Mientras que con una mano Moreno Bonilla le mete
dinero en el bolsillo a las grandes fortunas, gracias al regalo fiscal que les
hizo al poco de ocupar la Presidencia de la Junta, con la otra le exige más
dinero al Estado. Este modelo, por el que las arcas públicas dejan de ingresar
cada año más de 1.100 millones de euros con los que se habrían podido construir
60.000 viviendas de VPO en Andalucía, lo tiene funcionando el Partido Popular a
pleno rendimiento desde hace seis años, mucho antes de que se hablara de
ninguna singularidad.
Lo que sí ha sido singular es que, a la vez que
las élites económicas se benefician de ese regalo, el Gobierno andaluz ha
incrementado un 11% la presión fiscal a las rentas medias y bajas, ha frenado
en seco las inversiones y ha arremetido contra el interés general para
favorecer el interés particular de unos pocos en cuestiones tan sensibles como
la sanidad.
Entre 2020 y 2021, sin control ni transparencia
ni garantías de concurrencia en igualdad, el gobierno del Partido Popular en
Andalucía adjudicó a dedo 300 millones de euros a la sanidad privada, tal y
como han confirmado los propios interventores de la Junta. El modelo PP, ese
modelo con el que Moreno Bonilla ha aprovechado para subirse el sueldo dos
veces ya, tiene también el vergonzoso honor de situarse a la cabeza en la
devolución de fondos al Gobierno de España, tal y como ha ocurrido con los 112
millones que tenía disponibles la Junta para ampliar las plazas públicas en
educación infantil.
Eso sí, por el camino el presidente andaluz le
ha aumentado el gasto escolar a las familias, que tendrán que desembolsar 300
euros más de media este curso por la subida de los precios para el comedor o el
aula matinal.
Pero lo más sorprendente de todo lo hemos conocido
estos días al pretender justificar el deterioro de los servicios públicos con
la falsedad de que ha llegado al tope de su capacidad financiera.
Juanma Moreno ya va sin frenos en su confrontación
con el gobierno de Pedro Sánchez, del que está recibiendo la mayor
transferencia de recursos del Estado de su historia: casi 54.000 millones más
que con los gobiernos de Rajoy.
Andalucía, más que de financiación, tiene un
grave problema de gestión por la incapacidad del Partido Popular de gastar lo
que le llega del Gobierno de España y lo que pone en sus propios presupuestos,
donde a día de hoy duermen en un cajón más de 400 millones para obras de agua y
335 para infraestructuras educativas.
El principal y único responsable de todo esto es Moreno Bonilla, que por méritos propios ya se ha convertido en el peor gestor de la historia.
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