El patrimonio cultural son las raíces que sostienen a la
humanidad, aquellos elementos sobre los que se construye la identidad de los
pueblos, ciudades o países a través de su pasado, de un legado que ayuda a
entender muchos sucesos del presente y a abonar el camino para construir un
futuro cargado de historia. En Almería tenemos muchos y buenos ejemplos de
preservación del patrimonio, pero también un dechado de desatinos ya realizados
o en proyecto, algo que, según me temo, puede sucederle al poblado de Las
Menas, en Serón.
Aún podemos interpretar los vestigios del esplendor que tuvo este
enclave, otrora una auténtica ciudad con todos los servicios, como un hospital,
una casa de delineantes, una ermita o viviendas en las que llegaron a vivir
3.000 personas. De sus 25 kilómetros de galerías se extrajeron, hasta la década
de los 60, toneladas de mineral.
Todos estos recuerdos y realidades se desvanecerán próximamente de
la mano del Partido Popular en la Junta de Andalucía. Esa es su intención.
Lejos de procurar el mantenimiento y puesta en valor de este legado
patrimonial, ha anunciado que lo vende para hacer caja, tal y como está
haciendo con otros inmuebles de propiedad autonómica que Juanma Moreno quiere
quitarse de encima a cualquier precio, aunque quien verdaderamente lo pague sea
la ciudadanía que es la que dejará de disfrutar de algo que, en definitiva, le
corresponde y pertenece porque el patrimonio es de todos y de todas.
Es nuestro pasado, que ha de pasar por nuestras manos y al que
debemos cuidar para dejarlo a las generaciones venideras. Lamentablemente, el
Gobierno andaluz no lo ve así. La última huida hacia delante de la Junta ha
sido proponer al ayuntamiento que se lo quede para quitarse, la administración
autonómica, responsabilidades de encima. Sólo su incapacidad en la gestión ha
degenerado en esta decisión.
El poblado de Las Menas está rodeado de 35.000 hectáreas de suelo
público forestal y su descuidada situación actual tiene responsables: los
dirigentes del Partido Popular que abandonaron el lugar hace ahora cinco años.
Sin una puesta en valor y sin vigilancia en el parque forestal, el expolio al
que ha sido sometido el poblado se sirvió en bandeja de plata.
Este poblado, como también lo es el cargadero de Mineral El Alquife, forma parte del patrimonio minero e industrial de la provincia de Almería; y todos y todas recordamos qué era para el PP el Cable Inglés. Decían que era un ‘amasijo de hierros’ al que había que tirar, pero menos mal que la decisión no estaba en su mano. Fue un Gobierno socialista en la Junta quien apostó por este Bien de Interés Cultural y ha sido un presidente socialista, Pedro Sánchez, quien ha ejecutado su rehabilitación y puesta en valor tras invertir más de dos millones de euros. Por nuestro bien, espero que el PP se cure su ceguera cultural.
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