La plaza de Juan Cassinello (también conocida como Plaza del Educador, así como Plaza de la Leche) reúne unas características únicas en la ciudad de Almería: por su ubicación y por su entorno. Por su ubicación, ya que se encuentra en el punto medio del Paseo de Almería; y por su entorno ya que se trata de la única plaza de la ciudad en la que aún se pueden ver obras de dos grandes arquitectos locales como fueron Enrique López Rull y Trinidad Cuartara Cassinello. También desde allí pueden apreciarse otros singulares edificios de gran valor arquitectónico, que hacían, y siguen haciendo, que este espacio urbano sea uno de los de mayor relevancia de la ciudad.
Muchos jóvenes no habrán llegado a conocer uno de estos edificios singulares: el antiguo edificio de Correos y Telégrafos proyectado por Trinidad Cuartara Cassinello y que fue tristemente derribado en el año 1967, para construirse en su lugar el que hemos podido contemplar hasta el pasado mes de marzo de 2024, demolido después de haber permanecido doce años cerrado. Así, cuando el edificio de Correos y Telégrafos ya es historia, hoy aparecen en todo su esplendor tres edificios de viviendas de gran valor arquitectónico.
Al fondo, en la calle Alfonso Torres esquina con la calle Padre Luque, el construido en 1910 de autor desconocido y catalogado de grado cuatro. Al sur, en la calle Padre Luque haciendo esquina con Conde Ofalia, el proyectado por Enrique López Rull. Y al norte adosado al viejo edificio de Correos y Telégrafos, en la calle Gómez Ulla, el inmueble catalogado de grado cuatro de autor desconocido que crea un desafortunado rincón, un punto negro de la ciudad que ahora sería el momento de suprimir manteniendo la alineación de Gómez Ulla hacia Padre Luque en el caso de que se construya un nuevo edificio en el solar de Correos.
Cierra este entorno por la parte de arriba de la plaza hacia el Paseo de Almería el edificio de la antigua casa de los Rodríguez, otro proyecto de Trinidad Cuartara Cassinello, hoy conocido como edificio de Banesto que ocupa una manzana completa del solar con planta semicircular a la plaza. Mientras que por la parte baja de la misma encontramos la casa de Cassinello, donde se encontraba la tienda y la histórica cafetería Gladys.
Estos edificios singulares conforman esta plaza, en la que en 1954 se construyó un templete para la música proyectado por el arquitecto Guillermo Langle Rubio. Por desgracia, como tantas otras obras de arquitectura popular almeriense, también fue años atrás pasto de la piqueta.
Ahora que el Ayuntamiento de Almería va acometer las obras de remodelación del Paseo se presenta una excelente ocasión para remodelar la plaza de Juan Cassinello y que sea nexo de unión entre el Casco Histórico y el Centro Urbano, así como de que en el caso de construirse un nuevo edificio en el solar de Correos, su diseño y configuración arquitectónica estén acorde con los edificios del entorno donde se ubica.
Tan importante o más aún se presenta la oportunidad de reconsiderar el uso de este nuevo edificio: “Qué buen espacio se ha perdido el centro para una galería comercial, para un minicine, para nuevas zonas de ocio que le inyecten luz y vida”, escribía el pasado 13 de marzo el periodista Manuel León en las páginas de LA VOZ en su artículo 'El polvo del edificio de Correos', una reflexión con la que estoy totalmente de acuerdo.
Ahora solo queda pedir que por parte de las administraciones implicadas se reflexione y que consideren si este solar es el más adecuado para ubicar el Polo de Innovación Agrícola denominado ‘Smart Green Cube’ (sin duda, un proyecto fabuloso, pero no en esta ubicación), así como si con él se daría respuesta a lo que la ciudad necesita y los ciudadanos demandan. Y esto no es otra cosa que vida para el centro, que cada día está más muerto.
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