La 1, de RTVE, nunca ha sido la televisión
aburrida que algunos proponen o desean, solicitando constantemente que dejen de
emitir tal o cual programa. Desde ese 28 de octubre de 1956, en que arranca con
sus primeras emisiones, TVE ha cumplido su papel como servicio público,
ofreciendo a los ciudadanos, tal y como regula la ley actualmente, información objetiva y veraz, acceso a los distintos géneros de programación y a acontecimientos
institucionales, sociales, culturales y deportivos, entre otros.
Logotipo de La 1, de RTVE |
Esta tendencia de criticar los nuevos contenidos de entretenimiento que propone La 1 por parte de una audiencia que, seguramente, no es ni será consumidora de la cadena se está convirtiendo en algo habitual cada vez que RTVE anuncia un nuevo formato. Surge la duda de si las críticas realmente van dirigidas al programa, pues cuesta creer que se pueda juzgar un show antes de su estreno, sin tener apenas referencias (tan solo las promociones que emite la cadena y artículos especializados en televisión que facilitan alguna pincelada sobre el mismo y que al fin y al cabo son facilitadas por el medio).
No, rotundamente no. El reproche que hacen
estos espectadores -seguramente, la mayoría de ellos han pulsado el botón
número 1 del mando de sus televisores en escasas ocasiones- no es al formato,
es a sus conductores o a los personajes que van a participar en ellos. Porque
en este mundo de “la cancelación absurda” (que nada que tiene que ver con la
cancelación por haber cometido algún tipo de crimen o por conducta inapropiada)
ya no se valora el talento o la experiencia.
Se cancela porque has dado una opinión
política, se cancela porque te has hecho una foto con el presidente del
Gobierno o un ministro, se cancela porque has ido a un concierto de Alaska, se
cancela porque pones en valor a Jorge Javier Vázquez, se cancela porque en
algún momento de tu vida has leído un libro de Vargas Llosa, se cancela porque
estás en contra de las guerras, se cancela por ser feminista, se cancela por
tatarear “Te amaré” de Miguel Bosé, se cancela por ser víctima de violencia
machista, se cancela por tener amigos que a mí no me caen bien… Se cancela
absolutamente por todo. Y es aquí cuando los canceladores por excelencia exigen a La 1, de RTVE, la cancelación de todos los programas en los que participan
aquellos que ellos tienen cancelados.
Los últimos datos facilitados por Barlovento Comunicación sitúan a la cadena pública en segundo lugar, por delante de Telecinco y tras Antena 3, que ocupa la primera posición
En la
guerra de las audiencias que mantienen las televisiones, La 1 nunca ha
sido partícipe directa, pero sí indirecta, solo por formar parte de las
cadenas generalistas del país: Las empresas de
audiencias no discriminan a las cadenas públicas de las privadas. Los últimos
datos facilitados por Barlovento Comunicación sitúan a la cadena pública en
segundo lugar, por delante de Telecinco y tras Antena 3, que ocupa la primera
posición.
La 1 sigue haciendo las cosas bien, para disgusto de los que insisten en que es una televisión pública y en una televisión pública no pueden aparecer lo que ellos llaman “ciertos personajes” -como si de los delincuentes más buscados se tratara- o en la que no se pueden tratar lo que ellos también llaman “ciertos temas” -como si emitieran tutoriales para aprender técnicas delictivas- y que si patatín, que si patatán…
La labor de José Pablo López como director de Contenidos Generales de RTVE, lanzando nuevos proyectos, está dando sus frutos. Porque una cosa es RTVE, el ente, con sus guerras internas y parcelas de control, y otra son los formatos de entretenimiento que ofrece La 1 y que en la mayor parte de los casos son incuestionables en cuanto a calidad
La labor de
José Pablo López como director de Contenidos Generales de RTVE, lanzando nuevos proyectos,
está dando sus frutos. Porque una cosa es RTVE, el ente, con sus guerras
internas y parcelas de control, y otra son los formatos de entretenimiento que
ofrece La 1 y que en la mayor parte de los casos son incuestionables en cuanto a
calidad. Algunos de los mejores programas, concursos y series de ficción
de la historia de nuestra televisión se han emitido en La 1, como Operación
Triunfo, 1,2,3, Cuéntame, Masterchef o La Bola de Cristal, por nombrar solo
a unos pocos.
La 1, de RTVE, está de moda. Cuando todos hablamos de la caída del sector y algunas cadenas son incapaces de levantar sus cifras y captar a la audiencia, la pública lo está consiguiendo con nuevas propuestas, nuevas caras en el medio y personajes con peso y mucho entretenimiento. Porque, no lo olvidemos, la televisión, como servicio público, tiene la función no solo de informar sino también de entretener, como ha hecho durante los últimos 67 años.
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