Un total de 50.500 almerienses aparecen en
el censo de 1940 de Barcelona, dato que habla a las claras de la extrema
pobreza del conjunto de Almería. Los números y las consecuencias se dieron a
conocer en un seminario de investigadores del área de Historia Contemporánea de
la Universidad de Almería (UAL). Las aportaciones del doctorando Jorge Luciano
Mingorance López (Balerma, El Ejido, 1995) son rotundos. Almería fue
la primera provincia andaluza representada en el censo de Barcelona en 1940 y en
años anteriores a la Guerra Civil. Es en 1970 cuando se convierte en la cuarta
provincia tras Granada, Córdoba y Jaén. Eran tiempos de barracones y mucha
hambre. Almería fue una provincia escasa de productor. Importaba trigo,
fundamentalmente, porque el objetivo era quitar hambre y miseria con unos
índices de analfabetismo tremendos. A partir de los años 70, con el desarrollo
de los invernaderos, la consolidación de la industria turística y el regreso de
emigrantes, cuando Almería empieza a acoger población de otras provincias.
Fenómeno clave es la espectacular transformación de Roquetas de Mar, El Ejido,
Vícar y Adra.
Jorge Luciano Mingorance López, en la Facultad de Humanidades de la UAL / A. Torres |
El trabajo del investigador Mingorance
López, hijo de agricultor, fue presentado ante un nutrido grupo de docentes y
miembros del Grupo de Investigación de Estudios del Tiempo (ETP) que dirige el
decano de la Facultad de Humanidades, Rafael Quirosa-Cheyrouze y Muñoz. La
cuestión de los emigrantes almerienses en Cataluña ya era una realidad muchos
años antes de la Guerra Civil y el primer franquismo.
Almería y Murcia fueron de la mano en el
desarrollo actual y en los importantes flujos de emigración. Los historiadores
señalan el periodo1840-1930 como el que lleva a buscar “el pan del trabajo” a
través de intensos procesos a ciudades como Barcelona y a las tierras de
Argelia, Francia y algunos países más. Los autobuses que recogían a emigrantes
recibieron la denominación en los años 30 de “transmiseriano” como también
relató el periodista Carlos Sentís (Barcelona, 1911-2011). Desde Los Gallardos fueron pioneros desde 1930 dos taxistas que durante la época republicana fueron
alcaldes, como Juan Ramón Alonso Flores (Turre, 1894-Los Gallardos, 1974)
y Esteban Belmonte Aybar (Mojácar,
1888-Barcelona, 1962). Ambos organizaron los primeros viajes en autobús de Los
Gallardos hasta Barcelona, aspecto que siguió en los años 70 Pedro Rodríguez
que fue conocido como Pedro de Esteban, génesis de la prestigiosa empresa de la
actualidad Autocares Rodríguez. Los viajes de esos pioneros suponían un día de
viaje e incluso casi dos días. Aquellos autobuses de la miseria, hoy sería la
salida en tren desde la isla ferroviaria almeriense a cualquier punto.
Para el periodista Xavi Ayén, “Sentís se
subió en el equivalente a las pateras actuales, un destartalado
autobús”. Ese viaje de 1932, dio lugar al libro Viatge en
Transmiserià (La Campana). Cubrió el famoso baño de Fraga en
Palomares en calidad de presidente de la Agencia EFE. Con un hijo de Sentis,
coincidí en el homenaje que se le tributó al diplomático Javier Rupérez en la Hispanic
Society of América de Nueva York y comentó que cada domingo en la comida
familiar se hablaba de Palomares. Acudí a ese acto, invitado por el médico de
la Embajada de España y poeta Mojácar Miguel Sáez y acompañado de mi añorado
amigo el farmacéutico de Sorbas Diego Hermosilla Fernández. Sentis,
identificado con el franquismo, tras la muerte del dictador, se incorporó a la
vida democrática siendo diputado con UCD y fue uno de los principales artífices
del regreso a Cataluña de Tarradellas desde el exilio en septiembre de 1977.
Como director de Radio Barcelona, recuperó un primer programa en catalán.
Presidente de la Asociación de la Prensa, entre 1974 y 1977, dio entrada en la
junta a demócratas y defendió al periodista Josep María Huertas Clavería cuando
fue sometido a consejo de guerra por el Capitán General de Cataluña. Siempre
fue un periodista total y en sus logros está el seguimiento del juicio de
Núremberg.
El Gobernador Civil de Almería Rodrigo
Vivar Téllez (Vélez-Málaga, 1906-1991) durante el periodo 1940-1942 envió una
carta al ministro de Gobernación de Franco explicando la situación de extrema
pobreza de la provincia de Almería. “El 36 por ciento de hambrientos (129.503
personas), el 7 por ciento atendido por Auxilio Social (25.181) y solo un 57
por ciento con capacidad relativa de subsistir (205.046). Reflejo de lo
expuesto es que de las distribuciones de víveres que se efectúan por la
Delegación Provincial de Abastecimientos de artículos de tan primera necesidad
como son las leguminosas de granos secos y otros, en la capital, donde viven
los más acomodados de la provincia, se retiran el 20 por ciento (15.908
personas) de los racionamientos por escasez de medios económicos”, los
paréntesis son del doctorando Mingorance López basándose en el censo de la
población almeriense de 1940.
El catedrático de la UAL Francisco Checa Olmos fue uno de los pioneros en investigar sobre Migraciones en Almería, Junto al profesor Francisco Checa, publicaron en la Universidad Autónoma de Almería, reforzados con el trabajo gráfico del reportero Francisco Bonilla, un detallado trabajo. “Desde los años 90, Almería ha dejado de ser una provincia expulsora de mano de obra a ser receptora y quiénes salen hoy a buscar trabajo son profesionales altamente cualificados”. Muchos consideraron que Barcelona es la novena provincia andaluza.
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