Las grandes transformaciones de la ciudad han
venido siempre de manos socialistas. Lo hicimos en el siglo pasado, con La
Rambla, los Paseos Marítimos, la Universidad o el Auditorio, y lo haremos ahora
con el soterramiento, que supondrá la gran transformación urbanística de
Almería del siglo XXI.
En esta legislatura nos conectaremos con Murcia
a través de la infraestructura ferroviaria más moderna de nuestro país: la
línea AVE, de 200 kilómetros, eje estratégico del Corredor Mediterráneo, con
una inversión de 3.500 millones, de la que ya se ha ejecutado más de la mitad.
Además, ya se han licitado los proyectos de renovación del tramo Almería-Granada
y los estudios informativos para mejorar la conexión hasta Antequera, lo que
permitirá ir a Sevilla en menos de tres horas y media.
También se trabaja en la puesta en servicio del
cambiador de ancho de Granada, que hará posible la llegada de trenes más
rápidos, sin transbordo y con un aumento de 3.668 plazas semanales entre
Almería y Madrid, antes de final de año.
El Gobierno redacta ya el proyecto para la
construcción de un nuevo acceso al Puerto, donde está previsto invertir 50
millones de euros. Además, recibirá un fuerte impulso gracias al Plan de
Inversiones pre[1]visto
para los próximos cuatro años, dotado de 80 millones, que permitirá prolongar
el Muelle de Pechina, realizar actuaciones de eficiencia energética y mejorar
el control fronterizo.
Después de años de abandono de los ejecutivos
populares, ahora sí vemos el fin a actuaciones muy necesarias y demandadas para
el despegue económico de Almería.
En los últimos seis años, el Ministerio ha licitado 1.181 millones de euros y ha invertido 735 millones en la provincia. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se propuso un objetivo claro: impulsar y mejorar nuestras infraestructuras para asegurar un futuro más próspero y conectado a los almerienses. Y está claro que lo va a conseguir.
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