Tras Rocío Carrasco el
siguiente personaje en asomarse a la sección En camisa de once varias que Iñako Díaz-Guerra publica en el diario
El Mundo es Alba Carrillo. De la
extensa entrevista extraemos algunas afirmaciones:
Hacerse la tonta para triunfar en la tele: Me he tenido que hacer la tonta de manera irónica. La gente inteligente lo ha pillado y otras muchas personas se han creído que de verdad era así, pero esto es como los borrachos, que siempre se delatan, y a la gente que tenemos cultura al final se nos ve en la forma de hablar, en la forma de actuar... Sobre todo tuve que hacerme la tonta en la época de modelo. Lo pensaba hace poco porque estuve en El Cazador [concurso de cultura general] con Godeliv van den Brandt, que también fue modelo y trabajó conmigo en pasarela, e hicimos ambas récords del programa. Debemos replantearnos mucho la idea de que las guapas somos tontas y que somos bien aceptadas en la sociedad. Ambas cosas son falsas. Yo siempre he sido muy friki y la soledad de la vida de modelo hizo que me aferrara a los libros, a leer teatro y cosas que a esas edades y en esa vida la gente no comparte. Al final te cierras un poco en tu mundo y mi mundo era leer.
Alba Carrilllo, en El Mundo |
Reinventarse: La vida te pone obstáculos y tienes dos opciones:
llorar, que también lo hago y me tiró días enteros a moco tendido, o reaccionar
porque no te queda otra. Son compatibles, pero no te puedes lamer las heridas
por mucho tiempo, antes o después tienes que coger y decir: "Vamos a ver,
la vida sigue, tengo que seguir pagando mis recibos y a ver por dónde
tiro". Reinventarse es maravilloso y, en mí caso, también ha sido
necesario cada vez que todo se ha ido a la mierda, sea un programa, una
relación o todo a la vez.
La tele: De toda mi
carrera profesional he sacado dos amigas de verdad, Rocío Carrasco y Estela
Grande. Dos en casi 20 años. De verdad que yo lo defendía, pero cuando me pasó
todo el tema de Ana Rosa Quintana y entró ahí Miguel Ángel Nicolás, que para mí
era prácticamente familia, me di cuenta de que vivía en un mundo utópico
respecto a la televisión y las personas. Al final, todo el mundo cuando ve las
barbas de su vecino cortar pone las suyas a remojar. En la televisión todo es
sálvese quien pueda y da igual los cadáveres que dejes.
De izquierdas: Sí, de hecho me ha sorprendido y es un superhonor que
me hayas elegido para esta contraportada de El
Mundo. Es muy subversivo, es como lo de Letizia en la Casa Real. Todos los
rojos te lo agradecemos [risas].
Hablar de política: Voy levantando la voz por mi propia
experiencia, por cómo veo crecer algunos movimientos peligrosos y porque los
derechos humanos no se negocian. No necesito ser un animal para defender los
animales, no necesito ser homosexual para defender a los gays, no necesito ser
inmigrante para defender a los inmigrantes. Defiendo el mundo en el que quiero
que crezca y viva mi hijo. Un mundo de libertad en el que, mañana, sea lo que
quiera ser y no tenga miedo a expresarlo con naturalidad, un mundo en el que
las mujeres vivamos en igualdad y cobremos lo mismo... Mil cosas. Por eso he
decidido posicionarme abiertamente.
Nava del Barco: Me refugio en el sitio que más me gusta en el mundo: el pueblo de mi abuela, Nava del Barco, en Gredos. Me he criado allí, se duerme muy fresquito, soy yo al cien por cien, nadie me mira y allí no soy un bicho raro.
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