Llevamos unos días tratando de acostumbrarnos a los cambios en el tráfico ocasionados por las obras para el soterramiento de la línea AVE en la ciudad. El desmantelamiento del puente de la autovía del aeropuerto y el cierre del paso subterráneo de La Goleta son la prueba evidente del compromiso rotundo del Gobierno de Pedro Sánchez con nuestra provincia y, de manera particular, con su capital. Ni los numerosos impedimentos puestos en su día por el PP y ni los reparos de sus agoreros han podido con la determinación del presidente del Gobierno a que esta impresionante infraestructura llegue a término en el plazo previsto.
Para la historia quedará la máxima contribución de Mariano Rajoy a la ejecución del AVE: el tapiado de los túneles construidos durante los gobiernos de Zapatero y el desvío de fondos a otros territorios. Frente a esto, el ejecutivo de Sánchez ha asumido el 65,9% de la inversión del soterramiento, dejando un 14,6% y un 19,5% para Ayuntamiento y Junta de Andalucía, respectivamente. A ello se suma la puesta en servicio del intercambiador de ancho de vía en Granada que, a partir del día 15, nos permitirá viajar a Madrid por linea AVE, sin transbordos y en menos tiempo. La hemeroteca dará testimonio de qué partido apostó verdaderamente por la mejora de las comunicaciones de Almería.
Ya imaginábamos que esta actuación no iba a ser sencilla. De hecho, estos primeros días se están produciendo problemas de tráfico y por eso, desde hace meses, técnicos de ADIF y el propio subdelegado del Gobierno vienen trabajando con el Ayuntamiento para habilitar nuevas vías y regular la circulación de los miles de vehículos que cada día se desplazan por esta zona de la ciudad. Es inevitable. Los muros pantallas del soterramiento ya están al 55% de su ejecución y es preciso continuar su instalación hasta alcanzar el 65 o 70% a finales de año, y el túnel de La Goleta debe habilitarse como vía auxiliar de acceso a la obra para que siga excavándose el vaso central ferroviario.
Toca ahora reorganizar nuestras rutinas para desplazarnos por la ciudad, siguiendo las indicaciones de los agentes de Policía Local y armarnos de paciencia, con la certeza de que estas alteraciones en el tráfico, una vez acabadas las obras, nos devolverán una Almería nueva. La conexión de nuestra ciudad a la red de alta velocidad marcará un antes y un después para nuestra sociedad y economía, una situación que esperemos nuestro Ayuntamiento sepa capitalizar como revulsivo para impulsar Almería.
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