Influencers propagadores de bulos

Marián Lozano
@marian65x

Cuando se les reprocha o se les acusa de difundir bulos, se escudan los influencers en que no son periodistas y, por tanto, no tienen responsabilidad alguna con el uso y la recepción de sus informaciones. Esto demuestra que todos ellos son conscientes de estar usurpando el lugar que corresponde a profesionales formados, que sí ejercen con responsabilidad la tarea de informar y bajo un código deontológico.

Las redes sociales han dado la oportunidad a estos deformadores de lo noticiable, "de profesión, influencer”, desde su silla de gaming o su sofá de diseño, sin pisar un país en guerra, un barrio obrero o el triste escenario de una catástrofe, no solo a obtener grandes fortunas, sino a ser piezas importantes del engranaje de la desinformación. Son colaboradores premium de la polarización y fractura social que las fake news conllevan.

Mientras, sus fans, alienados por la pertenencia a esas desmesuradas cifras de seguidores, aceptan y difunden sus contenidos como dogmas de fe, participando activamente en la extinción de la profesión de periodista.

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