Con el inicio del verano, una de las actividades que se puede ver con frecuencia en festivales, conciertos, ferias, playas y mercadillos son los tatuajes de henna. Una actividad, que de no seguirse unas debidas cautelas puede pasar factura a nuestra salud. En diferentes ocasiones, desde la propia Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios se ha alertado de los tatuajes hechos con henna negra.
Dado que contienen henna natural, pero también colorantes como la p-fenilendiamina o PPD, cuyo uso directo sobre la piel está prohibido y puede provocar graves efectos sobre la piel como picor, enrojecimiento, o cicatrices, entre otros.
Estos tatuajes de henna negra cuentan con una mayor durabilidad en el tiempo, lo que hace que se vendan como una opción más duradera. Lo que desconoce el consumidor es que pueden provocar manchas, ampollas, picor, decoloración permanente de la zona donde se ha aplicado, cicatrices, dermatitis de contacto e incluso el ingreso hospitalario en los casos más graves cuando se producen reacciones alérgicas importantes.
Por ello, desde la Asociación Española de Consumidores exigimos a las Administraciones Públicas con competencia en la materia que controle este tipo de actividad y realice inspecciones con el fin de que no se realicen tatuajes de este tipo y se evite así este riesgo para los consumidores.
Hay que tener en cuenta que buena parte de estas prácticas se producen en establecimientos ilegales o camionetas lo que implica unas garantías higiénico-sanitarias y hacia el consumidor.
Por otro lado, desde la Asociación Española de Consumidores aconsejamos a los consumidores que eviten esta práctica por el riesgo que conllevan y que acuda al médico si nos hemos realizado algún tatuaje con henna negra y presentamos síntomas aunque sean leves para que los daños a nuestra salud no sean mayores.
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