La consellera Salomé Pradas ha confiado
en un mojaquero el cargo de director general de Atención a las Víctimas y
Acceso a la Justicia. Francisco Javier Soler Flores (Mojácar,
1993), maestro, abogado y doctorando en Derecho Penal, ya
trabajaba desde julio del año pasado como asesor de asuntos parlamentarios en
la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio, dirigida
entonces por la propia Salomé Pradas.
Francisco Javier Soler Flores, con Antonio Torres en Mojácar / Loa |
El joven, pero veterano militante del PP
de Almería, Francisco Javier Soler releva en el cargo desde este verano a María
Belén Pulgar Gutiérrez, que fue destituida después de que el dirigente de Vox,
Santiago Abascal, decidiera romper los pactos autonómicos de su partido con el
PP, precisamente por cuestiones relacionadas con el reparto de menores
migrantes no acompañados, cuestión de la agenda política. “Carlos Mazón y
Salomé Pradas han confiado en mí y voy a poner todo mi esfuerzo y
responsabilidad”.
Su vocación desde niño es la docencia y la
investigación, aspecto con el que cuenta con experiencia de enseñante, ha sido
maestro de educación primaria, en la Región de Murcia. “Mis maestras Ana
Alarcón, María López Jódar, y Beatriz Gómez me despertaron la ilusión por la
enseñanza. Quería ser como ellas”.
Desde los 19 años ha estado ligado al
estudio de la protección de los menores y la violencia escolar. Doctorando en
la Universidad de Castilla-La Mancha, con una tesis sobre protección Penal de
la Infancia y la Adolescencia, que le dirige la prestigiosa profesora de
Derecho Penal Silvia Valmaña Ochaita. “Me siento muy ilusionado de poder
trabajar en un área que me apasiona y a la que estoy unido desde que comencé en
la Universidad”.
Mojaquero por los cuatro costados, nieto de Frasquito el Calé, es hijo y nieto de los pioneros de la hostelería, el turismo y la gastronomía en la ciudad del Indalo, como El Flamenco, El Puntazo o Virgen del Mar que llevan el sello íntegro de la sensual ciudad, una de las más famosas de España. “Vengo de una familia muy trabajadora. Solo he conocido la cultura del esfuerzo y eso es lo mismo que aplico cada día”.
Francisco Javier tiene carisma, un apasionado de la política desde muy joven. Es consciente de ser el segundo mojaquero que sale de la esfera local y provincial, como hizo otro hijo de su ciudad como el exalcalde Bartolomé Flores Flores que fue Senador del Reino de España, electo, durante el periodo 1996-2000, VI Legislatura.
“Siempre quería estar cerca de los lugares
donde se tomaban las decisiones. No me gusta que decidan por mí”. Entró en
política en sus tiempos de estudiante en la Facultad de Educación de
la Universidad de Almería (UAL) – y más tarde Derecho-, donde ya demostró dotes
de liderazgo al ser elegido por los estudiantes, delegado de curso una y otra
vez. “Con 18 años, me llamó el catedrático y exparlamentario, José Jesús
Gázquez, actual director de la UNED, porque le habían hablado bien de mí y
quería conocerme. Ahí empezó todo”.
“Después, he aprendido al lado de grandes
figuras políticas como Aránzazu Martín, Carmen Crespo, Carmen Navarro, Jesús
Caicedo o la propia Salomé Pradas, que me ha dado esta gran
oportunidad”, rememoró el pasado miércoles en el histórico chiringuito El
Cid de la costa mojaquera.
En su etapa de estudiante, Soler viajó por
diferentes partes de España representando a la Universidad de Almería en
Torneos de Debate, donde entrenó la oratoria. “Y no me olvido que la
primera oportunidad en un medio me la dio Antonio Torres en Canal Sur Radio y
Televisión , una entrevista con María Jesús Recio a la vuelta de un torneo en
Córdoba”.
También del debate aprendí la importancia
de respetar e intentar comprender los diferentes puntos de vista. “Nunca
me han gustado los extremos ni la polarización de la sociedad. Prefiero el
espíritu de la Transición, la política del respeto y del consenso. La de los
grandes acuerdos. Es lo mejor para España”.
El nuevo curso político estará marcado, entre otros asuntos por la situación de los menores no acompañados –menas-, el debate en torno a la seguridad, o por las conductas violentas contra menores, como el reciente crimen del niño Mateo de Mocejón (Toledo) que sitúan las políticas de delincuencia y de seguridad en el tablero político. “La protección de la infancia frente a la violencia es una tarea de todos, hay que actuar con firmeza, responsabilidad y sensibilidad. Con todos los recursos a nuestro alcance, con el Código Penal y también desde la educación, que es la base de todo”.
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