Las estrategias de optimización y ahorro de un recurso tan vital como el agua han convertido a Almería en un ejemplo de economía circular hidrológica. Las políticas que venimos aplicando en el Ayuntamiento en los últimos años, planteadas desde enfoques innovadores orientados a preservar y gestionar de manera sostenible un recurso finito, nos han convertido en modelo y guía para muchos ayuntamientos de España. En este sentido, los organizadores del Primer Congreso sobre Economía Circular y Sostenibilidad celebrado hace unos días en Huelva quisieron contar con nuestra presencia para compartir experiencias y puntos de vista sobre nuestro modelo de aprovechamiento de recursos a la hora de poner a las ciudades en vanguardia de la sostenibilidad y favorecer la transición hacia un nuevo modelo productivo.
El agua es un recurso crítico que es esencial conservar, especialmente en la actual situación de sequía severa que está haciendo crecer su demanda y proyectando sombras de incertidumbre sobre la posibilidad de cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible incluidos en todas las agendas municipales.
El año hidrológico 2022- 2023 fue el sexto más seco en lo que va de siglo en nuestro país; llovió un 12% menos de lo esperable. Y aunque la sequía en España, y de modo especial en Almería, es un fenómeno recurrente, la intensidad y duración de este ciclo nos empuja a un escenario de sequía permanente con el que debemos acostumbrarnos a convivir. De ahí lo importante que para nuestra ciudad ha sido la entrada en servicio de la desaladora y la progresiva sustitución de caudales subterráneos para el consumo por agua desalada. Así hemos conseguido, con la ayuda decidida de la Junta de Andalucía, llevar agua potable procedente del mar a la práctica totalidad de grifos de Almería, implementando sistemas de gestión eficiente y fomentando un consumo responsable. Además, trabajamos diariamente con parámetros de economía circular que impulsan la reutilización y el aprovechamiento del agua residual.
Daré unos datos que explican bien la necesidad de actuar con inteligencia de cara al futuro: en el conjunto de España, los embalses están al 43% de su capacidad; en el caso de Andalucía, están al 20%, y en Almería, en la que no llegan al 12%. Sin embargo, a pesar de nuestra condición semidesértica y nuestro elevado estrés hídrico, somos la única provincia andaluza que no ha sufrido restricciones de agua y seguimos siendo la huerta de Europa por nuestro volumen de producción y exportación hortofrutícola. Y la razón de este éxito tiene tres ejes: la desalación, una planificación eficaz y una gestión sostenible. Valga como ejemplo el reconocimiento que ha recibido Aqualia por el Proyecto Ulises, que se desarrolla en la EDAR El Bobar, lo que nos confirma que, frente a la escasez de agua, debemos tratar las aguas residuales como una gran solución.
Esta iniciativa no solo tiene como objetivo revolucionar los procesos convencionales de depuración y regenerar agua apta para la agricultura, sino también producir recursos de valor a partir de las aguas residuales, como biocombustible para vehículos o biofertilizantes agrícolas. De hecho ya hay coches que repostan en la depuradora y se mueven gracias a este biometano sostenible. En definitiva, se trata de seguir avanzando en la única dirección posible que se abre ante nosotros, porque el futuro de Almería será más verde o, sencillamente, no será.
No hay comentarios:
Publicar un comentario