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In memoriam: Juan Arias, periodista

Antonio Torres
Periodista

El gran periodista almeriense Juan Arias, vaticanista, filólogo, fundador del suplemento literario Babelia, autor de una veintena de libros traducidos a varios idiomas, murió el viernes a los 92 años en su residencia brasileña como consecuencia de los problemas renales que padecía. El exsacerdote, Juan Arias Martínez (Arboleas, 1932-Saquarema, 2024), ha llevado siempre en el corazón a Arboleas que le abrió una plaza con su nombre, aunque por la falta de familia o pedagogía su nombre se ha ido olvidando, aunque mi amiga Ana, profesora de Arboleas, le siga llamando el padre Arias. Como sacerdote, estudió Teología, Filosofía, Psicología, Filología Comparada y Lenguas Semíticas en la Universidad de Roma. Crecer durante la Guerra Civil fue una terrible experiencia que dejó una profunda huella, un desgarro, en el resto de su vida. Pasó hambre, como muchos niños españoles de aquella época. Uno de sus poemas está dedicado al pan, a aquellas hogazas que su padre bendecía con el signo de la cruz. Todavía era un crío cuando conoció la angustia de ver que su padre vivía escondido para evitar ser descubierto y fusilado. “Me ha conmovido siempre la manera como te movías, escribías y leías siempre, esa era tu preciosa y sencilla vida. Me has dado tu amor y yo el mío, hecho de todo lo que es justo y bello. Ahora has partido para la inmensidad del cosmos, si y no. Estás en mí, estoy en ti”, escribió su esposa, la poetisa Roseana Murray para despedirlo, según la detallada información de la corresponsal de El País Naiara Galarraga Gortázar.

Acabo de regresar de un viaje familiar a Roma con visita guiada a los Museos Vaticanos. En más de una ocasión me vino a la cabeza e introduje en distintas conversaciones los pasos de Juan Arias, al que admiré desde que supe que era almeriense cuando comencé a escribir para El País como corresponsal en Almería y supe de su valía por mis entrañables Juan Cruz y Alfredo Relaño. Incluso cuando visité el pasado miércoles las exposiciones de Dalí y Chillida que el admirado Luis García Montero tiene abiertas en la sede del Instituto Cervantes en Piazza Navona. Arias inició su tarea profesional en Radio Madrid de la Cadena SER, la corresponsalía de Pueblo en Roma. Fichó en 1977 por El País donde fue corresponsal en Roma y el Vaticano, jefe del suplemento cultural y columnista. También ejerció de defensor del lector y de profesor en la Escuela de Periodismo El País/UAM, antes de mudarse a Brasil con el cambio de siglo. Trabajó durante un tiempo para la RAI. Tras publicar Alfabetos perdidos, su primera colección de poemas, recordó. “Empecé a escribir poesía hace tiempo, de broma. Se los enseñaba a Roseana sin decirle que eran míos”, explicó en referencia a su esposa. “Si tuviera que quedarse con un solo poema de los publicados, elegiría Sed, dedicado a Dios, le confesó a Naiara Galarraga, quien nos recordó este sábado que Arias publicó su última columna, el 8 de noviembre, analizando la victoria de Trump donde invita al optimismo. “Prefiero, sin embargo, apuntarme a la pequeña caravana de los que se resisten a creer que todo está perdido. No lo está”. Tras cumplir 92 años, el pasado mes de julio, contó que se debía a las palabras de Pedro Casaldáliga, obispo catalán, teólogo de la liberación y poeta: “Quiero morir de pie, como los árboles”, le dijo a Francesco Manetto.

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