La pertinaz sequía que sufre nuestra provincia
desde hace tiempo no ha despertado ni el más mínimo interés en el Partido
Popular a la hora de ponerse manos a la obra para buscar soluciones,
fundamentalmente en todo lo que tiene que ver con el agua de boca, una cuestión
que es de su absoluta competencia en el Gobierno andaluz. Más allá de señalar a
otro para renunciar de esa manera a sus competencias, o de pedir la intercesión
del Papa para que llueva, la realidad es que Moreno Bonilla se ha hecho un experto
en no hacer nada. Es más, ha dejado que el problema crezca de tal manera que
salta a la vista su incapacidad manifiesta para atender las necesidades que se
multiplican de una punta a otra de la provincia.
La solución no puede ser mirar al cielo a ver qué
pasa, como han trasladado a los vecinos y vecinas de la comarca de Los Vélez, a
los de Nacimiento o el Almanzora, porque eso y nada es lo mismo. Si no se ponen
en marcha infraestructuras de almacenamiento, como se ha pedido en Fiñana; si
no se controlan las extracciones de los pozos y se hace la obra en alta anunciada
hace 4 años, tal y como se ha denunciado en el Almanzora; o si no se termina de
una vez por todas con la sangría que supone perder 9 hectómetros cúbicos de
agua al año por las redes de Galasa, se está haciendo una absoluta dejación de
funciones.
Frente a esa inacción del Partido Popular, el Gobierno
de España, en cambio, sí está mirando por el presente y pensando a la vez en el
futuro con todas las infraestructuras que están en marcha. La desalación nos
dará seguridad y oportunidades con las obras destinadas a aumentar la capacidad
de producción de la desaladora de Carboneras y la del Campo de Dalías, reparar
la del Bajo Almanzora, que se encuentra en ejecución, y construir una nueva, lo
que supondrá doblar los recursos hídricos gracias a una inversión cercana a los
300 millones de euros.
De otro lado, la mejora y modernización de los
regadíos cuenta con una inyección económica de 236 millones de euros para 14
proyectos en nuestra tierra. Nunca en la historia de Almería se ha desplegado
tal cantidad de dinero para obras de agua y lo está haciendo un presidente del
Gobierno socialista.
Hablar de progreso es hablar de todo esto, de mirar por el presente y el futuro -convencidos de que lo mejor está por venir- y menos al pasado, como hace el PP para no adelantarse ni una sola vez a los problemas. En ese contexto, Almería sufre la peor de las sequías, pero no por la falta de agua, que también, sino por la falta de ideas y ambición que demuestran tanto el Gobierno andaluz de Moreno Bonilla como el equipo de Gobierno de la Diputación provincial de Almería.
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