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Paterna del Río fue el único pueblo en el que triunfó la sublevación durante la Guerra Civil

Antonio Torres
Periodista

La Guerra Civil comenzó en Almería el 21 de julio de 1936 son algunos de los apabullantes datos aportados por Eusebio Rodríguez Padilla (Almería, 1955). Presentó su nuevo libro Sublevación militar y Guerra Civil en Almería 1936-1939 en la Biblioteca Central José María Artero de Almería, totalmente abarrotada de público con presencia de profesores, investigadores y de personas que pelearon por las libertades en el umbral de la Transición democrática. Su investigación se centra en los primeros años de la guerra, bajo el epígrafe Los Ejércitos y los frentes. El próximo libro se detendrá en el papel de la mujer en su trabajo en el campo, la ganadería, funciones en la retaguardia y el sostén de las familias en tiempos de hambre. La intervención alemana e italiana fue decisiva en la derrota de la República o en la victoria de los oficiales rebeldes o golpistas de julio de 1936. “Sin la ayuda de ambos países, hoy no habría Franco”, dijo Hitler a Galeazzo Ciano, ministro de Asuntos Exteriores italiano y yerno de Mussolini, en septiembre de 1940. 

Eusebio Rodríguez firma ejemplares a Fran Martín, Pepe Montes y Rafa Morales / A. Torres

Eusebio describe los primeros momentos de tensión y desbarajuste. Acompaña a los rebeldes por las calles de Almería, conociendo los problemas que tuvieron para lograr sus objetivos, y su fracaso final. En las páginas, se siente el júbilo de los jornaleros cuando conocen la rendición de los militares y falangistas, y los excesos que se cometieron pocas horas después. Tras su fracaso, se procedió un masivo alistamiento para la formación de columnas milicianas voluntarias, que iban a salir de la capital y la provincia con destino a los frentes, principalmente los de Granada y Madrid, cuyos centros de encuadramiento se encontraba en el Cuartel de la Misericordia y Cuartel de Milicias. Además, la transformación de batallones de partido o sindicato y su final integración en las Brigadas Mixtas. Rodríguez se detiene en las expediciones milicianas salidas desde la provincia de Almería, integradas mayoritariamente por almerienses, para combatir a los sublevados, en el frente de Granada, destacando la realizada a Baleares. También se pone de relieve la transformación de la retaguardia, la preparación para la guerra, la instalación de costa antiaérea, y la dotación de reflectores en las faldas de la Alcazaba para facilitar la defensa de la capital almeriense de los continuados ataques aéreos de la aviación rebelde. “También, hemos querido rescatar del olvido los nombres de todos aquellos que formaron todas esas unidades, lo que se ofrece en el apartado final del libro”. Hubo 63 almerienses que regresaron de la emigración de los años 20 para defender la República. Se alistaron en las Brigadas internacionales, unidades militares compuestas por voluntarios extranjeros como la célebre Brigada Abraham Lincoln que partió de Estados Unidos, en 1937, con un centenar de voluntarios, la mayoría simpatizantes comunistas. Uno de los voluntarios fue José Granados Riado, natural de Padules, casado con la norteamericana Bary White. Granados trabajo en una compañía de remolcadores.  Pasó buena parte de la Guerra Civil en Guadamul (Toledo) “y falleció en el penal de Hellín por enfermedad renal que es como se llamaba a puñetazos que recibió en sus riñones”, afirmó el investigador Eusebio a este periodista, tras el acto de presentación de su exitoso libro.

La mayoría de las muertes se produjeron en los primeros meses de la guerra, momentos de chivatazos y una intrincada red de secretos con un papel destacado de los medios de comunicación, en ambos frentes como la batalla de las Ondas, como arma de propaganda. El nuevo libro de Eusebio Rodríguez, editado por Círculo Rojo, se alimenta con una colección de fotografías imprescindibles para conocer el periodo de los primeros meses de la Guerra Civil. Hace referencia a la provincia por lo que el libro será muy demandado por los datos apabullantes. Por citar solos unos ejemplos nos encontramos a varios miembros de la familia de Andrés Martínez Masegosa de Oria que evitó enfrentamientos. Fue el fundador y jefe de la Columna, a la que se incorporaron su hermano Alberto y otros paisanos.  Defendió la legalidad republicana en el frente de Guadix, concretamente en Huetor Santillán, después se incorporaría al frente de Levante. “Es conocido en Oria porque a la llegada de algunas unidades de milicianos, les recriminó su presencia y les ordenó que se abstuvieran de causar daños humanos y materiales, orden que se cumplió a rajatabla. Su carrera militar le llevó a ser comandante, y tras pagar su lealtad al Gobierno republicano, se retiró en sus últimos años a Murcia, al igual que su hermano Alberto”,así lo cuenta uno de sus lejanos parientes, el periodista José Luis Masegosa.También aparece el caso del Miliciano Félix Torres García, vecino de Alfaix (Los Gallardos), alistado en el Batallón Floreal “que empezó a organizarlo un destacado elemento de la FAI, llamado Floreal Heredia, quien dio nombre a la Unidad y al fallecer éste, sería el propio Juan del Águila Aguilera el encargado de terminar de organizarlo por mandato del sindicato anarquista. “´Félix Torres de Alfaix ingresó voluntario el 20 de enero de 1937 en esta unidad, donde permanece hasta el 15 de febrero de 1937 que fue a Cuevas del Almanzora, estando destinado en la 3ª Compañía”.

Rodríguez se licenció en Humanidades por la Universidad de Almería, donde obtuvo el Doctorado en Historia Contemporánea con la tesis La Justicia Militar en Almería 1938.45. El Delito de Rebelión. Miembro del grupo de investigación Estudios del Tiempo (ETP) de la Universidad de Almería. También es miembro del Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación Provincial de Almería. Es autor de diversos libros sobre la represión franquista en las provincias de Almería y Granada y cuenta con abundantes artículos en revistas científicas de ambas provincias con la misma temática. 

Los presentadores del trabajo de Eusebio Rodríguez fueron los autores y profesores Fran Martín y Fernando Díaz Haro. Citaron las aportaciones científicas del catedrático Rafael Quirosa-Cheyrouze y Muñoz. Afirmaron que Política y guerra civil en Almería, editado por Cajal en 1986, abrió el camino a diferentes autores por el carácter riguroso del citado catedrático, actual decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Almería y cuyas aportaciones son reclamadas por una buena gavilla de universidades europeas.

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