Con un Gobierno más preocupado de lo que pasa en Waterloo que de
lo que pasa en Francia, en el Partido Popular hemos dado un paso al frente para
defender a los agricultores y a los transportistas almerienses, que están
sufriendo una intolerable campaña de acoso y desprestigio en nuestro país
vecino. Cada día, las empresas hortofrutícolas establecidas en Almería capital
producen más de 3 millones de kilos de productos agroalimentarios de excelente
calidad y con todas las garantías sanitarias. El 70% de esta producción va
destinada a los mercados europeos y el no poder llevar nuestra mercancía a los
puntos de destino comprometidos es un auténtico desastre para dos sectores
claves para nuestra economía como la agricultura y el transporte. Y es que no
podemos perder de vista que cada día 350 camiones almerienses parten de Almería
con las mejores frutas y hortalizas para abastecer los supermercados de media
Europa. Y como todas sus rutas atraviesan territorio francés, nuestros
transportistas sufren retenciones kilométricas y daños en sus camiones y en la
mercancía, mientras que el Gobierno de España mira hacia otro lado. Y el daño
no es pequeño: los productores de Almería pierden 75 millones a la semana por
los bloqueos al transporte en Francia, según ha precisado el gerente de la Coexphal,
Luis Miguel Fernández.
Nuestros agricultores y transportistas están al límite por la
pasividad y la tibieza de un Gobierno que no ha respondido con la contundencia
debida las mentiras e infundios de algunos políticos franceses sobre nuestro
campo. Y quiero ser muy clara en este sentido: que nadie se atreva a dudar de
la profesionalidad de los agricultores almerienses. Las mujeres y los hombres
que trabajan en la agricultura almeriense son un ejemplo de seriedad y de rigor
en todo el mundo. Las empresas agroalimentarias establecidas en Almería
producen con altísimos estándares de trazabilidad y seguridad alimentaria y en
unas condiciones laborales y sociales que bien podrían copiar en otros países
que sí ejercen en Europa esa competencia desleal que algunos desinformados
pretenden achacar desde Francia al campo almeriense.
Y eso por no hablar de las solemnes ignorantes que dicen que
nuestros tomates son incomibles. Los profesionales y empresarios almerienses
del sector agrícola deben saber que en el PP van a encontrar la firmeza y la
decisión que debería haber adopta[1]do desde el primer minuto
un gobierno socialista ausente e indolente, y que está sobrepasado por la
precaria situación política causada por las exigencias de sus socios independentistas.
Por eso, nosotros sí que defenderemos a los agricultores y transportistas
almerienses en donde haga falta, ante quien sea preciso y todas las veces que
se necesite, porque no podemos dejar que se perjudiquen los intereses de un
sector que en Almería ocupa directa o indirectamente a más de 15.000 familias.
Estaremos siempre del lado de nuestros agricultores, que merecen ser es[1]cuchados en sus demandas de aumentar los controles en la frontera con Marruecos para garantizar que los productos agrícolas importados cumplan con las normativas de la UE y evitar así una competencia desleal que pone en jaque la viabilidad de muchas explotaciones en Almería y el resto de Andalucía. No vamos a permitir que se deje caer un pilar estratégico de nuestra economía que es capaz dar de comer de un modo saludable y seguro a más de 500 millones de personas. Y es que lo único incomible aquí es la pasividad del gobierno de Sánchez.
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