No entendemos el empecinamiento de los mandatarios del PP en el Ayuntamiento en negar su responsabilidad sobre lo que vemos a diario en las zonas agrícolas de Almería, en caminos, ramblas y solares, donde se acumulan montañas de plásticos y otros restos del campo que a menudo acaban en el mar, multiplicando su efecto contaminante.
En octubre de 2020, el Ayuntamiento firmó un acuerdo con la Junta de Andalucía por el que se adhería a una campaña de vigilancia y control de residuos plásticos agrícolas, con el objetivo de lograr el reciclado del 100% de estos restos. A través de lo que se denominó “Compromiso Blanco”, el Ayuntamiento se responsabilizaba de identificar los puntos de vertido y explicar a los agricultores cómo gestionarlos. Además, el Ayuntamiento cuenta, desde 2002, con una ordenanza propia para regular la gestión de residuos en el medio agrario, que le otorga las competencias de vigilar, adoptar medidas preventivas y correctoras, ordenar inspecciones y, en su caso, aplicar sanciones.
Sí. El Ayuntamiento puede y debe actuar para acabar con estos vertidos incontrolados porque es su obligación y por responsabilidad política, para evitar que las malas prácticas de unos pocos empañen la imagen de todo un colectivo, el de nuestros agricultores, que de forma impecable y con gran esfuerzo hacen brillar el nombre de Almería dentro y fuera de nuestras fronteras.
Sorprende observar al concejal responsable de la limpieza echar balones fuera sobre las competencias municipales en este importante asunto, ya que implícitamente deja ver el escaso conocimiento que tiene de las tareas que le han sido encomendadas. En el último Pleno, el PP votó en contra de nuestra iniciativa para acabar con esta estampa vergonzosa.
Espero que recuerden que la expresión de que ‘una imagen vale más que mil palabras’ también tiene su interpretación inversa. Por eso, es preciso que el PP salga de la trinchera en que ha convertido nuestro Ayuntamiento. El medioambiente y todos los almerienses saldremos ganando.
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