El reciente anuncio del proyecto final de reurbanización de la
Plaza de la Constitución, nuestra querida Plaza Vieja, es una excelente noticia
para todos los almerienses. Estamos ante una actuación tan necesaria como
esperada y que ahora, tras sortear las dificultades propias de un objetivo tan
ambicioso y complejo, encara por fin sus últimas etapas. El proyecto es fruto
del trabajo minucioso e integral del equipo de Ordaz Arquitectura, que ha
sabido mantener el equilibrio entre el contexto urbanístico y sentimental de la
zona y las necesidades de excelencia, diseño y funcionalidad que requieren una
actuación de estas características. El objetivo no es otro que reurbanizar la
Plaza Vieja para devolverla a lo que siempre ha sido: un punto de encuentro para
los almerienses y el mejor recibidor del Ayuntamiento.
En paralelo con el próximo regreso de la actividad municipal a su
ubicación histórica -tras un larguísimo paréntesis que ha dañado a la dinámica
urbana propia del barrio- vamos mejorar y acondicionar la Plaza Vieja y sus
accesos, preservando la configuración clásica con monumento central y todo el
arbolado existente, mejorando la superficie de la plaza y aumentando la importancia
del factor vegetación. Así, los elementos claves de la nueva apariencia de la
Plaza Vieja serán el pavimento, la vegetación y la iluminación. La solería
tendrá un doble efecto, puesto que a nivel de un viandante se percibirá como un
gran mosaico de materiales nobles, mientras que desde la cubierta del
Ayuntamiento se podrá descubrir uno de los símbolos de Almería: el conocido
como Sol de Portocarrero, que en realidad es de Villalán.
Respecto a la vegetación, se van a generar
unos grandes parterres para reforzar así la
presencia del arbolado en el conjunto y hacerla más vistosa y floral. Para su
iluminación se van a disponer siete báculos con focos que iluminarán todas las
fachadas, para destacar al máximo el valioso conjunto histórico.
Creo que todos coincidimos en pensar que para Almería la Plaza
Vieja es un símbolo. Y como todo símbolo, supone un mensaje. Y ese mensaje es
el de la centralidad de ese espacio respecto al concepto mismo de la ciudad. Y
en Almería, nada mejor que el sol para explicar esa idea. El sol como un
símbolo y seña de identidad colectiva. Un sol que en nuestra ciudad es luz y
vida. Y eso es la Plaza Vieja para Almería: el centro de la vida en la ciudad.
Un salón urbano para estar, para disfrutar, para compartir y para convivir. Un
espacio que combina su vocación de punto de encuentro, de ocio y de escenario
cultural con la inminente, esperada y necesaria recuperación de la gestión
municipal diaria, que sin duda es la mejor forma de dotar al entorno de
actividad y dinamismo.
Pero no debemos limitarnos a mirar esta reurbanización como punto final de un proceso. La transformación que estamos imprimiendo al Casco Histórico de Almería tiene en el entorno de la Plaza Vieja, Casa Consistorial, Jardín Mediterráneo, San Cristóbal, Mesón Gitano y La Alcazaba un extraordinario potencial histórico, cultural y turístico que, por primera vez en su prolongada historia, está empezando a cobrar una unidad de sentido muy beneficiosa y positiva para el barrio y para toda Almería. Seguimos trabajando.
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