La más popular de las concursantes de Gran Hermano VIP, Oriana Marzoli, ya no es concursante del programa desde el pasado 29 de septiembre. Según Mediaset, ha sido un abandono, una espantada, como llegó a decir Fiesta en un faldón en su programa del domingo. Según la participante, ha sido una expulsión.
Que
sea un abandono o sea una expulsión no es una cuestión menor para ninguna de
las partes, pues lo que parece claro es que se ha producido un incumplimiento
de contrato y, según sea el causante o la causante de ese incumplimiento,
deberá asumir las consecuencias que ello
conlleva. La experiencia nos dice que al final la sangre no llega al río y
estas discrepancias se suelen solucionar con un acuerdo amistoso entre las
partes. Recordemos que Oriana Marzoli ya ha salido en más de una ocasión de
realitys de Telecinco, como Supervivientes 2014 y GH VIP 6, y, no
obstante, Mediaset sigue contando con ella. A esta participación en GH VIP le ha precedido una presencia de
un par de días en la última edición de Supervivientes.
Telecinco conoce muy bien a Oriana y sabe que Oriana no es una concursante
anodina que va a un reality a ver cómo pasan las semanas para seguir
incrementando la hucha. Ella no va a televisión, simplemente, ella es televisión.
Telecinco, anoche |
Dirimir cuál de las dos partes –Oriana o Mediaset- es la causante de una ruptura de contrato no es tarea fácil. Basta darse una vuelta por las redes sociales para concluir que las opiniones son diversas.
Ion Aramendi empezó el programa de ayer con esta afirmación: “Oriana ha abandonado. Una decisión que ha generado mucha polémica. Os vamos a contar la única verdad y os vamos a mostrar las imágenes íntegras de la salida”. Las dos afirmaciones del presentador –“única verdad” e “imágenes íntegras”- parecen demasiado sentenciadoras, en nuestra opinión. “La relación contractual con Oriana era solo con ella. Ella quería que entrara su novio y no ocurrió. Vamos a conocer el verdadero motivo de su abandono. Todo comenzaba al ver que Álex, su enemigo, no era el expulsado y escuchar unos gritos de fuera de la casa que lo llamaban 'ganador'”, añadió Ion, para decir a renglón seguido que “ha llegado el momento de conocer lo que pasó realmente en el confesionario. Las imágenes que vais a ver hablan por sí solas”. En esas imágenes aparecía Oriana muy enfadada, pidiendo que se castigara a Álex por llamarla en reiteradas veces “ridícula”. “O le ponéis un celo en la boca o me pongo al mismo nivel. Quiero una medida con esta persona. Me tocan los cojones estas injusticias, así no. Si me ponéis unas normas se las ponéis al resto. El cabreo que tengo no es ni medio normal”, advirtió Oriana.
Viendo que el Súper no se manifestaba conforme a sus deseos, la concursante reventó: “Si se le permite todo y a mí no, yo me largo. Abro la puerta y me largo. Quiero hablar con mi representante, vamos a ver cómo lo solucionamos. Yo ahora no tengo ganas. Os vais a enterar cuando tenga que decirle algo. Te lo juro por Dios que me pongo a insultarlo como una puta loca. Ábreme, que me quiero ir por producción, ya está, no aguanto más”. El Súper le preguntó: “¿Te quieres ir del concurso?”, y ella respondió: “Sí, no aguanto más, estoy hasta el coño”. Seguidamente Ion aclaró que “la puerta de producción da a la calle, es la salida. La del confesionario da a la casa. Ella sabía muy bien lo que hacía. Nadie echa a Oriana, ella es la que decide salir, otra cosa es que se arrepienta ahí fuera”.
¿Con lo visto del programa y los comentarios de Ion se puede extraer la conclusión de que Oriana abandonó libremente el concurso? En nuestra opinión, no. Una relación contractual no se rompe por una rabieta, la salida por una puerta o por otra o la respuesta –en el sentido que sea- en un estado emocional alterado. Además, el presentador tuvo el desliz de afirmar que “otra cosa es que se arrepienta ahí fuera”. Si hubo arrepentimiento no hubo abandono. De hecho, posteriormente a estos episodios pudimos ver a Oriana participando en las tareas del concurso. En nuestra opinión, insistimos, no hubo abandono voluntario, pero juzgando sólo por las vídeos proporcionados por el programa, que no es “todo”, como afirmó Ion.
¿Y a todo esto, qué dice Oriana? La exconcursante no tardó en responder en sus redes sociales con varios mensajes:
“Después de ese confesionario yo salgo fuera a hablar con producción. Pregunté unas cosas de Daniele, si entraría al programa o no, me dijeron que harían una llamada para preguntar si se podía pero mientras me pidieron que entrara a la casa. Yo seguí y volví a entrar y hasta ensayé el baile. ¿Pero no estaba supuestamente expulsada?, ¿no estaba abandonando?”.
“Os estáis olvidando de las cosas. Vamos a tener que demostrar el horario en el que grabo ese confesionario y que luego entro porque hay imágenes mías ensayando esa mañana. Por lo tanto, mentira. Tanto es mentira que cuando yo salgo de ese confesionario a lo que ellos llaman 'la calle', que es mentira, no es la calle, es el pasillo de alrededor del programa donde hablamos con la psicóloga, con la gente de producción... me dan una pastilla que me meten debajo de la lengua y luego vuelvo. Sigo ensayando el baile y comento a Marta que estoy un poco así porque la pastilla que me habían dado para la ansiedad que tenia, ¿vosotros visteis ansiedad? Yo estaba cabreada simplemente. Uy, que estamos mintiendo y vamos a tener que demostrar las cosa como son”.
Oriana ha publicado imágenes ensayando el baile, con esta leyenda: “Vídeo minutos después de estar en el confesionario. Yo nunca abandoné. Y tanto es así que mientras hacía las maletas y entre lágrimas le preguntaba a una de las ejecutivas ”¿de verdad me estáis echando?“.
A quienes nos tildan de que adoptamos cierta postura en nuestros comentarios por intereses espúreos solamente podemos responderles con dos hechos: el primero, que desconocemos por completo el contrato suscrito entre Oriana Marzoli y Zeppelin, y el segundo, que nuestras conclusiones derivan de lo visto y oído en pantalla y de lo publicado tanto por Mediaset como por la exconcursante. Con estos ingredientes, y solamente con estos ingredientes, podemos afirmar que, si la cuestión terminara en litigio, consideramos que el veredicto final recaerá en beneficio de Oriana. No deja de ser una simple opinión, sin más.
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