Los Gallardos rememora el primer pleno de su historia

Antonio Torres

Periodista

Los Gallardos celebra este domingo por la tarde la representación del primer pleno municipal de su historia, el del 15 de septiembre de 1924. Son cien años de un pueblo pobre, agrícola, marcado por la emigración y el cierre de las minas de Bédar. En la actualidad, con más de 3.000 habitantes, la evolución es bestial con una sociedad multirracial, multicultural, con británicos, marroquíes, ecuatorianos y rumanos, principalmente, con propiedades, que ya son españoles muchos de ellos. Ejemplo de convivencia de una ciudad que todavía sigue siendo dormitorio. Cumple un siglo como la Telefónica o la radio en España que lo celebra este año.

Un momento de los ensayos para la recreación  En la foto, de izquierda a derecha, Pedro Gómez Molina, Alonso Guerrero Cabezas, Fran Sevilla, Pedro Haro Molina, Andrés Tomás Martínez Ramírez, Juan Ángel Ruiz Crespo, Francisco Belmonte Simón, Pedro Ruiz Cabezas, Sebastián González Mañas y José Antonio García Crespo, junto a la directora, Antonia Dami Ramírez Crrespo/ A. Torres

El 17 de agosto de 1924, el rey Alfonso XIII firmó desde el Palacio de la Magdalena de Santander el Real Decreto que estipuló la segregación, tras el trabajo de varios años por parte de gallarderos, entre ellos el sacerdote Bienvenido Alarcón Castaño que ya en 1914 intentó de forma infructuosa la independencia de La Huelga respecto a Sorbas, según la revista El Afa. Un antiguo alumno de este periodista en la Universidad de Almería, sacerdote actualmente en la zona de Adra, José Antonio Rodríguez Castaño, afirma que Alarcón también fue párroco de Cuevas del Almanzora y Las Herrerías. Varios concejales de Los Gallardos se despidieron de la corporación de Bédar, de la que formaron parte al celebrar su último pleno. Los vecinos de Los Gallardos los recibieron a dichos concejales que ya no formarían parte de Bédar con fiesta de cohetes y alegría popular, en la zona de La Cerrá, junto al actual tanatorio de Miguel Ángel Padilla Galera. 

El 15 de septiembre de 1924, Los Gallardos celebró el primer pleno municipal de su historia, presidido por el Gobernador Civil de Almería Santiago Zumel Ruiz. El encargado de una mina de plomo de El Pinar (Bédar), Martín Antonio Ruiz Caparrós (Cortijo el Quinto, Mojácar, 1873-Los Gallardos, 1948), abuelo de Martín Ruiz el carpintero, presidió la primera mesa de edad en el histórico primer pleno. Seguidamente, se eligió al comerciante Sebastián González Baraza como primer alcalde del municipio, el abuelo del entrañable vecino como es el panadero Sebastián González, conocido popularmente como el Lanero. Primer teniente de alcalde fue elegido Andrés Flores Soler, ambos nacidos en Turre, abuelo de quien firma este trabajo y que fue el segundo alcalde de la historia. Francisco Crespo Mañas fue elegido como Segundo teniente de alcalde. A lo largo del siglo de vida, solo una mujer, María González, ha sido alcaldesa. Desde 2019, el alcalde es Francisco Miguel Reyes Martín. Los primeros alcaldes colaboraron y fueron socios inicialmente de Francisco Alarcón, el tío Frasquito el Molinero, que construyó la primera fábrica de Harina San Diego de Los Gallardos, propiciando los primeros vestigios de luz eléctrica en el pueblo, como narró en su momento el profesor gallardero Francisco Miguel Guerrero Montero de forma amplia y detallada.

Mañana domingo será un gran día para visitar Los Gallardos. Desde las siete de la tarde con varias rutas teatralizadas en el que participarán 55 personas, coordinadas por Antonia Dami Ramírez Crespo, de 51 años, que ha sacado tiempo, como se aprecia en las imágenes de ensayos o gestiones con un equipo de confianza para viajar a Cuevas del Almanzora y a otras ciudades en busca de atrezzo necesario para la representación escénica. Todo ello, sin abandonar su sustento en la solvente empresa Nila donde trabaja habitualmente desde el último cuarto de siglo. El pueblo va unido a su larga tradición teatral, rememoran Isabel María Haro y Alonso Guerrero, entre otros, como el diseñador gráfico e ilustrador gallardero José Ramón París Piñero, autor del cartel anunciador de los últimos carteles de Los Gallardos. París Piñero es tan bueno que, adelantamos, es el autor del cartel anunciador de la Feria de Vera. Aquí tiene su galería y sala de exposiciones Cuatro Caños. Todos ellos disfrutan del éxito, como media comarca, de la intensa actividad para conmemorar el inicio de la vida municipal. El decano de Humanidades de Universidad de Almería Rafael Quirosa-Cheyrouze y Muñoz que, junto a la concejala Esther González, la estudiante Rocío Muñoz y este autor, animó la exposición de alcaldes, coordinada por Manu Gallardo. El decano se pronuncia sobre el nuevo pueblo de Los Gallardos que comenzó su singladura el 15 de septiembre de 1924. “Hace tiempo”, vaticina Quirosa Cheyzouze sobre un libro que se encuentra en la sala de máquinas del Instituto de Estudios Almerienses, “que los historiadores llegamos a la conclusión de que la denominada ´historia local´ podría aportar una interesante perspectiva al análisis historiográfico, de distintas épocas, en cualquier lugar. Como en casi todo, la clave es que las investigaciones sean rigurosas y los problemas planteados sirvan para trascender el mero contexto geográfico en que se suceden los acontecimientos estudiados”.

El edificio del Ayuntamiento ha sido almacén de grano. Es el mismo desde 1924. La parte de arriba fue vivienda de un empresario, que se asentó años después en la provincia de Granada, pero con familia en Los Gallardos como Pedro Ramos y sus hijas Isabel y Maruja, conocidas por las Antusas de la calle Mayor gallardera, datos aportados por mis hermanos Juanita y Ginés. El edificio del Ayuntamiento fue hogar del empresario Melchor Ramos Navarro y de su esposa Melchora quienes participaron en las gestiones para la independencia de Los Gallardos años antes de 1924. Conservó la propiedad hasta mediados del pasado siglo, además del antiguo cuartel de la Guardia Civil y escuela de la calle Almería, terrenos que en la actualidad ocupa el moderno edificio de la Policía Local, juzgado de paz y la biblioteca que espera tarea. En los bajos del Ayuntamiento, ocupando parte de la calle Mayor y casi toda la calle San Agustín. Fueron almacenes de grano y de harina, propiedad del emprendedor Melchor Ramos al que mi abuelo Andrés, hijo de jornaleros, comerciante, le llevaba las cuentas. Después llegaron a esos almacenes las escuelas de la dura posguerra, el Teleclub o la sabia actitud asociativa de Emilio Ruiz que dedicaba las tardes a que todo el mundo leyera de forma pluralista diferentes medios de comunicación, entre otras actividades culturales. 

Conviene recordar que la independencia respeto a la madre de Bédar tuvo su intrahistoria que aparecerá en otro momento. Eran tiempos de dictadura de Primo de Rivera y pobreza, acentuada por una feroz sequía con todo lo que ello representó. Además, estaba en la mente el fracaso militar que trajo desánimo general. Hubo miles de muertos en la Guerra del Rif. Años antes de este desastre, ya nos advirtió la primera periodista, Carmen de Burgos, del hambre que traía la Guerra de Melilla.