El Patio de Luces de la Diputación se viste de gala para recibir hoy lunes a Manola Baraza, de Terraza Carmona. Recibe el Escudo de Oro de la Provincia. Su conocimiento y experiencia va más allá del ámbito gastronómico. Llega en buen momento por su empatía y por la capacidad de saber levantarse y dar autoestima a su familia y amigos.
Antonio Carmona y Manola Baraza / Familia Carmona Baraza
Dice el presidente de la Diputación, Javier Aureliano García, que tiene una ejemplar trayectoria profesional ligada al sector de la gastronomía y el turismo “difundiendo la excelencia de nuestra tierra”. Trazamos otro perfil diferente con la opinión de mujeres que se desenvuelven en otros ámbitos y conocen muy bien a Manola Baraza Muñoz (Vera, 1945). Mari Carmen Morales Carmona: “Quiso el destino que la menor de sus hermanas, Isabel, casada con mi hermano Antonio Morales, se convirtiera en mi cuñada, lo que estrechó las relaciones, pues además de ser una gran mujer esposa y madre, lo era también como hija y hermana, siempre desbordando amor y simpatía. Me consta, porque alguna que otra vez los acompañé, cómo hacían de los lunes el día más importante de la semana. Era el día de descanso en que cerraban el restaurante y el que dedicaban a pasarlo en familia fuera del pueblo y visitando localidades cercanas y comiendo en otros restaurantes, con los que también se relacionaban”.
“Siempre cercana, cariñosa, afable y generosa, muy guapa, de grandes ojos claros y una amplia sonrisa, tenía tiempo para atender y educar a sus siete hijos (luego también lo haría con sus nietos), y a la vez cocinar las más gustosas comidas tradicionales y las tapas más exquisitas que han hecho de Terraza Carmona un restaurante de fama y renombre, por lo que es, sin duda, embajadora de nuestra gastronomía por todas partes del mundo, y, por ende, de Vera. Sin duda, se merece el Escudo de Oro, pero no solo por eso sino por mucho más. Por ser la gran mujer que es, capaz de hacer la vida más fácil y agradable a los demás”.
“A pesar de que en su vida ha sufrido fuertes golpes, siempre, agarrada a su inquebrantable fe, los ha llevado con muchísima entereza y fuerza, tornando las tristezas en alegrías, manteniendo siempre unida a su familia. Oír sus interesantes relatos, dotados de atracción y chispa, es aprender de todo lo que conoce y ha vivido, que es mucho. Hace poco me contaba cómo tenía que reinventarse cuando, yendo a otros restaurantes a dar a conocer nuestras comidas, se encontraba con falta de material de cocina, por desconocido en esas zonas, y cómo rápidamente tenía que solucionar de la mejor manera sin que nadie notara la dificultad”, reitera Mari Carmen.
Jero Mari Caparrós ha asistido a las bodas de los siete hijos de Manola y de Antonio Carmona: “Hemos tenido muchas vivencias. En las bodas de sus hijos se ha mostrado espléndida, siempre afectuosa. A Manola, la conozco de toda la vida y siempre junto a Antonio, su marido. Ha sido y es muy querida por mí. Una mujer trabajadora perseverante, siempre en un segundo plano, voluntariamente, dejando brillar a su marido. Nunca fue una mujer diferente y en eso está parte de su valor. Ha sido y es muy cercana. Ha sabido educar a sus hijos en valores. Es una gran madre. Sobre todo, les ha enseñado a amar el negocio familiar. Me alegra mucho que la Diputación de Almería le conceda el Escudo de Oro por ser una gran mujer, su amor al negocio y por ser el alma de Terraza Carmona que lleva con orgullo el nombre de Vera y de Almería por todo el mundo”.
Jero Mari Caparrós concluye: “Con la enfermedad de su marido, Manola siempre estaba ayudándole, dando fuerzas con muchísimo amor y con la gran sonrisa, que le caracteriza. Supo reponerse con inteligencia emocional de los golpes que le dio la vida en 2016 con la despedida de su marido Antonio y el mazazo de 2018 con su hijo José de 50 años. Su amor por los que no están está, pero también por los nietos y el futuro de todos”.
El amor de auténticas vecinas y la admiración y respeto es más que evidente. La jefa de Informativos de Canal Sur, Rocío Amores Calvo, es una de las profesionales que más ha cubierto las distintas jornadas gastronómicas o las decenas de premios cosechados: “Manuela Baraza es la imagen de la fortaleza y la belleza serena que hace haber reunido y vivido con su familia y su negocio toda la vida. Lleva la calidez en la mirada de sentirse amada y protegida por los suyos y a la vez proteger. Tiene la fuerza de las costumbres que la antecedieron. Ellos son un referente por lo que cocinan y lo que transmiten: cercanía, afectividad y cariño. Todo ello empleado en un lugar mágico en el que está presente la referencia de sus antepasados en un lugar de cine, de bodas, de encanto y sobre todo con personalidades arrolladoras de empatía y gente llana con luz, que eso, no es fácil de conseguir”.
Hace dos lunes me preguntó Juan de Dios Mellado, padre del responsable de Canal Sur, cuál era el establecimiento de Almería referente con más de medio siglo con excelencia gastronómica intachable para un trabajo de la Universidad de Málaga y la Junta de Andalucía. No lo dudé ni un instante: El alma de Terraza Carmona, contesté. Los conocí cuando era estudiante del Instituto de Vera, gracias a José María Crespo, de Los Gallardos, gran amigo de Antonio Carmona desde niños. He vivido la evolución de un gran municipio. Tengo material para más de un libro. He bailado en la pequeña pista durante la Feria de Vera, los añorados festivales de Arte con más nivel que los de Almería, primeras entrevistas a Antonio Machín y los grupos que traía el recientemente fallecido Joaquín de la Muela con el que también cristalizamos una noble amistad. La apertura de la modernidad con la discoteca El Portalón abierta en 1973 o el gran salto de infraestructuras en 1980. Vera con apenas 5.000 habitantes el centro con el Instituto, la fábrica de calzado MG, la notaría, el juzgado y el único campo de fútbol con césped de toda Almería, el primer camping naturista. Fue mi punto de encuentro para entrevistar a la gente que importaba en los nuevos tiempos que se abrían con el desarrollo de Puerto Rey o la llegada del agua del Trasvase Tajo Segura. Desde entonces, la transformación es brutal. Recuerdo una entrevista a Martín Cano Guerrero, el médico titular de Vera, a mediados de los 70, cuando denunció la falta de, al menos, seis camas hospitalarias. Merece la pena mirar por el retrovisor y ver la pobreza de dónde venimos. Más importante es el futuro y Manola está ahí para seguir siendo un testimonio de memoria, de primer plano.
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