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Un siglo de teatro en Los Gallardos

Antonio Torres
Periodista

Alonso Guerrero Cabezas e Isabel María Haro Molina, ambos nacidos en Los Gallardos en 1962, inquietos por la cultura, han movilizado a decenas de personas para poner en escena el próximo sábado un espectáculo pedagógico e histórico. El verano de Los Gallardos viene marcado por la piscina municipal, envidia de toda la comarca, y la actividad al espacio escénico que cuenta con aire acondicionado. Todos los escenarios acaparan toda la semana hasta el 11 de agosto.

Isabel María Haro y Alonso Guerrero Cabezas, en uno de los ensayos / A. Torres

Teatro y Los Gallardos son un binomio de muchas décadas de cohabitación y de amor mutuo y correspondido, de relación fructífera y auténtica, de sencillez y veneración, de culto y dedicación. Desde los tiempos de doña Marina Molina, maestra en el pueblo desde la década de los años treinta, arrancan las primeras manifestaciones teatrales de las que tenemos conocimiento. Afortunadamente aún tenemos alguna alumna suya que nos ha contado cómo eran esas primeras representaciones. Isabel Simón Silva (Los Gallardos, 1928), despierta y memoria pura del pueblo, madre de Antonia y Francisco Belmonte Simón, que han seguido la estela familiar, recuerda en declaraciones a Alonso Guerrero: “Ya en la época de Rosica Flores Simón y Juanita Flores se hacían obras de teatro de calidad. Era doña Marina quien creaba afición al teatro entre los jóvenes del municipio. El lugar donde lo hacíamos era en el callejón del Ayuntamiento, ahí montaban el escenario, colocaban dos telones, uno a cada lado del extremo, la gente entraba por la esquina de la calle Molino y se iban acomodando. Doña Marina les decía a los alumnos/as: ´Vosotros no os imagináis y sois pequeños ahora, lo que significa el teatro y el beneficio que os puede aportar, culturalmente, a lo largo de vuestra vida´.

Juanita Torres Flores, la de Andrés el Correo, cuenta a Guerrero que también el grupo de alumnos de doña Marina hizo otras representaciones en las que actuaba su hermano Ginés y niños de su clase; sesiones de teatro infantil celebradas en la cochera de Agustín Ros, ese punto de encuentro y tertulia de varias generaciones, en la calle Mayor, o en el almacén de la calle Almería del comercio de su abuelo Andrés Flores, el que fue, tras Sebastián González, segundo alcalde de la historia de Los Gallardos en el que también participó en la promoción del teatro el cura don Federico Acosta. 

Tras los años de represión, silencio para las mujeres, hambre y emigración masiva, se produjo el auge del teatro en 1973. Un grupo de jóvenes gallarderos encabezados por Emilio Ruiz Ruiz se unen con el propósito de retomar la actividad teatral en el municipio. Casi todos ellos estudiantes y al finalizar el curso, con el objetivo de estrenar para la Fiestas de la Virgen del Carmen, solicitan apoyo al Ayuntamiento que lo concede y se embarcan en el montaje de dos obras, El médico a palos, de Molière, para el grupo juvenil, y El papá terrible, de Mari Gloria Palma para el grupo infantil.  La representación se celebra el día 15 de Julio, víspera de las fiestas Patronales en el patio del Bar Crespo, con un lleno a rebosar y un éxito rotundo en la puesta en escena. Esta información, rememora Alonso Guerrero, la extrajo de Ideal, firmada por este periodista. ”Fue el primer montaje, supone la semilla que creció después y tomó forma, con los condicionantes de la transformación política y el florecer de nuevos impulsos culturales y distintas iniciativas que cristalizaron poco a poco y desembocaron en las semanas de teatro, formato que este año del centenario llegará a su edición número 42”. 

En 1978, año de aprobación de la Constitución democrática, la semana de teatro se celebró en las cocheras de Pedro de Esteban, la génesis de Autocares Rodríguez, ubicadas en la calle Molino. Se inició la denominada Semana Cultural y de Teatro, acompañada de actuaciones de grupos musicales. Esta primera semana se inició con una fuerza tremenda. 

Fueron día mágicos con tres obras locales, una del grupo juvenil, un corto y una infantil. Al tener ya cierto apoyo institucional se disponen de más recursos y se da el salto a contratar grupos foráneos. Alonso Guerrero, el autor que ha escrito la historia del teatro, tiene una memoria de elefante: “El primer grupo no local que actuó es ni más ni menos que Bochica  que  venía de obtener el segundo Premio como grupo de teatro amateur en el ámbito nacional con el montaje de La Dama del Olivar, de Tirso de Molina, poniendo en escena Los Mendigos, adaptación de la obra  de José Ruibal,  extraordinariamente dirigida por José Antonio Barceló, gran dinamizador cultural de la época y durante muchos años  e impulsor de un colectivo irrepetible que tenía como sede la Iglesia de  San José de Almería. Montaje maravilloso, de alto contenido social, que tuvo una tremenda acogida por la calidad de su puesta en escena y por permeabilidad que en esa época de transición había en la sociedad, la gallardera también…”. Nuevamente con la iniciativa de Emilio Ruiz, quien puso acento cultural en todos los ámbitos en el que se consolidó la Semana de Teatro.

Ruiz y sus revistas Cadimar y La Cimbra constituyen la memoria y relato de la vida diaria de Los Gallardos. Junto a sus primos Pedro Ruiz Cabezas y el citado Guerrero Cabezas son un ejemplo. Toda la historia de Alonso, que sigue aportando conocimiento, como se ve estos días, y otras personas que vinieron después, se recogerá en un libro que lanzará el Ayuntamiento de Los Gallardos con todos los nombres. Ahí están dos de mis mejores amigos, que han intervenido en 18 obras, Pedro Haro y Sebastián González Mañas, este último impulsor del grupo Calle Vieja, dirigido por Leonarda López Torres. 

El teatro contribuye a la capacidad crítica, un complemento para la formación educativa de pequeños y grandes que cohabitan en este ambicioso trabajo. “La interpretación ayuda a vencer la timidez. Las nuevas generaciones vienen pisando fuerte en el Club de Lectura de teatro divertida, dirigido por Beatriz Rueda”, muestra orgullosa la concejala y profesora de la Universidad de Almería Esther González Alarcón. Tiene en su cabeza a todos los grupos que han hecho pueblo como el grupo municipal La Corrala en el que aparece el propio alcalde Fran Reyes y varios de sus concejales como Antonia Martínez, Serradilla, Salmerón, o actrices tan consolidadas como Isabel Jerez Flores. Les define dignidad, compromiso y respeto.

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