Los alumnos y alumnas del Centro de Educación de Adultos de La Chanca están de enhorabuena. Es el que mayor número de titulaciones ha obtenido de Andalucía y ello a pesar de que su centro no reúne las condiciones mínimas para ofrecer formación, lo que demuestra su afán por mejorar y por encontrar una oportunidad que les permita acceder a un empleo y a una vida con más derechos.
Ventanas rotas y sin cristales, problemas de saneamiento en baños y desagües, persianas que no funcionan, enchufes desprendidos, humedades y lámparas descolgadas del techo son su día a día. En este curso han llegado al extremo de tener que hacer los exámenes iluminados por la linterna de sus propios teléfonos móviles como vimos todos en los medios de comunicación, para vergüenza general. Mientras esto ocurre, la alcaldesa decide gastar 7.728,27 euros en los sillones y las alfombras de alquiler que se usaron en la visita de Moreno Bonilla para inaugurar la rehabilitación del Ayuntamiento.
Los Centros de Educación de Adultos son la única manera que tienen quienes no pudieron completar la formación académica en su día, por circunstancias económicas, sociales o familiares, de volver a subir al ascensor social que constituye la educación en nuestra democracia.
Por eso, nos parece intolerable la situación de abandono en que los mantiene el gobierno del PP municipal. Exigimos en el último pleno una actuación urgente en el centro de La Chanca, que es el que más lo necesita y que se encuentra en uno de los barrios más humildes de la ciudad, donde las inversiones municipales brillan por su ausencia. El PP votó en contra de nuestra iniciativa que solo perseguía entornos dignos a quienes vuelven a entrar en el sistema educativo buscando una segunda oportunidad.
Están claras las prioridades de esta alcaldesa: sí a 8.000 euros para alfombras rojas y sillones de quita y pon para actos que duran 45 minutos, y no a cubrir las inexcusables necesidades de mantenimiento de un centro educativo que consigue cifras récord a nivel andaluz en titulaciones de la ESO.
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