que dicen que nos ofrecen para abrirnos camino son los de sus elección, los más favorables a sus intereses y no a los de las mujeres que sabemos muy bien hacía donde dirigirnos.

"Están convencidos de que solas no podemos, de que sin su protección estamos perdidas. Nos creen débiles y no solo físicamente, ese sería el menor problema de serlo, sino de voluntad e intelecto"

Nuestros logros son nuestros por mucho que les cueste no haber sido parte de ellos. Se acabó el minimizarlos o hacerlos suyos. Cuántas veces escuchamos frases como éstas: yo la ayudé a promocionar en la empresa, yo la ayudé a dar forma a su tesis, yo la ayude a cuidar de los niños mientras ella... y así tantos “yo la ayudé”. Porque están convencidos de que solas no podemos, de que sin su protección estamos perdidas. Nos creen débiles y no solo físicamente, ese sería el menor problema de serlo, sino de voluntad e intelecto.

Estos últimos días han sido especialmente duros para las mujeres de este país. Hemos tenido que levantar una vez más la voz y hemos tenido también que leer y escuchar barbaridades. Sin ir más lejos, Borrell, el que fuera ministro de nuestro primer gobierno progresista, decía que las mujeres están aprendiendo a jugar al fútbol también como los hombres. Frases humillantes como estas nos sitúan en el nivel en el que nos encontramos ahora mismo: en una lucha que no podemos abandonar.

Queríamos disfrutar del triunfo de la selección española femenina de fútbol, campeonas en el mundial. Queríamos agasajar a las jugadoras con nuestras celebraciones y nos lo han aguado, nos han robado la alegría y la ilusión. Una vez más ellos quisieron ser protagonistas porque casi siempre lo hacen, unas veces de forma sutil y otras descaradamente, indistintamente bajo el manto de la familiaridad o del abuso de poder.

En 2011, Rosa Benito, en el plató de Supervivientes, recogía el premio como ganadora del concurso y era entrevistada por Jorge Javier Vázquez. Amador Mohedano, por entonces su marido, decidió robarle protagonismo interviniendo en la conversación mientras era entrevistada y ella le tuvo que gritar: “Es mi momento y quiero vivirlo”. No es que Rosa Benito sea actualmente un ejemplo de feminismo y sororidad, afirmaría que más bien lo contrario, pero hay que reconocerle que lo clavó en ese instante. Una reacción espontánea fruto del hastío que toda mujer sufre ante el afán de protagonismo que tienen cuando a ellos no les corresponde.

“Es nuestros momento” #SeAcabó.

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