El periodista
Manuel Arroyo publica ¡Matad al Rey! y se pregunta si
llegará el día en que la corona marroquí esté libre de amenazas. Es muy difícil
saber en cualquier momento quién conspira contra quién, pero no solamente en la
ficción sino en la realidad. “Después de mirar
hacia atrás y conocer una pizca de la historia de las siete dinastías que han
gobernado Marruecos, es fácil perderse en el oscuro mundo de las
conspiraciones”, manifiesta.
¡Matad al Rey! intenta aclarar el asesinato de un
corresponsal español, apuñalado en su casa de Rabat. La policía detiene al autor
del crimen un día después. Es un delincuente común que frecuenta los mercados
del sexo de la capital. La policía asegura haber encontrado toda clase de
pruebas. “Las conspiraciones son siempre confusas, no señalan a
nadie en concreto y son todos a la vez los que conspiran”, nos confesó la otra
tarde a Rocío Amores, de Canal Sur Radio y Televisión, y a este periodista.
Manuel Arroyo / Loa |
Tras su nuevo
trabajo literario, el periodista Manuel Arroyo Durán (Sevilla, 1948), con
residencia en Aguadulce, tiene presente para su apartado de realidad la muerte
de José Luis Percebal, corresponsal de la Cadena COPE y el diario El Mundo, asesinado en Rabat el 11 de
febrero de 2002, en extrañas circunstancias. La amistad se ve reflejada en el
libro. Arroyo fue el primer corresponsal y cofundador de la delegación de Canal
Sur Radio y Televisión en Rabat. “No teníamos claro las razones que se nos
dieron sobre el asesinato del corresponsal y amigo. Hubo presiones, incluso de
tipo político para que no se aclarara su muerte”. La
realidad fue otra: “No dejo de preguntarme: ¿en qué trabajaba José Luis los
últimos días?, ¿qué es tan grave como para que se ordene su muerte? Sí
recuerdo que la última vez que estuvimos charlando detenidamente me hizo
algunos comentarios realmente fuertes para este país. Cenábamos junto a otras
dos personas en una de las terrazas de la Plaza Jema Fna de Marrakech a donde
habíamos acudido para cubrir la información de la reunión del Comité al Qods.
Estaba aquella noche eufórico, amaba Marrakech y le gustaba perderse por esos
antros en los que uno suele encontrar a los personajes más insospechados.
Hablaba y hablaba sin parar, sobre todo de la homosexualidad…”. “Imaginación o
no, fantasía o realidad, sí es cierto que José Luis, dada su condición,
frecuentaba lugares que otros no visitábamos y tenía la posibilidad de
establecer contactos que eran muy difíciles para los demás. Durante 10 años se
tiene tiempo suficiente para almacenar los más complejos y comprometedores
datos sobre cualquiera de los personajes que pululan por la vida política,
económica y social de este país y, sobre todo, de esos bajos fondos que pudieron
ocasionarle la muerte”.
Es
un libro interesante de Arroyo, periodista que abrió camino a muchos colegas en
el apasionante del periodismo que pisa la calle con sentido observador y
crítico, pero sin insultar a nadie. Desde siempre ha habido y habrá interés por
las historias de los corresponsales para la literatura, el cine y los
podcast. Reporteros en zonas de
conflicto dan prestigio a los medios que cuentan con profesionales en el
extranjero. En el caso de Marruecos, más cerca de Almería que de la provincia
de Málaga, de haber libertad de expresión se conocería lo ocurrido con la
familia de los 2.946 muertos y 5.674 heridos del terremoto del Alto Atlas de Marruecos, donde se producen
manifestaciones de protesta por la falta soluciones. “No sabemos nada.
Con datos oficiales, en 2025 se superarán los actuales 60.000 marroquíes que
trabajan y viven en la provincia de Almería que muestran su preocupación en una
guerra no contada “que es la que hay actualmente entre el Frente Polisario y
Marruecos, pero no hay testigos”.
Arroyo ha sido director del centro de Canal Sur Radio en Almería y de los centros de la emisora autonómica de radio y televisión en Granada y Marruecos. Fue jefe de Informativos de Canal Sur Radio y editor del programa Parlamento de Canal Sur Televisión. Desde el Gabinete de Prensa del Parlamento de Andalucía editó el libro Las Cortes en Sevilla en 1823 y, tras su experiencia en Marruecos, el libro Impresiones Marruecas, actualizado e ilustrado después en edición digital. Después llegaron más libros. Además, ha editado y publicado una buena gavilla de cuentos, inspirado para sus nietos y que están siendo demandados en periodos navideños. “Qué mayor satisfacción puede superar a la de escribir el cuento que le contabas a tu nieta antes de dormir”, dice Arroyo comprometido con la defensa del medio ambiente y uno de los guardianes de la costa mediterránea ante los abusos.
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