Estimado Antonio: Espero que a la llegada
de ésta te encuentres bien; yo, bien, gracias a Dios. Te escribo esta misiva a
propósito de tu artículo No está el horno
de Rocío Carrasco para bollos, publicado en el medio ultraconservador The Objetive. Me vas a permitir,
primeramente, la licencia que me he tomado de hurgar en tu perfil de X para
saber quién eres, pues, perdóname, pero no tenía referencias de ti. Ya he visto
que eres “Alicantino. Autor teatral. Director de programas de tv.
Creador de formatos. Todo empezó con mis críticas en EL PAíS. Ahora, en ABC y The Objective”. Enhorabuena por tu
trayectoria: empezaste en El País y
has terminado en The Objetive. En
cuanto a tus seguidores en la popular red social, en trece años has pasado de
cero a 1.791. Te reitero mi enhorabuena. Pero nunca olvides que los caminos se
toman en dirección hacia donde quieres llegar, no a la inversa.
El artículo de Antonio Albert en The Objetive |
Dedicas la primera parte de tu artículo a
denigrar a los seguidores de Rocío Carrasco y a las miles de Rocío que hay por
España, agrupados espontáneamente en la llamada Marea Fucsia. Te sorprendes de que “casi tres años después del estreno
de la serie Rocío,
contar la verdad para seguir viva, la llamada ‘marea fucsia’ sigue
llevando al TT diario el hashtag de apoyo a su
protagonista, Rocío Carrasco”. Y postillas: “Se
ve que hay gente que no tiene nada que hacer en la vida”,
La Marea Fucsia es un movimiento social espontáneo que ha visto reflejado en el grito de Rocío Carrasco la desesperación de muchas mujeres que han sido maltratadas
Hay muchas cosas que hacer en la vida, Antonio, pero la mal llamada lacra
de la violencia contra la mujer bien merece una dedicación del espacio de
nuestra existencia. La Marea Fucsia
no es ninguna organización, ni tiene jefes, ni directivos, ni socios ni se
alimenta de cuotas. Es un movimiento social espontáneo que ha visto reflejado
en el grito de Rocío Carrasco la desesperación de muchas mujeres que han sido
maltratadas sin que los medios públicos muevan un solo dedo por evitarlo.
“Los ‘carrasquistas’ bautizaron su movimiento –dices- con el color del vestido que llevó la hija de ‘la más grande’ durante la grabación de aquellos episodios que removieron los cimientos de Telecinco hasta el punto de derrumbar parte del edificio, dejándolo en ruinas sin que, hasta ahora, haya podido repararse los daños ocasionados”. Te abonas a la teoría demagógica de que la crisis de identidad que padece Telecinco es a consecuencia de los poderes sobrenaturales subversivos que tiene Rocío Carrasco, capaz de hundir con su sola presencia a un grupo de comunicación que obtiene al año unos beneficios netos de 200 millones de euros. De verdad, dices que eres autor teatral: eso merece una obra de teatro. ¡Una mujer tan simple, devorando a un monstruo! ¡Que empiece la función, se abra el telón!
Bake Off: famosos al horno fue el segundo programa más visto del prime time, con un 10,8 % de share, superior, por ejemplo, a la cuota conseguida el día anterior por un programa tan emblemático como GH Dúo
“Algunos bromearon –sigues- con la idea de que Rocío portara mal fario allí donde iba, empezando por su matrimonio y acabando en los programas en los que participa. Hay que tener mala baba, pero hay que ver cómo se las gasta el destino porque parece como si quisiera dar pábulo a las malas lenguas llevando la desgracia allí donde aparece la ‘heredera universal’: uno a uno cayeron los presentadores de la serie, luego le tocó el turno a los programas más populares del buque insignia de Mediaset; su último fracaso, su participación en Bake Off, famosos al horno, el reality de pasteleo de TVE que no levanta cabeza por mucha levadura que le hayan metido al casting. El programa ha cambiado de día de emisión, pero ni con ésas: los datos son malos y no ha alcanzado el millón de espectadores en el prime time”. Primero, Antonio, no es propio de un periodista riguroso dejarse llevar por la ocurrencia de que “algunos bromearon”. Si siguieras en El País, ese párrafo nunca te lo hubieran publicado, porque va directo al corazón de las prohibiciones de su libro de estilo, que, sinceramente, si lo conoces, poco has retenido del contenido del mismo. En segundo lugar, aseguras que es un fracaso la audiencia de Bake Off: famosos al horno. Es una interpretación tuya, malévola, obviamente. El último día fue el segundo programa más visto del prime time, con un 10,8 % de share, superior, por ejemplo a la cuota conseguida el día anterior por un programa tan emblemático como GH Dúo. “No ha alcanzado el millón de espectadores”: no hagas trampas, se emite a partir de las 22:50, ¿qué crees, que a esa hora hay una audiencia masiva? Antonio, aprende: lo importante en audiencias es el share, porque el número de espectadores depende de la franja horaria de emisión. ¿O es que tú consideras, por ejemplo, que el programa que presenta Joaquín Prat es un fracaso de audiencia porque solo tiene 400.000 espectadores? No seas tan básico, hombre, Joaquín Prat es líder de audiencia. Pero, ¿quieres jugar a los números? Juguemos: Bake Off: famosos al horno tiene una audiencia de alrededor de 900.000 espectadores en su emisión ordinaria; suma los 367.000 de la redifusión del fin de semana y añade los 500.000 de RTVE Play. Salen 1.769.000 espectadores. ¿Cómo se te ha quedado el cuerpo, amigo?
“Si echamos la vista atrás, recordaremos cómo aquella docuserie vino a presentarla como una víctima convertida en heroína: capítulo a capítulo, se construyó el relato de una mujer maltratada por su marido, atrapada en una relación tóxica y destructiva que la llevó, finalmente, a perder también a sus hijos. Su hija, primero, tras agredirla de manera violenta cuando todavía era menor de edad. Su hijo, después, cuando el padre no se lo devolvió tras unas vacaciones de verano”. Vaya, menos mal que reconoces que fue la hija quien agredió a la madre y que el hijo fue retenido por el padre incluso contra el mandato judicial. Enhorabuena por la veracidad de esta información. No todo en ti es oscuro.
La primera sentencia que existe es la que condena a una persona por maltratar a su madre. Y, además, sabes bien que el juicio contra Antonio David Flores por insolvencia punible y alzamiento de bienes está en periodo de instrucción. ¿Lo olvidaste?
“No hay sentencia contra Antonio David Flores, no hay caso, por mucho que las confesiones de la supuesta víctima resultaran de lo más convincentes y estremecedoras. Rocío utilizó de manera inteligente las pruebas que tenía combinándolas con testimonios de apoyo a su causa y, cómo no, unas vivencias en primera persona que nadie podía corroborar pero que la audiencia daría por válidas”, afirmas. Tú sabes que hoy en día, con la legislación actual, sí habría caso. Y tú sabes, porque eres periodista, que se cuentan por miles las víctimas que han abandonado este mundo sin ver abierto un caso judicial. ¿Empezamos a recitar nombres? “La única sentencia que existe es contra ella por el impago de la pensión por incapacidad de su hijo”, aseguras. También es falso. La primera sentencia que existe es la que condena a una joven por maltratar a su madre. Y, además, sabes bien que el juicio contra Antonio David Flores por insolvencia punible y alzamiento de bienes está en periodo de instrucción. ¿Lo olvidaste? Qué casualidad.
“No está escrito que no se pueda ser víctima de malos tratos y no ser una madre ejemplar. Una cosa no quita la otra”. ¡Pues claro! Rocío no es una madre ejemplar, porque, desgraciadamente, también tiene los defectos propios del ser humano. El problema tuyo, y el de mucha gente como tú, es que a las mujeres siempre les exigís que sean madres ejemplares, aún sin discernir qué se entiende por un concepto tan abstracto como “madre ejemplar”. ¿El padre, al que no has dedicado una sola línea, sí es ejemplar? Pues para ti, todo tuyo.
“La Carrasco -¡vaya, se te escapó el término denigratorio- sacó la artillería pesada con En el nombre de Rocío: lanzó auténticas bombas contra los Mohedano y empleó la misma técnica de mezclar datos y documentos con testimonios que nadie puede ya verificar («me lo dijo mi madre», esa excusa sonaba como una letanía a la que se aferraba cuando más lo necesitaba), que al final nos hacía ver que toda la familia, incluida ella, era partícipe del mismo juego carroñero a costa de la herencia. Todos iguales, hechos los unos para los otros: es lo que tiene llevar la misma sangre. Una pandilla de tóxicos de mucho cuidado. Y Rocío encantada de celebrar la vendetta con una fiesta de la matanza pagada por Vasile. Tampoco está escrito que no se pueda ser víctima de malos tratos y ser, a la vez, un bicho. Somos así de complejos”.
¿Sabes cuántas denuncias ha recibido Rocío por las graves acusaciones vertidas en la docuserie? Cero. Ninguna. Porque lo que hizo ella fue, simple y llanamente, desmontar el chiringuito manipulado que os habías montado algunos de tus colegas y casi la totalidad de la "familia mediática"
No tienes razón, Antonio. Precisamente el valor de la docuserie de Rocío Carrasco es que toma como eje principal la aportación de muchísima documentación, una documentación que descalificaba por completo lo manifestado hasta la saciedad por ciertos medios de comunicación y por la “familia mediática”. ¿Sabes cuántas denuncias ha recibido Rocío por las graves acusaciones vertidas en la docuserie? Cero. Ninguna. Porque lo que hizo ella fue, simple y llanamente, desmontar el chiringuito manipulado que os habías montado algunos de tus colegas y casi la totalidad de la "familia mediática". En cuanto a lo que expones en tu última apreciación de que se puede ser víctima de malos tratos y “ser, a la vez, un bicho”, permíteme que no lo comente, pues no sé si es un halago o un desprecio. Has evitado, intencionadamente, añadir a bicho el calificativo de “malo”, porque entonces sí sería peyorativo. Dejémoslo en la duda.
Recibe un afectuoso saludo y te animamos a que prosigas mejorando en tu carrera de articulista hasta volver de nuevo a donde dices que estuviste: en el diario El País. Pero, para ello, tendrás que mejorar ciertos aspectos de tu carrera: el principal, no escribir artículos basura. Porque en El País no se publican chorradas, Antonio. Y lo tuvo, amigo, perdóname que te lo diga: es una monumental chorrada. Por siempre, Alba, tu amiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario