Los centros educativos y los entornos laborales
son los escenarios donde se producen las principales situaciones de rechazo,
discriminación e, incluso, acoso, que acaban deteriorando la salud mental.
Todas las administraciones deben hacer el máximo esfuerzo por propiciar en[1]tornos
saludables y aumentar los recursos y servicios.
El destrozo de Moreno Bonilla a la sanidad
pública andaluza en beneficio de la privada, que también está afectando a la
salud mental, es perfectamente visible, con las colas de pacientes frente los
centros de salud para conseguir una cita médica. En abril del pasado año
solicitamos al equipo de gobierno del PP en el Ayuntamiento un compromiso mayor
con las personas afectadas y sus familias.
Nuestras propuestas, aprobadas por unanimidad,
reflejan las demandas de las asociaciones que trabajan en este ámbito. Es
fundamental que dispongan de espacios municipales fuera de los entornos
sanitarios para combatir el estigma asociado a la enfermedad mental y evitar
que los afectados se sientan medicalizados.
Es urgente proporcionar formación a los
trabajadores municipales, especialmente a Policía Local y Bomberos, sobre cómo
identificar y atender adecuadamente a personas con trastornos mentales, ya que
son los primeros en responder en situaciones de emergencia. Y es crucial contar
con recursos habitacionales para las personas sin hogar que viven la enfermedad
mental a cielo raso.
Hasta ahora, las acciones del equipo de gobierno
del PP se han centrado más en la sensibilización que en integrar la salud
mental en la cartera de servicios sociales municipales, pero es hora de que el
Ayuntamiento profundice en su colaboración con las asociaciones que trabajan
con pacientes de diversas patologías mentales.
En definitiva, es hora de que el Ayuntamiento asuma su responsabilidad y actúe con decisión para mejorar la vida de quienes sufren problemas de salud mental y sus familias. La salud mental no puede seguir siendo una asignatura pendiente.
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