Los autores almerienses Alicia B. Torres y Alfonso F. Quero han publicado El informe Libélula, bajo el sello de Letrame Editorial, con el que abordan dos temas de actualidad e interés: el bullying y el TEA Nivel 1 – Síndrome de Asperger. Esta novela ofrece la oportunidad de ponernos en los zapatos de varios personajes, entre ellos un chico con ese trastorno del neurodesarrollo: Juan Solo. Su dificultad para descifrar las señales sociales lo convierten en presa fácil para los acosadores. Se trata de un problema presente en todas las edades y niveles educativos, aunque es en la adolescencia cuando se agrava para mostrar su cara más dura y amarga.
Vivimos en una sociedad en la que prima la «buena» imagen y en la
que ser diferente no está bien visto. La narración muestra cómo se pueden
superar las barreras que nos separan de los demás y encontrar lazos que nos
unan a través de la defensa de valores como la empatía, justicia y
el respeto a la diversidad.
El informe Libélula es una trepidante novela que posee un ritmo
frenético. El fútbol, el espíritu de los ancestrales samuráis, StarWars, el
bullying, la literatura, el síndrome de Asperger - TEA Nivel 1 e incluso el
Derecho se entremezclan en una historia que no dejará indiferente a nadie.
Después de varios años desde que su ópera prima, Las Crónicas del Agua. Río Arriba, viera la luz, Alicia y Alfonso vuelven a sorprendernos con este su segundo libro. A pesar del tiempo transcurrido nunca han dejado de escribir, aunque no siempre «a cuatro manos»; en solitario han abordado otros proyectos y cosechado algún que otro premio literario, si bien un fino hilo de tinta les ha mantenido unidos para, de nuevo, formar un perfecto tándem.
Los autores almerienses Alicia B. Torres y Alfonso F. Quero han publicado El informe Libélula, bajo el sello de Letrame Editorial |
Entrevista con Alicia B. Torres
¿Por qué El informe libélula es una novela recomendable para adolescentes y adultos?
Se recomienda tanto para adolescentes
como para adultos porque trata dos temas de actualidad e interés: el bullying y
el TEA Nivel 1- Síndrome de Asperger. Sus
protagonistas son adolescentes que se topan con dificultades, se equivocan
y aciertan en las decisiones que toman, con encuentros y desencuentros frente a
sus padres, preocupados por sus exámenes, deportistas, que comienzan a indagar
en las relaciones con el sexo opuesto y se mueven en las redes sociales con
soltura. Además, explica cómo es, piensa
y siente un chico con síndrome de Asperger, invitándonos a calzarnos
sus zapatos, unos zapatos que a veces producen rozaduras por la intransigencia
de muchos ante la diversidad. Y también es una obra interesante
para el público adulto en la medida que invita a reflexionar sobre qué
pensamientos pueden rondar la cabeza de nuestros hijos, mostrando las
perspectivas de unos y otros, a veces contrapuestas.
¿Por qué un protagonista con síndrome de Asperger?
Yo, por mi trabajo, en ocasiones, tengo cerca a alumnos con asperger y sé que es algo poco conocido. Las personas con este síndrome razonan y entienden el lenguaje y las señales sociales de una forma distinta. Resultan extrañas sus reacciones si no entiendes que no todo el mundo responde de la misma manera. Por eso me interesaba abordar el punto de vista, un tanto desconocido, de alguien que es asperger, convirtiéndolo en protagonista.
Imagino que ha habido una labor de documentación importante.
Siempre tienes que documentarte. Existe una labor de investigación detrás de las páginas, aportando información, unas veces de manera expresa, otras de forma velada a través de detalles. He tomado como referencia manuales, he asistido a cursos de formación y charlado con especialistas en la materia, además de contar con una fuente inmediata e inagotable: los alumnos.
Parece que le gusta escribir libros con causa.
Me gusta que los libros tengan un componente psicológico… En esta obra existen muchos mensajes, unos más evidentes, otros ocultos que el lector tendrá que ir descifrando a medida que avance en las páginas. En definitiva, lo que se pretende es enganchar y que al final de cada capítulo estés deseando comenzar el siguiente.
¿A partir de qué edad recomienda su lectura?
Es un libro para público
de trece años en adelante. Lo puede leer un adolescente, claro está, pero
también un adulto siempre que tenga presente los temas que se abordan y las
distintas perspectivas… Sí, es una novela juvenil, no nos vamos a engañar, si
bien, en ella hemos incorporado diferentes capítulos que también ilustran sobre
cómo pueden pensar los adultos ante el comportamiento de los más jóvenes.
Ahora que comenta eso: ¿no cree que la literatura juvenil está
infravalorada injustamente?
La literatura juvenil como algo de segunda fila es propio de nuestro país, en otros no pasa. En Estados Unidos, Inglaterra o Alemania no es así. Pero en España es cierto que es la Cenicienta. Tal vez porque es un fenómeno relativamente joven. Me parece tonto que los haya que tengan ese desprecio por la literatura juvenil. La literatura es buena o mala, independientemente del género. Los escritores que solo escriben para adultos olvidan que hay que animar a la lectura, formar a nuevos lectores. De hecho, alabo a aquellos autores que teniendo obras de adultos son capaces de volver a sus orígenes y, de repente, nos sorprende con una novela juvenil.
Sí que es importante crear lectores. ¿La manera en la que se enseña
literatura en las aulas lo fomenta?
Si a unos chavales únicamente se les invita a leer clásicos, por muy buenos que sean y cuya lectura, por razones obvias, es obligatoria y necesaria, no podrán apreciar la belleza de los libros en toda su dimensión… Porque también se les tiene que animar a que lean lo que se les apetezca, con cierta supervisión o siendo guiados. Habría que usar listados de libros con títulos actuales, aventuras, misterio… Que me venga un adolescente que no lee nada y me diga que lo he hecho leer, es la mayor satisfacción que puedo tener. El lector de buenos libros desarrolla más la imaginación y se sensibiliza ante problemas sociales y humanos, porque la literatura, al mismo tiempo que nos proporciona una fuente inagotable de placer, nos hace (y nos debe) hacer pensar. Creo que es imposible enseñar literatura, si no se sabe contagiar el entusiasmo que despiertan algunos autores. Hay dos caminos que se le ofrecen en la enseñanza de la Literatura: uno, cerrado y estrecho; otro, abierto y amplio. El primero expresado por obligatoriedad, imposición, monotonía, aburrimiento, memorismo, incomprensión, suplicio…, que conduce inevitablemente al odio por la literatura. El segundo, manifestado por comunicación, disfrute, encuentro, aventura, misterio, fascinación, exploración, emoción, divertimento, juego, curiosidad, crítica, comprensión, entendimiento, apertura, fantasía e ilusión, que opino, pueden llevar al alumno hacia el amor y el gusto por la lectura, que se convertirá para ellos en una guía, un deseo, una dinámica y un espacio de diálogo. Y quiero destacar lo que últimamente vengo recomendando: leer en familia. Una familia que lee unida crea un vínculo invisible, un lazo indeleble que los ayudará a mantenerse unidos.
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