Los vecinos de La Vega de Acá se manifestaron
exigiendo la construcción de nuevos centros educativos en su barrio. Era de
esperar. Un Ayuntamiento no puede dar vía libre a la construcción de viviendas
en una zona de expansión sin prever que esas familias, tarde o temprano,
acabarán necesitando todo tipo de servicios, especialmente aquellos tan básicos
como un colegio o instituto.
En los últimos años, la Junta de Andalucía ha
prometido la creación de 5 nuevos centros: los colegios de El Toyo y la Vega de
Acá, y los institutos de La Cañada, Los Molinos y la Vega. La realidad: no
hemos visto ni un ladrillo. El problema es que se trata de un asunto que no
tiene espera, pues, en apenas en unos años, esos niños y niñas habrán cambiado
de etapa formativa, tras pasar varios cursos de idas y venidas de un barrio a
otro.
En el solar de La Cañada ya se tendría que estar
construyendo la estructura del nuevo instituto prometido y, sin embargo, no se
está haciendo nada. Tras la última visita de la consejera del ramo supimos que
la Junta se dispone ahora a redactar un ‘programa de necesidades’, cuando las
tienen perfectamente definidas desde 2022. No saben ya qué inventar para
dilatar el inicio de las obras.
Pero hay casos peores, como el de las 500
Viviendas, donde clausuraron el CEIP San Valentín, reubicando al alumnado en
otros centros, sin que hasta la fecha los vecinos sepan cuándo van a recuperar
su colegio. Mientras, la alcaldesa, lejos de alzar su voz y exigir a la Junta
que ejecute sus compromisos con la ciudad, sale al rescate de su presidente y
anuncia que el Ayuntamiento va a correr con los gastos de la redacción del
proyecto para el colegio de la Vega de Acá. Enhorabuena.
Gato blanco, gato negro, lo importante es que cace ratones y ojalá que pronto veamos máquinas y operarios levantando el nuevo colegio. Pero la experiencia nos dice que el presidente andaluz está muy cómodo en su sillón, arrullado por el silencio atronador de su compañera de partido en Almería.
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